Llevar casco te puede salvar la vida

Viernes, 6 de marzo de 2020

por Alberto Luque

Y un día cualquiera llevar casco te puede salvar la vida, quizá uno como hoy, quizá hoy mismo le pueda suceder a cualquiera como tú, quizá como yo mismo cuando coja mi moto, mi bici, mi flamante patinete. Entras de guardia en la ambulancia y, sin apenas tiempo para revisar, suena el teléfono de los avisos: “Chicos, motorista, salida de vía”.

Llevar casco puede salvarte la vida | Blog Alberto Luque

Cabeza y cuerpo se ponen en acción

Te pones en lo peor, te concentras de camino, reposas mentalmente la teoría mil veces estudiada y no menos practicada: el Código Trauma, el PHTLS, el ITLS, las actuaciones en hemorragias… Y pienso, para esto estudié, para esto sigo formándome y es hora de hacer bueno tanto esfuerzo continuo.

Localizas mentalmente cada elemento del material que puedes necesitar. Corremos, corre la ambulancia sorteando mil coches en la autovía y siempre algún inconsciente se pega a nuestro culo en un intento por ganar algún puesto en aquella retención. De repente, un frenazo seco nos obliga a detenernos, otro coche decide aprovechar el hueco que otros conductores, más cívicos que él mismo, abrieron al vernos llegar y se cuela justo delante de nosotros.

La llegada

A lo lejos, brazos en alto, nos indican que nos acerquemos. Siento adrenalina resbalar por mi espalda, la incertidumbre del qué nos encontraremos martillea mis sienes y entro en esa visión túnel que focaliza mi atención en lo importante, lo único realmente importante en ese momento, tratar de salvar una vida, tratar de que las secuelas sean las mínimas.

La primera alegría al acercarnos era que llevaba casco y no se lo habían retirado: buena señal. Aunque ha recibido un buen golpe y está agrietado en toda su extensión anteposterior. Decúbito supino, consciente y orientado. No ha perdido consciencia en ningún momento y recuerda perfectamente lo que le ha sucedido.

Manos a la obra

Revisión rápida de trauma, ese ABCDE ordenado y lógico que nos da una visión global de su estado. No deformidades extremidades, posible fractura múltiple parrilla costal izquierda, abdomen blando, no TCE, no hemorragias, erosiones, dolor y más dolor.

Normotenso, normoglucémico, y su nivel de oxígeno en sangre es aceptable. Maniobra de retirada de casco con control cervical, collarín, tablero, colchón de vacío, vía del 18, extracción de sangre. Vuelta a valorar y analgesia.

Otra vía, paciente estable e iniciamos traslado al hospital de referencia, donde será atendido por personal de urgencias y traumas a la llegada. De camino nos comenta que no ha consumido alcohol ni droga alguna: “Me he confiado, ha sido eso y la calzada húmeda por culpa de la maldita niebla que todo lo tapa. He dado una vuelta a medio mundo en moto. Pertenezco a un club y hace tres años iniciamos nuestra vuelta al mundo solidaria. Mil países con carretas que son menos que caminos de cabras, desierto, ríos, sabana infinita… y vengo a caerme en la puerta de mi casa”. Nos comenta entre risa floja y dolor de costillas.

Nos pidió que llevásemos el casco con él y allí en una bolsa estaba a sus pies. “¿Sabéis una cosa? Mi madre me acaba de regalar una segunda vida”, nos comenta mientras le echaba un vistazo y pasa el dedo por la grieta que el golpe había dejado en aquel casco. “Fue su regalo por mi 40 cumpleaños la semana pasada”. E inevitable nuestro pensamiento.

Simplemente hay regalos que salvan vidas y de eso siempre supieron mucho las madres. “Que se mejore y todo quede en chapa y pintura”. “Muchas gracias por vuestra atención, chicos, os debo una”, nos dijo.

Llevaba casco, guantes, buena chaqueta, buen mono. La vida comienza a salvarse antes, justo en el momento en el que decides que invertir en material de calidad es invertir en lo único en lo que merece la pena invertir, tu vida y la de los tuyos.

Quizá suene a lo de siempre, pero llevar casco te puede salvar la vida, grábalo a fuego, interioriza y nunca dejes de hacerlo. Fue esa previsión, esa prevención antes de montar, la que probablemente le salvó la vida.

Finalmente toca reponer, toca limpieza, en este oficio nos manchamos con grasas, aceites, gasolina, barro y con esa sangre, esa que no es otra cosa más que la esencia íntima del ser humano. Y aun así habrá merecido la pena.

Y así otra batalla y así una profesión.

Alberto Luque

Para consultar la publicación original puede seguir este enlace.

accidente, enfermeros, expertos, servicio de emergencias, uso del casco

¿Quieres comentar la noticia?

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

*
*