De sufrir violencia obstétrica a matrona: el camino de Helena Eyimi para ayudar a las mujeres

Miércoles, 9 de agosto de 2023

por Natalia Hernández Manjón


El parto es uno de los momentos más esperados y deseados, pero también uno de los que genera más preocupación (sobre todo con la violencia obstétrica) y expectación en las mujeres. Un momento único que cada mujer vive a su manera y que espera no recordar con miedo; un momento en el que tanto la mujer como el bebé son muy vulnerables. Ante una situación tan importante como es un nacimiento, unido al miedo y desconocimiento que puede haber respecto a él, muchos/as ginecólogos/as y matronas se han propuesto en los últimos años intentar dar toda la información posible y, sobre todo, solventar las dudas para que sea un momento emotivo, intenso y esperado. Para ello, una de las opciones es que cada mujer, en la medida de lo posible, tenga su plan de parto, o al menos sus preferencias y expectativas, y que los profesionales sanitarios que la atiendan en el momento sean conscientes de ello.

De sufrir violencia obstétrica a matrona: el camino de Helena Eyimi para ayudar a las mujeres

La violencia obstétrica

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la violencia obstétrica es aquella que sufren las mujeres durante el embarazo o el parto al recibir un maltrato físico, humillación y abuso verbal, o procedimientos médicos coercitivos o no consentidos. Pero también la OMS incluye en las acciones de este tipo de violencia la no obtención de un consentimiento informado, la negativa a administrar medicamentos para el dolor, un descuido de la atención o violaciones graves de la intimidad.

En España, alrededor de dos de cada tres mujeres que han sido madres pueden haber sufrido algún tipo de violencia obstétrica durante su parto. El estudio transversal realizado por enfermeros españoles, y que fue publicado en la revista científica Women and Birth, “La magnitud del problema de la violencia obstétrica y sus factores asociados: un estudio transversal” subraya la “alta prevalencia” de este problema. Así, los resultados de esta investigación no dejan lugar a dudas: la violencia obstétrica fue reportada por el 67,4% (606) de las mujeres; un 25,1% (226) fue de tipo verbal, un 54,5% (490) físico y un 36,7% (330) psicoafectivo.

Madre primeriza

Helena Eyimi recuerda con pavor aún hoy en día lo que vivió en el parto de su primera hija. Su experiencia fue muy desagradable, y recuerda con total claridad cómo la matrona la “des-atendió”. “En el momento que encontró entre mis papeles del embarazo y ecografías mi plan de parto empezó mi calvario. Esta ‘profesional’ me gritó, me amenazó y realizó intervenciones sin mi consentimiento con un toque racista en sus comentarios como: ‘De donde tú vienes no sé cómo se hacen las cosas, pero aquí mando yo’. Nada más nacer mi bebé pedí el alta voluntaria, quería salir de allí cuanto antes”.

De sufrir violencia obstétrica a matrona: el camino de Helena Eyimi para ayudar a las mujeres
Helena Eyimi | Andy Smith

Durante el trabajo de parto, la matrona ordenó a la auxiliar ponerle un enema, “quiera o no quiera. Mientras estoy en el baño bajo el efecto del laxante con unos dolores horribles y entre contracción y contracción, decidí que yo misma me convertiría en matrona. No podía creer lo que me estaba sucediendo, que un momento tan significativo para mí, la persona que debe apoyarme me estuviera tratando mal”, explica.

A raíz de su mala experiencia y de haber sufrido violencia obstétrica su mente no paraba y sentía la necesidad de hacer algo, actuar para que nadie más tuviera que pasar por algo parecido. “Fue para mí una experiencia traumática que me llevó a crear grupos locales con mujeres y con sus familias en defensa de un parto respetado”.

Volvió a ser mamá, pero esta vez quería cambiar esos malos recuerdos, por lo que decidió que su segunda hija naciera en casa, asistida por una matrona experta en partos domiciliarios. Y todo ello, sumado al apoyo de su familia y sus ganas, le dio el impulso para ser matrona.

Se convirtió en activista contra la violencia obstétrica, estudió Enfermería, se fue a Inglaterra a estudiar la especialidad y allí se quedó para luchar contra este problema. Además, se convirtió en la presidenta de El Parto es Nuestro y creó grupos locales con mujeres y sus familias para defender un parto respetado.

“Los motivos por los que decidí convertirme en matrona son bien claros: apoyar como profesional sanitaria a la mujer en su proceso de salud y reproductivo, siempre bajo consentimiento informado, con respeto, realizando intervenciones avaladas por evidencia científica actualizada y no por prácticas obsoletas”, explica.

Helena Eyimi

El impacto de la matrona en la vida de la mujer puede cambiar su visión para siempre, a Helena le sucedió, aunque por suerte consiguió un cambio positivo, pero en otros casos no es así. “Yo decidí estudiar y luchar por cambiar, pero hay otras mujeres que deciden no tener más hijos, por ejemplo. Se crea un trauma, depresiones, provoca situaciones complejas. Los hospitales y profesionales deben cumplir con las recomendaciones de la OMS. Es necesaria la constante actualización de la práctica clínica bajo evidencia científica en los sanitarios que atienden partos, saber que la episiotomía no es necesaria, que ciertas posturas son contraproducentes, que el piel con piel es muy beneficioso o que el enema, como el que me pusieron a mí, no tiene evidencia científica. Hay que acabar con un montón de rutinas que se realizan y que perjudican a la mujer”.

De sufrir violencia obstétrica a matrona: el camino de Helena Eyimi para ayudar a las mujeres
Helena Eyimi | Andy Smith

Como sabía que la educación es la única manera de cambiar las cosas, Helena decidió crear una empresa cuya misión sería actualizar la práctica clínica para matronas a través de un equipo docente único. “Trabajamos desde 2016 ofreciendo formación continuada bajo evidencia científica a matronas y matrones a nivel internacional. Ellos solicitan nuestros servicios y nosotras viajamos donde nos llaman. Tenemos la base en Reino Unido, pero formo a profesionales sanitarios de habla hispana, matronas y matrones de España y Latinoamérica”, cuenta.

Además de los eventos presenciales también abrieron la plataforma virtual para ayudar a mucha más gente sobre sutura perineal, emergencias obstétricas, auscultación fetal, documentación para matronas, etc., así como desarrollaron la Comunidad de Matronas Internacional con profesionales de todo el mundo donde hablan de temas de la profesión. “Es como tener nuestra propia red social”, afirma.

Enfermera en la ONU

Su transición ha sido bastante natural, lleva años centrada en el mundo de la matronería, concienciando al colectivo de mujeres sobre la importancia de la profesión, y toda esa entrega y esfuerzo se vieron reconocidos cuando hace unos años recibió una llamada de la ONU ofreciéndole un puesto. “Habían oído hablar de mi trabajo, de mi lucha y querían ofrecerme un puesto de matrona experta en la salud de la mujer. ¡No podía creérmelo!”, afirma emocionada.

De esta manera Helena ha conseguido compaginar sus tres pasiones: las Naciones Unidas, su empresa y el trabajo como matrona en el sistema sanitario en Reino Unido (NHS). Dentro de la ONU ha desarrollado una formación específica de Mujer y Salud, “se trata de un curso obligatorio para todo el personal sanitarios de las Naciones Unidas que se respalda en los puntos 3 (Salud y bienestar. Garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos a todas las edades) y 5 (Igualdad de género. Lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y las niñas) de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.

Curso actualizado de sutura perineal, Chile 2023 | Foto : Sylvana González

Tiene una agenda muy organizada para poder compaginar el trabajo en la ONU con su empresa y su labor como matrona del NHS, pero no solo eso, también da conferencias, participa en congresos y forma a sanitarios de forma presencia. “Helena Eyimi Ltd. es una compañía con un equipo muy potente de profesionales detrás. Yo tuve la idea, he creado la marca, pero ni mucho menos trabajo sola. Las formaciones presenciales están avaladas por un grupo de matronas docentes británicas de mucho prestigio y profesionalidad. Tanto el marketing, la administración, como la atención al cliente están apoyados por un grupo de trabajadoras expertas con años de experiencia que están completamente entregadas a la filosofía de la empresa. ¡Sin ellas esto no sería posible!”, afirma.

Un cambio

Helena pasó de ser madre víctima de violencia obstétrica a ayudar a las mujeres que han pasado por ello y a luchar para que en el futuro ninguna tenga que verse maltratada en el nacimiento de su hijo. Estudió, se formó y creó un grupo y una empresa para intentar terminar con esta práctica. Desde 2016 han formado a más de 8.000 matronas en diferentes países y espera llegar mucho más allá.

Helena es matrona, mujer, hija y madre (así se define). Lo que está claro es que ha sido y es una mujer luchadora, activista de los derechos humanos y de los cambios, unos cambios necesarios para ayudar a todas las que puedan necesitarlo, para que nunca nadie más vuelva a tener que soportar gritos, malas contestaciones o prácticas abusivas; en conclusión: para que ninguna mujer tenga que volver a sufrir en el mejor día de su vida.

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