"Los profesionales enfermeros tienen una posición privilegiada en la detección de situaciones de violencia de género"

Jueves, 6 de julio de 2017

por diariodicen.es

La enfermería de la mujer es un área especializada que abarca no solo el abordaje de las patologías obstétrico-ginecológicas, sino el seguimiento, la prevención y la detección de situaciones anómalas en la mujer a lo largo de todo su ciclo vital.

Editorial DAE, perteneciente al Grupo Paradigma, publica una nueva edición de la obra Enfermería de la mujer, donde a lo largo de dos tomos recoge contenidos actualizados en cuidados enfermeros dirigidos a este sector poblacional. El primer tomo incluye temas relacionados con la salud materno-infantil y el segundo con la salud de la mujer.

Las autoras Cristina Martínez Bueno y Rosa María Torrens Sigalés destacan la situación privilegiada que tienen los profesionales enfermeros al estar en continuo contacto con la mujer a lo largo de su vida, generando de este modo un clima de confianza gracias al cual se favorece la detección y abordaje de situaciones de violencia de género. Martínez Bueno es matrona, pedagoga y profesora de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Barcelona. Por su parte, Rosa María Torrens Sigalés cuenta con una dilatada trayectoria como matrona, actualmente se encuentra jubilada y continua colaborando con proyectos editoriales. 

Pregunta. Recientemente han publicado la tercera edición del libro Enfermería de la mujer, ¿qué vamos a encontrar en él?

Respuesta. En esta nueva edición se va a encontrar la actualización de todos los contenidos de la pasada edición, así como una serie de aspectos que se han incluido y que mejoran los cuidados en la salud sexual y reproductiva de la mujer a lo largo de las diferentes etapas de la vida.

Como más destacado podemos decir que se han incorporado temas de especial relevancia como el consejo preconcepcional, así como aspectos relacionados con la valoración del riesgo durante el embarazo, ya que en función de ello se modifican los cuidados basados en una práctica asistencial actualizada. También se incorpora un capítulo sobre la patología benigna ginecológica: miomas uterinos, quiste de ovario, que suelen preocupar a las mujeres y que hasta ahora no se recogían en la obra.

Otro aspecto que hemos querido añadir en esta nueva edición son los temas relacionados con las nuevas tecnologías o el abordaje del dolor durante el parto… todos aquellas áreas donde el profesional de enfermería puede aportar y mejorar la calidad de vida de las mujeres.

P.: En esta edición se hace especial hincapié en las situaciones de vulnerabilidad de la mujer y en la violencia de género. ¿Qué papel tiene el profesional enfermero en este tipo de situaciones? ¿De qué manera son abordadas?

R.: En esta edición se ha incorporado un capítulo sobre el papel de las/os enfermeras/os en temas relacionados con la violencia de género porque la posición que ocupan estos es fundamental. En muchas de las ocasiones somos el primer contacto asistencial que tienen las personas. Por otra parte, el lugar que ocupamos dentro de los cuidados de la salud reproductiva y sexual nos brinda una oportunidad muy importante, ya que nos permite tener un seguimiento de las mujeres a lo largo del ciclo vital. Un ejemplo claro es el embarazo, donde la matrona establece una relación asistencial con la mujer que permite identificar en diferentes momentos del seguimiento de situaciones que no corresponden a lo que debería de suceder, esto es llevar un embarazo donde todo vaya bien y no haya ningún problema. Esta vinculación permite desarrollar una relación de confianza donde la mujer, si viviera situaciones de violencia, tendría la predisposición de contarlo.

Por otra parte, no hay que esperar que la mujer dé ese paso, sino que los profesionales de enfermería han incorporando estrategias para detectarlo aunque esta no lo cuente directamente. En la entrevista previa es necesario tener una serie de estrategias que puedan ayudarnos a detectar este tipo de situaciones de violencia. Asimismo, estas estrategias no solo se limitan a desenmascarar episodios violentos, sino que ayudan a prevenirlos y, llegados al caso, cómo afrontarlos.

P.: Las nuevas tecnologías también están al servicio de la prevención entre el colectivo joven y adolescente, ya que en los últimos años ha aumentado el riesgo de enfermedades de transmisión sexual. ¿Qué factores son los que mayor incidencia tienen en el aumento de este riesgo?

R.: Cuando hablamos de enfermedades de transmisión sexual y de jóvenes uno de los aspectos fundamentales es tener conocimientos sobre las características propias de la adolescencia. Una de estas características es la percepción de invulnerabilidad, el joven y adolescente es el prototipo de salud, son personas que por lo general no tienen problemas de salud, esto les da una sensación de invulnerabilidad (“a mí esto no me puede pasar”) y eso hace que bajen la guardia en determinadas conductas sexuales donde no utilizan preservativo. También se tiene una percepción de que cuando escogen a una persona para tener relaciones sexuales no piensan que puede ser una persona infectada porque “tiene buen aspecto” (los estereotipos todavía siguen manteniéndose).

Algunas enfermedades de transmisión sexual, como puede ser el VIH, en un momento determinado se consideraba una enfermedad mortal, esta sensación de peligro ha ido disminuyendo. Esto ha dado lugar a una relajación general ante la posibilidad de infectarse, lo que también hace que se baje la guardia.

Todo esto hace que, no solo en jóvenes sino en la población general, haya un aumento de las enfermedades de transmisión sexual.

P.: ¿Qué labor tiene el profesional enfermero al respecto y cómo la desarrolla?

R.: Fundamentalmente la labor enfermera se ha de basar en tres aspectos: la interpretación de la información, que no tiene por qué ser escrita, también hay recursos como las TIC; la adquisición de habilidades para la negociación de relaciones sexuales, esto es fundamental para enfrentarse a situaciones como por ejemplo cuando son presionados para mantener relaciones sexuales, cómo manejar esa situación o habilidades para decir que no dentro del ámbito del grupo; y el área emocional, los comportamientos no responden solo a la lógica, sino que nos movemos por cómo nos sentimos emocionalmente y las decisiones dependen del entorno y la situación que nos encontremos.

P.: En esta edición, Enfermería de la mujer ha quedado dividida en dos tomos, en el primero de ellos, sobre la salud materno-infantil, se aborda en un capítulo la utilización de las nuevas tecnologías por parte de la matrona desde un punto de vista bioético. ¿Qué formación se tiene al respecto? ¿Qué tipo de situaciones son a las que la matrona tiene que enfrentarse?

R.: En este tema sería necesaria más formación en el uso de las nuevas tecnologías, en los temas de confidencialidad, en la capacidad de autonomía a la hora de buscar información y navegar por determinadas webs, cómo manejar el volumen de información que la mujer puede tener acceso… Hoy en día la mujer cuenta con mucha más información y la manera en que gestiona esta información es de suma importancia. Ejemplo de ello es que hay mujeres que demandan, cuando el embarazo está a término, que se les practique una cesárea, pues el proceso es más rápido. Ahí la matrona se enfrenta a una situación que bioéticamente tiene que hacer frente.

Hay retos, por tanto, relacionados con las nuevas tecnologías y la salud sexual y reproductiva donde la ética tiene un marcado papel. Asimismo, en la actualidad temas como los vientres de alquiler o las diversas formas de reproducción asistida están muy vigentes. Los profesionales enfermeros han de estar formados en estas áreas para afrontarlas.

P.: La figura de la matrona ha evolucionado a lo largo de la historia, actualmente cuenta con una mayor autonomía. Desde su punto de vista, ¿qué retos tiene la profesión?

R.: Uno de los retos más importantes que tiene la profesión es la investigación, en España aún se investiga poco. Aunque el volumen de artículos está aumentando aún queda mucho camino por recorrer.

Otro reto sería incorporar al hombre dentro de la salud sexual y reproductiva no solo a las mujeres, hacerle partícipe como una parte fundamental. Y por último, centrar  las personas como núcleo fundamental de los cuidados, mejorar el empoderamiento de estas en los procesos de salud y en la toma de decisiones.

Cómo adquirirlos

Para poder disfrutar de los dos volúmenes de esta gran obra dedicada a las distintas etapas de la mujer, es necesario ir a la Tienda Enfermería21, en los siguientes enlaces:  Enfermería de la mujer I y Enfermería de la mujer II.

 

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