Uno de los virus más letales y que más teorías conspiratorias está causando entre la población vuelve al primer plano. El virus se propaga mediante contacto cercano con fluidos corporales y con la sangre. Se trata del ébola, una grave enfermedad que en las semanas recientes ha causado más de 700 muertes en el oeste del continente africano. El último caso se ha dado en Liberia, en donde un médico y una enfermera de nacionalidad americana fueron contagiados por el virus cuando se encontraban trabajando para una organización humanitaria en África.
El doctor fue trasladado en avión hasta Atlanta el pasado sábado, y poco después volverían a Liberia para recoger a una segunda afectada, una enfermera que trabajaba en el mismo hospital. Las principales autoridades de salud pública continuaban enfatizando que la atención a la misionera Nancy Writebol y al doctor Kent Brantly en Estados Unidos no representa ningún peligro para nadie en el país, en momentos en que el oeste de África se enfrenta con dificultades a su peor brote de ébola en la historia.
Brantly y Writebol colaboraban en el mismo equipo de la misión médica que atendía a enfermos de ébola en Liberia. El brote se ha ido propagado por Guinea y Sierra Leona, con resultado de 1.300 personas infectadas, de las que al menos 729 han fallecido en el oeste de África. A Brantly lo trasladaron en un pequeño avión equipado para contener enfermedades infecciosas. Una pequeña escolta policial acompañó a la ambulancia en la que fue llevado al hospital. Una vez allí salió del vehículo con un traje protector especial blanco que le cubría totalmente desde la cabeza a los pies e ingresó caminando en el hospital.
Un representante de la misión estadounidense dijo que Brantly se infectó cuando atendía a víctimas del brote en un hospital cerca de Monrovia. Por su parte, la enfermera Writebol era higienista cuyo papel incluía descontaminar a quienes ingresaran en la zona de tratamiento contra el ébola o a quienes se marcharan del lugar en ese hospital.
Obama tranquiliza a los suyos
El temor por parte de la población americana al conocer la noticia ha hecho saltar las alarmas. El presidente de EEUU, Barack Obama, se reunió ayer con decenas de jefes de Estado y delegados africanos, llegados estos días al país para la cumbre Estados Unidos-África, celebrada en Washington. Obama, intentando tranquilizar a los suyos, comentó que de momento no hay peligro alguno, aunque sí reconoció que se ampliarán las medidas de seguridad los próximos días.
Fuente: www.eluniversal.com
