Teletrabajo, flexibilidad horaria, trabajo por objetivos, jornadas laborales continuadas, acciones que favorezcan la reorganización del tiempo y del espacio de trabajo… En definitiva, opciones que promuevan y fomenten el desarrollo de políticas que permitan la mayor compatibilidad entre el derecho a la conciliación de la vida personal, familiar y laboral de los trabajadores y la mejora de la productividad en las empresas. España sigue estando a la cola de Europa en esta materia según los datos recogidos en el informe “Evolución de la Familia en Europa 2014”.
La conciliación de la vida laboral, familiar y personal es uno de los principales retos de la sociedad española del siglo XXI. Los cambios sociodemográficos, económicos y culturales que caracterizan a las sociedades desarrolladas, los nuevos modelos de familia, la incorporación y permanencia de las mujeres en el ámbito laboral, los nuevos valores familiares y la redefinición de roles, y el incremento de personas dependientes, junto con la evolución de las políticas y los instrumentos empresariales de conciliación, que están muy por debajo de las exigencias planteadas por estos cambios, derivan en resultados negativos que repercuten tanto en las personas como en las empresas.
Muchas de esas repercusiones se dan en la salud de los trabajadores como consecuencia de la falta de conciliación y la falta de tiempo, los cuadros de estrés y los problemas de salud se convierten en hechos habituales. El estrés provoca entre otras sensaciones físicas de nervios o angustia, además de repercutir directamente tanto en el ámbito familiar como en el laboral, reduciendo considerablemente la calidad del trabajo y la productividad.
Según el informe presentado el pasado mes de noviembre, “Evolución de la Familia en Europa 2014”, la flexibilidad de los horarios de trabajo es todavía insuficiente en Europa, y precisamente esta es una de las medidas que más se suele valorar para facilitar la conciliación. De hecho, la gran mayoría de los europeos (71%) tiene un horario totalmente rígido y definido por la empresa. España se encuentra entre las naciones que menos flexibilidad laboral ofrece a los trabajadores (Finlandia y Suecia están en cabeza).
Evolución de la cultura empresarial: del carácter presencial a la consecución de objetivos
Aunque a un ritmo más lento que el preciso, las políticas de conciliación comienzan a emerger e implantarse en determinadas empresas. Hay ejemplos de entidades que valoran, promueven y facilitan el equilibrio entre la vida personal y profesional de sus empleados. El “Segundo Estudio sobre la Situación de la Conciliación en España”, elaborado por el Instituto Internacional de Ciencias Políticas en 2014, concluye que Repsol es la empresa que mejor concilia la vida profesional con la personal y familiar, ya que cuenta con estrategias más avanzadas en este ámbito. “Alcanzar un equilibrio entre la vida personal y profesional fomenta la motivación, el optimismo y el bienestar de los trabajadores. Esto redunda en una mayor productividad y valor para la empresa”, nos explica Jaime Martínez López, director corporativo de Cultura, Comunicación Interna y Desarrollo de personas de Repsol.
Una de las medidas de conciliación impulsada por esta empresa es la del teletrabajo, planteada como la consecución de objetivos basados en la reponsabilidad laboral, “la asunción de la propia responsabilidad es imprescindible para alcanzar mayores cotas de desempeño y excelencia en una organización”, continúa Martínez López. En España tan solo un 27% de las empresas contempla el teletrabajo como una forma de organización de la plantilla, según el estudio “Tecnologías de la Información en la Empresa”.
Además, la flexibilidad horaria, fomentando una gestión más eficiente, ha dado como resultado el aumento de la productividad en las empresas que lo han implantado. “El talento humano es la principal fuente de ventaja competitiva. El impulso de estas medidas ha hecho posible un salto cualitativo en la evolución cultural hacia nuevas formas de organización del trabajo, donde priman los resultados y la consecución de objetivos frente a una cultura presencial tradicionalmente valorada en las empresas”, afirma Martínez López.
¿Realmente son todas las propuestas políticas de conciliación?
Otra iniciativa que determinadas empresas y hospitales han llevado a cabo es la creación de guarderías dentro del propio recinto de trabajo de los padres, o la demanda, por parte de un sector de la población de medidas para adaptar el horario escolar. Sin embargo, esto lejos de incidir en el bienestar de los niños, les somete a cargas lectivas de horarios maratonianos. Desde Save the Children, Almudena Escorial, responsable de relaciones institucionales dentro del departamento de Políticas de la Infancia, nos explica que “conciliar es difícil, pero además las medidas de conciliación que se adoptan mayoritariamente no velan por la protección de los niños. Si conciliar es adaptar los horarios escolares al trabajo y supone una ampliación de los horarios del colegio, no es conciliar, no están pensando en los niños, sino en cómo el padre puede continuar su jornada laboral sin alteración”.
Las medidas sobre conciliación en España, que emanan de las recomendaciones normativas europeas, tienden a centrarse en el momento del nacimiento del hijo y regulan fundamentalmente la ausencia temporal del trabajador de su puesto, olvidando las necesidades propias del ejercicio de la parentalidad positiva y del bienestar de la infancia. Escorial puntualiza que “En el terreno público se podría hacer mucho más, por ejemplo un permiso de seis meses tras el nacimiento del niño, que es lo que desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se aconseja respecto al periodo de lactancia materna. También se puede incentivar a las empresas con beneficios fiscales para el fomento y desarrollo de la conciliación laboral y familiar. Es muy importante tener en cuenta que no todas las familias requieren el mismo tipo de ayuda”.
La Enfermería y la dificultad de conciliar en el ámbito sanitario
La realidad asistencial se impone, la Enfermería es una profesión que ha de hacer frente a cuidados las 24 horas del día los 365 días del año, lo que exige una organización y gestión de turnos y recursos constante, eficiente y, sobre todo, equilibrada, capaz de mantener la seguridad y la salud del paciente y del profesional.
¿Turnos de 12 horas? ¿Turnos fijos o rotatorios? El debate siempre ha estado sobre la mesa: ¿cuál es el mejor turno para conciliar la vida laboral, familiar y personal? Recientemente se ha publicado un estudio realizado en 12 países, donde se indica que los turnos de 12 horas en el ámbito hospitalario, cada vez más habituales en Irlanda, Inglaterra y Polonia, no gozan de gran aceptación entre la mayor parte de los profesionales enfermeros debido al agotamiento físico y emocional que generan. Los partidarios de esta opción, sin embargo, destacan las oportunidades que dentro del ámbito personal aportaba: mayor número de días de libranza, con su consecuente beneficio a la hora de conciliar. En España los turnos de 12 horas son minoritarios, siendo los turnos rotativos de siete horas los mayoritarios. Por otro lado, están aquellos profesionales sanitarios que opinan que este tipo de turnos conlleva un grado de agotamiento que puede repercutir involuntariamente en el cuidado del paciente. Unidades como Urgencias o Cuidados Intensivos se caracterizan por tener un ritmo continuo y acelerado durante toda la jornada, no dejando muchos momentos de descanso para el profesional.
“Todo está regulado y pactado, puedes pedir reducciones de jornada o permiso por cuidado de hijos, pero va a salir de tu salario, salvo contadas excepciones no hay forma de que puedas hacer parte de tu trabajo desde casa, como los de tipo administrativo o intelectual, el cuidado de pacientes es presencial y los turnos son poco adaptables al personal. De todas formas en la función pública se respetan todos estos derechos, si te corresponde alguna de las medidas te la dan, lo más complejo es la turnicidad y, sobre todo, la nocturnidad” explica Jose María Rodríguez Dacal, supervisor Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela.
La tendencia parece indicar que cada vez un mayor número de hospitales han pasado de los turnos rotatorios, en los que se trabajaba una semana de mañana y otra en horario nocturno, a los denominados “turnos antiestrés” o “turnos ecológicos”. Estos turnos son aquellos en los que se trabaja durante periodos cortos de mañana, tarde o noche, pudiendo disfrutar de tres días libres seguidos después. Esto favorece a que el reloj interno de la persona tienda a desajustarse menos que cuando se trabaja semanas seguidas en diferentes turnos y, de este modo, reducir el nivel de ansiedad. De forma global, en España esta opción de turnicidad ha tenido una respuesta positiva.
Por otro lado, existen iniciativas particulares que intentan ayudar en la conciliación. Es el caso de Interguardias (www.interguardias.com), una aplicación creada para poner en contacto a médicos, enfermeros y veterinarios y que puedan realizar intercambios de sus guardias y ajustar su horario laboral a las necesidades de su vida privada. “La idea surgió porque yo soy médico y me dedico a realizar guardias, y en muchas ocasiones me coincidían con eventos familiares y sociales importantes para mí. Por ello pensé que mientras más opciones tuviera en poder cambiar mis guardias con otros compañeros, más posibilidades tendría de no perderme esos eventos”, explica su creador Ignacio López Aráujo.
Cada sector laboral, empresa, cada hospital y cada trabajador tienen realidades diferentes que han de tenerse en cuenta a la hora de desarrollar políticas de conciliación. Es necesario buscar un modelo acorde a cada persona y a cada situación, solo de este modo se podrá lograr la consecución real del objetivo de la conciliación: mejorar la calidad de vida del trabajador sin menoscabar la productividad de la empresa, o en el caso de la Enfermería, manteniendo la continuidad y excelencia en el cuidado del paciente.
