Según Sanidad, la asistencia sanitaria que está recibiendo el padre Miguel Pajares es gratuita

Viernes, 8 de agosto de 2014

por diariodicen.es

Veinticuatro horas después de la llegada a suelo español del primer español contagiado de ébola y repatriado de Liberia, el padre Miguel Pajares, religioso de 75 años y natural de La Iglesuela (Toledo), se encontraba en buen estado, estable y febril, con respiración espontánea y sin hemorragias, según el parte médico ofrecido tras realizarle un primer diagnóstico por parte del Hospital madrileño La Paz – Carlos III.

Fuentes del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad comentan que la asistencia a los enfermos será gratuita, siguiendo los parámetros correspondientes al ser ciudadano de este país. La Organización a la que pertenece el sacerdote no tendrá que costear las prestaciones sanitarias que están recibiendo, haciendo cargo el Gobierno en lo todo lo referido a gastos de repatriación (concretamente del avión medicalizado en que se transportó a los dos religiosos) y para informarse de qué tipo de seguro o mutualización tiene con sus cooperantes fuera de España.

Tanto Pajares como la hermana Juliana (de origen guineano), que dio negativo en la prueba del ébola, presentan ‘muy buen estado general’, aunque la mujer tiene fiebres tifoideas y necesita observación. Ambos se encuentran ubicados en la planta sexta del complejo hospitalario, “completamente aislados, asistidos y controlados por dos médicos internistas e intensivistas -expertos en enfermedades tropicales-, cuatro enfermeras y cuatro auxiliares por turno, y el correspondiente personal de apoyo (radiólogos, biólogos, personal de laboratorio, de seguridad, etcétera)”, en palabras del jefe de medicina Intensiva de La Paz-Carlos III, Abelardo García.

Se sigue el protocolo intenacional en casos extremos

La planta donde están los dos pacientes está sometida a fuertes controles de salida y entrada, y los médicos y el personal sanitario que les atienden directamente visten trajes de protección completa para evitar contacto con cualquier fluido o secreción de los enfermos, el riesgo más grande de contagio. Trajes, material sanitario y en general cualquier objeto o elemento con el que se atienda al sacerdote o a la religiosa son incinerados inmediatamente después de su uso, de acuerdo con el protocolo internacional para estos casos que elimina cualquier posibilidad de contagio si se cumple adecuadamente.

Fuente: EFE

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