Pocos días después de conocerse la dimisión de Ana Mato como ministra de Sanidad, tras la publicación del auto del juez Pablo Ruz en la trama Gürtel, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy ya ha elegido al sustituto que debe hacer frente a uno de los ministerios más importantes y a la vez complicados que tiene sobre la mesa. El máximo dirigente del Partido Popular ha elegido a Alfonso Alonso, hasta hace poco actual portavoz del Grupo Popular en el Congreso y actual presidente del PP en Álava (también fue alcalde de Vitoria entre 1999 y 2007).
Alonso tomará posesión de su cartera tras jurar su cargo ante el rey Felipe II en el Palacio de la Zarzuela, en un acto en el que estará presente también el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el ministro de Justicia, Rafael Catalá, como notario mayor del Reino. 
Cabe destacar que la toma de posesión como nuevo ministro de Sanidad supone para el Gobierno de Rajoy la tercera incorporación desde que comenzara la legislatura. Además, hay que resaltar que Alonso es considerado uno de los representantes del ala moderada del Partido Popular y ha manifestado en diversas ocasiones su discrepancia sobre la posición oficial del PP contra el matrimonio homosexual y fue uno de los pocos alcaldes del PP que casaba parejas del mismo sexo.
A menos de un año para la convocatoria de elecciones generales, Alonso tiene tareas pendientes al frente del Ministerio de Sanidad. En 11 meses deberá afrontar distintos retos que su predecesora dejó en el tintero antes de la dimisión. Entre ellos, la aprobación de la Ley de Protección de la Infancia o la modificación de la Ley de Salud Sexual y Reproductiva e Interrupción Voluntaria del Embarazo, prevista para imponer que todas las menores de 16 y 17 años necesiten consentimiento paterno para practicarse un aborto.
Asimismo, el nuevo ministro tendrá que pivotar ante una posible reforma de la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral frente a la Violencia de Género, además de cerrar un gran pacto socio-sanitario que permita integrar ambos sistemas y completar la implantación definitiva y la interoperabilidad de la ‘e-salud’, que incluye la receta electrónica y la historia clínica digital.
Por otro lado, también queda pendiente completar la implantación definitiva de la historia clínica digital y de la receta electrónica. En definitiva, mucho trabajo por hacer y tiempo más que justo para llegar a los objetivos marcados por un ministerio que necesita como agua de mayo algo más que un lavado de cara y manos.
