Análisis de la percepción de los estudiantes de enfermería sobre evaluación y retroalimentación de su aprendizaje

Sección: Originales

Cómo citar este artículo

Tessa R. Análisis de la percepción de los estudiantes de Enfermería sobre evaluación y retroalimentación de su aprendizaje. Rev. iberoam. educ. investi. Enferm. 2016; 6(1):37-47.

Autores

Rosana Tessa

Magister en Educación. Especialista en Enfermería Materno Infantil. Profesora Adjunta de la Facultad de Enfermería y Tecnologías de la Salud. Universidad Católica del Uruguay. Montevideo (Uruguay).

Contacto:

Email: rosana.tessa@gmail.com

Titulo:

Análisis de la percepción de los estudiantes de enfermería sobre evaluación y retroalimentación de su aprendizaje

Resumen

Introducción/objetivo: el objetivo del presente estudio fue analizar la percepción de los estudiantes de Enfermería, sobre la evaluación y retroalimentación de su aprendizaje.
Método: estudio cuantitativo. Población objetivo: 27 estudiantes de 3er y 4º año de la carrera, muestra probabilística estratificada simple de 10 estudiantes. Los datos fueron recolectados en un cuestionario autoadministrado de preguntas cerradas con cuatro alternativas de respuesta.
Resultados: los estudiantes experimentaron sensaciones contrapuestas, para unos la evaluación es un proceso y para otros una calificación, un control. El examen escrito es el instrumento más utilizado. La evaluación final la realiza siempre el docente. Algunos entienden la retroalimentación como un diálogo y otros como conocer la nota final.
Discusión/conclusión: la percepción de los estudiantes es que la evaluación realizada cumple en muy pocos casos con las características que debería tener una evaluación educativa formativa.

Palabras clave:

percepción ; evaluación ; retroalimentación ; aprendizaje ; estudiantes de enfermería

Title:

Analysis of nursing students perceptions on assessment and feedback on their learning

Abstract:

Introduction/purpose: we aimed at analyzing nursing students perceptions on assessment and feedback on their learning.
Methods: a quantitative study. Target population: 27 nursing students in their 3rd or 4th year; a simple stratified probabilistic sample with 10 students. Data were collected by means of a self-administered questionnaire including closed questions with four alternative answers.
Results: students had conflicting feelings. Assessment is a process for some of them, and a grade or a control for some others. Written exams were the most common way of assessment. Final assessment is always decided by teachers. Some students feel feedback is a dialog, and others consider it is a way to get to know their final grade.
Discussion/conclusion: according to students' perceptions, current assessments rarely have the characteristics an educational assessment should have.

Keywords:

Assessment; feedback; learning; nursing students

Portugues

Título:

Análise da percepção de estudantes de enfermagem sobre a avaliação e feedback de seu aprendizado

Resumo:

Introdução/Objetivos:  o objetivo deste estudo foi analisar a percepção de alunos de enfermagem sobre a avaliação e feedback de seu aprendizado.
Método: estudo quantitativo. População-alvo, vinte alunos do 3º e 4º ano de estudos, única amostra aleatória estratificada de 10 alunos. Os dados foram coletados a partir de questionário auto-administrado de perguntas fechadas com quatro respostas possíveis.
Resultado: os alunos experimentaram sentimentos contraditórios para algum tipo de avaliação é um processo e para outros um controle de qualidade. O exame escrito é o instrumento utilizado. A avaliação final é sempre feito pelo professor. Entende-se o feedback como um diálogo, e outros gostam de saber o resultado final.
Discussão/Conclusão: a percepção de estudantes é que a avaliação reúne-se em casos raros com características que devem ter uma avaliação educacional formativa.

Palavras-chave:

percepção das enfermeiras; avaliação; feedback; aprendizagem; estudante

Introducción

Cuando hablamos de calidad educativa, necesariamente debemos mencionar a la evaluación. Según Casanova (1): “la calidad de la educación depende, en buena medida, de la rigurosidad de la evaluación, y evaluar no siempre resulta fácil, pero es siempre ineludible”. En los últimos años, en la educación superior, la evaluación ha sido objeto de debate y de confrontaciones. Esta es el proceso y resultado de una práctica pedagógica, que no siempre es considerada justa por el evaluado, ya que depende muchas veces del grado de conciencia de quien evalúa, de lo que se evalúa, de los objetivos y los procedimientos empleados para realizarla. La evaluación es un indicador que permite medir la efectividad y el avance de los procesos de enseñanza-aprendizaje, de los estudiantes, permitiendo la reflexión que oriente a corregir y contribuya significativamente a mejorar la enseñanza que dé un mejor aprendizaje.  Flórez Ochoa (2) dijo: “no hay que evaluar solo aprendizajes del alumno, también es imprescindible evaluar la enseñanza como proceso que suscita y genera aprendizaje”.
Sin duda, la evaluación es un proceso complejo que involucra a estudiantes y docentes, que la mayoría de las veces no están adecuadamente preparados para realizarla y solo es utilizada con un carácter regulador y de control, desconociendo otras potencialidades que tiene como es la formación, el aprendizaje, la retroalimentación y el diálogo. De ahí que en este proceso es importante que el estudiante se replantee su papel, asumiendo una actitud crítica, reflexiva y participativa en su formación, construyendo su propio conocimiento, en un continuo dialogo y retroalimentación con el docente.
Perrenoud (3) expresa que: “sin la evaluación no existiría ni el éxito ni el fracaso escolar”, es por ello que nos planteamos esta investigación, pues creímos que es importante poder conocer y analizar la percepción de los estudiantes de la licenciatura de Enfermería sobre la evaluación y retroalimentación de su aprendizaje, para poder así contribuir al proceso de cambio en el rediseño curricular donde todos los integrantes de la comunidad educativa participen activamente.

Fundamentación

El debate y la reflexión sobre la evaluación educativa deben estar siempre abiertos porque es parte fundamental en la formación y perfeccionamiento de los estudiantes, profesores y de la propia institución formadora.
El tema de la evaluación universitaria va más allá de lo académico y trasciende a la sociedad que espera profesionales formados, críticos, reflexivos y con competencias dentro de la carrera en la que se han formado. La evaluación puede ayudar al estudiante a entender el valor de sus trabajos, a ver sus limitaciones y a replantearse lo realizado hasta el momento, con el fin de lograr cambios positivos y de avanzar (4).
Si nos planteamos la evaluación como la columna vertebral del proceso de enseñanza y aprendizaje, debemos dar entonces una mayor participación a los estudiantes y a su vez solicitarles mayor compromiso y responsabilidad en el mismo. La evaluación debe configurarse como un elemento clave que permita guiar el aprendizaje, ajustar los elementos curriculares a las características y necesidades de los estudiantes para perfeccionar constantemente el proceso formativo.
La elección de la evaluación como tema de este trabajo responde entonces a la importancia que representa en el proceso de enseñanza y aprendizaje, además esta temática adquiere especial importancia en el proceso de rediseño curricular en el cual se encuentra la Facultad de Enfermería de la Universidad Católica del Uruguay, donde se torna impostergable tratar y estudiar dicho tema, incluyendo en él a uno de los actores principales, como son los estudiantes. En este contexto, los estudiantes han sido muy críticos en los momentos en que se refieren al tema de las evaluaciones que se les realiza.
Es por ello que creímos que sería interesante poder conocer y analizar las percepciones de los estudiantes sobre la evaluación y obtener de este modo datos significativos que permitan elaborar estrategias coherentes, para modificar lo que sea necesario, elevar la calidad del aprendizaje y de las actividades académicas que reciben los mismos, logrando un aprendizaje significativo.

Objetivos y preguntas de investigación

¿Cuál es la percepción que tienen los estudiantes de Enfermería sobre la evaluación que se les realiza en relación a la evaluación de su aprendizaje?
¿Cuáles son las dificultades más importantes que encuentran al momento de la evaluación?

Objetivo general

Analizar la percepción que tienen los estudiantes de la Facultad de Enfermería de la Universidad Católica de Uruguay, sobre la evaluación y retroalimentación de su aprendizaje.

Objetivos específicos

  • Conocer qué entienden los estudiantes por evaluación.
  • Enumerar los métodos de evaluación más utilizados en este proceso.
  • Analizar qué piensan los estudiantes sobre la retroalimentación dada por el docente.

Materiales y métodos

Para realizar el diseño metodológico de la investigación se tuvieron en cuenta los propósitos y objetivos de la misma. Se utilizó un enfoque cuantitativo.
La población objeto de estudio estuvo formada por 27 estudiantes de tercer y cuarto año de la licenciatura de Enfermería de la Facultad de Enfermería y Tecnologías de la Salud de la Universidad Católica de Uruguay. De esos estudiantes, 12 son alumnos de tercer año y 15 alumnos de cuarto año, de dicha carrera.
Criterios de inclusión: ser estudiantes de la licenciatura en Enfermería de 3er y 4º año de la carrera, con ambos años ya aprobados. Quedan excluidos aquellos estudiantes que no han logrado culminar estos años de la carrera.
La muestra es probabilística con estratificado simple. En el grupo de estudiantes se realizó muestreo estratificado de los alumnos matriculados en tercero y cuarto año que a marzo de 2014 tenían aprobados esos cursos. Esa población universo está formada por 27 estudiantes, 12 de estos estudiantes son de tercer año y 15 de cuarto año. Para la selección de la muestra se utilizó una tabla de números aleatorios simples.
De cada grupo se tomaron al azar cinco estudiantes formando un total de la muestra de 10 estudiantes. El fundamento del criterio de inclusión se debe a que los estudiantes de tercer y cuarto año son los que han pasado por más instancias evaluativas, poseen más estancia en la institución educativa y pueden dar una percepción más fundamentada de dicho proceso que se quiere investigar.
La recolección de los datos fue realizada a través de un cuestionario de elaboración propia, autoadministrado, voluntario, anónimo, estructurado con base en la revisión bibliográfica y en investigaciones anteriores que abordan esta temática.
Dicho cuestionario fue realizado con preguntas cerradas con cuatro alternativas de respuestas, A, B, C, D, definidas a priori por el investigador, y los estudiantes tuvieron que elegir la opción que describiera más adecuadamente su respuesta.
Se realizó una prueba piloto con estudiantes de otras licenciaturas, para garantizar la confiabilidad y validez del instrumento. Una vez realizado este proceso, se elaboró el instrumento final, que fue el utilizado y que constó de 10 preguntas cerradas con cuatro alternativas de elección posibles.
Las preguntas se agruparon en las siguientes dimensiones: definición de evaluación (las preguntas 1 y 10), funciones de la evaluación (la pregunta 3), objetivos de la evaluación (la 4 y la 5), instrumentos utilizados para la evaluación (la pregunta 6), quiénes evalúan (pregunta 7), percepción del estudiante sobre evaluación (la pregunta 2 y 9), definición de retroalimentación (pregunta 8).
Una vez que los estudiantes aceptaron voluntariamente realizar este cuestionario, se les realizó previamente una entrevista para brindarles la información necesaria sobre el objetivo del estudio, asegurándoles el anonimato y la necesidad de obtener de ellos la firma del consentimiento informado.
Los cuestionarios fueron entregados y la recolección de los datos fue realizada en marzo de 2014, cuando los estudiantes que habían sido seleccionados para esta investigación ya contaban con la aprobación de todas las asignaturas de tercer y cuarto año de la carrera, lo que significaba que ya tenían terminado ese ciclo.
Después de la aclaración correspondiente y la aceptación por parte del estudiante, se estableció día y hora, donde se entregó de parte de la investigadora el cuestionario para ser completado. Se buscó para ello un lugar de la facultad, que fue un salón de clase, en donde se les otorgó privacidad y tranquilidad. La cumplimentación de este cuestionario se realizó de forma individual, ya que se había planificado con los estudiantes el mismo día pero en diferentes horarios.
Una vez completado el cuestionario, se colocó en presencia de cada estudiante en sobre cerrado para garantizar la reserva de lo que han contestado.
El aspecto ético en esta investigación educativa se avala en el consentimiento informado de los estudiantes, la autorización explícita de la directora de la carrera de Enfermería y de la decana de la institución formadora.
A partir de los datos recogidos, con la aplicación de los instrumentos, el cálculo de la confiabilidad del instrumento y su análisis, se presentan los resultados agrupados en cada una de las dimensiones y una síntesis de cada uno de ellos.
El procesamiento de la información se realizó a través de la hoja electrónica Excel con función de estadística básica. La información se presentó a través de tablas, en las cuales se mostraron los datos más relevantes obtenidos a través del cuestionario realizado. Se desarrolló un análisis descriptivo de cada dimensión, en la que se han agrupado las preguntas realizadas a los estudiantes, el análisis de cada una de las preguntas fue individual, contrastando con la bibliografía relacionada con el tema. Para estudiar los datos obtenidos se hicieron las frecuencias de los mismos. A continuación, se agruparon las respuestas obtenidas según las siete dimensiones en las que se organizaron las preguntas del cuestionario.

Resultados

En esta sección se presentan los resultados que surgen de las respuestas dadas por los estudiantes participantes en el estudio, de acuerdo a dimensiones previamente establecidas. En cuanto a la definición de evaluación (Tabla 1), la mitad de los estudiantes encuestados lo reconoce como un proceso de valorar el progreso del alumno, que abarca la enseñanza y el aprendizaje; la otra mitad tiene la idea de que evaluar significa calificar al estudiante y ver si este aprueba o no la asignatura que está cursando.
En la Tabla 2 se puede ver que la mayoría de los encuestados considera la evaluación como parte de un proceso que debe incluirse en todo el desarrollo del mismo, lo ven como un aprendizaje, sin embargo, cuatro estudiantes aún siguen considerando la evaluación como un método de control por parte de los profesores, como algo que se hace y se repite cada año de igual manera.
En relación a las funciones de la evaluación, observando los resultados obtenidos, (Tabla 3), tenemos que las opiniones están divididas: una parte de los estudiantes incluyen como función de la evaluación la participación de ellos en el proceso para mejorarlo; y la otra mitad lo ve desde un polo opuesto, en donde se acerca más a lo que es el control administrativo y la información que se les brinda de cómo van desempeñándose.
Cuando llegamos a los objetivos de la evaluación, ante las preguntas ¿para qué crees que evalúan los docentes? y ¿para qué se realiza la evaluación universitaria? las Tablas 4 y 5 muestran que si bien la población estudiantil continuó dividida en sus opiniones, se puede ver en la selección que realizan entre las opciones que creen que la evaluación sirve más allá de obtener una calificación que le permita aprobar una asignatura, para que se valore sus esfuerzos y todo el proceso que se realiza, como es la comprensión, el aprendizaje obtenido y la actitud que presentan. Como se aprecia en la Tabla 6, el instrumento más utilizado para desarrollar la evaluación, en todos estos años de vida universitaria, ha sido el examen final escrito.
Ante la pregunta ¿quiénes deciden en tu evaluación? Siete de los estudiantes contestaron que la toma el profesor solo, sin negociarla, debatirla, ni discutirla con los alumnos. Solo tres estudiantes manifiestan haberlo hecho en conjunto estudiante y docente. Los estudiantes no se perciben como responsables del proceso por el cual están transitando (Tabla 7).
¿Qué entiendes por retroalimentación? Cinco de los estudiantes entienden por retroalimentación que se dialogue y se reflexione sobre las debilidades y fortalezas del proceso; los otros cinco solo lo entienden como la nota y la muestra del examen, no como una evaluación formativa que abarque todo el proceso sino más bien sumativa. Los estudiantes que entienden la retroalimentación como un diálogo y reflexión, valoran la información trasmitida por los docentes en cuanto a su aprendizaje (Tabla 8).
En cuanto a la percepción que tienen sobre la evaluación en las Tablas 9 y 10 se observa que los estudiantes consideraron que la evaluación que se realiza en la facultad cumple muy pocas características de lo que debería ser una evaluación educativa. A pesar de ello, algunos estudiantes logran ver la evaluación como un aprendizaje, como una posibilidad de diálogo y reflexión con el docente.

Discusión

Los resultados obtenidos muestran que en relación al significado de la evaluación, aún los estudiantes confunden evaluar con calificar. La nueva cultura de la evaluación ya no se orienta tanto a la sanción, la clasificación y selección, sino que se ve como una forma de aportar información razonada y razonable dirigida a la orientación de la gestión de la mejora educativa (5).
La evaluación de los estudiantes es de una gran complejidad y, a su vez, es un componente fundamental del proceso de enseñanza-aprendizaje. Es una actividad inherente a la educación y tiene como objetivo central el aprendizaje y su seguimiento (6). Está sujeta a juicios de valor, en donde la garantía de su imparcialidad dependerá de la precisión con la que se describa la faceta o aspecto educativo que se pretende calificar (7).
En el ámbito universitario no se ha establecido una propuesta que permita abrir un debate con todos los integrantes de la comunidad educativa sobre este tema. Por lo tanto, los estudiantes siguen considerando el tema de la evaluación como una comprobación de los conocimientos que tienen sobre determinada temática. Al no darse una reflexión sobre cómo debe ser este proceso, siguen repitiendo lo que han visto hasta el momento, que es una forma de evaluación fiscalizadora y sancionadora, esto es lo que prevalece hasta la actualidad en muchas instituciones.
Algunos autores nos dicen que: “la evaluación constituye una actividad sistemática y continua, integrada dentro de los procesos socioeducativos, por lo que evaluar en Educación Social significa proporcionar la máxima información a las personas destinatarias de programas de intervención socioeducativa para mejorar los procesos, para reajustar los objetivos, para revisar planes, programas, métodos y recursos y para facilitar la máxima ayuda y orientación en el caso de que sea necesario” (8).
Consideramos, por lo tanto, que la evaluación es un proceso mucho más complejo que un examen o calificación, es una tarea ardua que debe incluir un proceso de reflexión y participación, pero en la práctica universitaria, por lo general, no es considerada de esta manera, lo que hace que se aleje bastante de lo que pedagógicamente se entiende que debe ser, priorizándose hasta el día de hoy fundamentalmente las finalidad acreditativa. Es decir, no lo consideran como una guía o mejora, sino como una acreditación o certificación de su calificación. Consideran como principales funciones el control e informar al estudiante cómo desarrolla su aprendizaje.
La insatisfacción que genera en el estudiante obtener un resultado inferior al esperado en la evaluación provoca una disminución de la autoestima, irritación, pérdida de motivación y desinterés (9).
Podríamos decir, además, que los estudiantes entienden que esta comprobación de sus conocimientos se hace únicamente mediante la realización de un examen, al cual se le atribuye una calificación y es el único criterio que se toma para decidir sobre la promoción del alumno.
Esta evaluación de tipo sumativa, dada por los exámenes, puede considerarse como más objetiva, pero puede tener peor impacto sobre el estudiante, afectando el nivel cognitivo y afectivo emocional. Debemos tener en cuenta que estos estudiantes universitarios, futuros profesionales formadores, tienen en su mayoría la idea de que una de las principales funciones de la evaluación es el control administrativo, esto implicaría la posibilidad de que continúen repitiendo esta forma de evaluar sumativa y no consideren incluir la participación y el seguimiento de su propio aprendizaje (10).
La finalidad, por tanto, debe ser mejorar o perfeccionar el proceso que se está evaluando, de manera que permita ver las fortalezas y las debilidades que se presentan, logrando un cambio de actitud en los estudiantes que participan. Es importante que los estudiantes logren entonces aprendizajes significativos acordes a sus capacidades.
El objetivo de la evaluación formativa es lograr un progresivo perfeccionamiento de estudiantes y también de docentes, no solo desde lo profesional, sino también desde el ámbito personal. En este sentido el sistema de evaluación debe presentar coherencia entre los fines y los objetivos perseguidos (11,12).
Es importante tener en cuenta que el objetivo principal debería perfeccionar el proceso de desarrollo del evaluado a partir del concepto de aprendizaje. Se debe dar un proceso reflexivo, crítico, participativo que ayude a mejorar, revertir situaciones planteadas y a la adquisición de nuevos conocimientos que lleven al autodesarrollo, autonomía y perfeccionamiento personal del estudiante.
En general, los profesores evalúan a través de un examen final escrito, lo que confirma que se utilizan pruebas que requieren la reproducción de ciertos contenidos disciplinares, en los cuales se le concede mucho valor a la reproducción de la información recibida.
La tendencia dominante es la utilización de pruebas escritas, no tomando en cuenta otras herramientas que pueden ser empleadas y que se presentan a lo largo del todo el proceso formativo.
En muy pocas oportunidades se utiliza en nuestra facultad la entrevista, el cuaderno diario, la coevaluación, la observación de clase, el portafolio, evaluación de pares, sin embargo, los docentes sabemos que existen estos instrumentos para la evaluación del aprendizaje que van más allá de los exámenes orales, escritos y que permiten obtener una evaluación más completa y formativa del estudiante en donde estos se involucran en la toma de decisiones (13).
Estas diferentes técnicas e instrumentos de evaluación pueden acompañar al desarrollo de las clases, constituyen medios importantes para la evaluación y se ajustan a la enseñanza de las asignaturas y de los diferentes grupos de estudiantes y las posibilidades de los profesores de ponerlas en práctica.
Diferentes autores manifiestan que aunque los estudiantes están disconformes la mayoría de las veces con las formas de evaluación, difícilmente aceptan los cambios en las mismas, esto se debe a circunstancias como: “las presiones de la evaluación, la experiencia que conduce al escepticismo, la sensación de que los profesores se defienden corporativamente, la sensación de que cada uno va a lo suyo, hacen que los alumnos no realicen una mayor presión en la exigencia de la mejora de la práctica docente universitaria” (14).
La utilización por parte de los docentes de este tipo de instrumentos de evaluación contribuye a mantener una cultura tradicional de evaluación del aprendizaje, eso puede deberse a que ellos están más familiarizados con las evaluaciones sumativas.
Si bien los estudiantes no se niegan a realizar estas pruebas finales sería importante poder ponerlo en práctica y que conozcan otros instrumentos de evaluación. Para ellos es muy importante el uso de diferentes instrumentos, como pueden ser la autoevaluación, la evaluación de pares, la retroalimentación, el portafolio, la resolución de casos, entre otros.
La mayoría de los estudiantes ven a los docentes como los principales responsables de realizar la evaluación, y que esta se repite año tras año de la misma manera. Esto de alguna manera lleva a la falta de interés al proceso relacionado con la evaluación, los estudiantes se sienten desmotivados al no tener participación (15). La participación en procesos de calificación no es algo que el alumnado sepa hacer de forma innata sino que, al igual que para el caso de los profesores, requiere de un aprendizaje en los ámbitos ético y procedimental, enseñanzas a las que puede no estar dispuesto buena parte del profesorado (16).
La retroalimentación proporciona orientación para poder mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Por lo general, los estudiantes afirman que después de terminar la tarea esperan que el docente les informe sobre cómo la hicieron y declaran importante para su aprendizaje el discutir sus ideas, demostrando la importancia de la comunicación y el diálogo (17).
Algunos autores sostienen que las emociones impactan sobre el rendimiento. De ahí que resulta muy importante que el docente aprenda cómo realizar la retroalimentación, la devolución de las evaluaciones, de manera que cuando se den se comience siempre por los aspectos positivos encontrados y luego pasar a los negativos y ver la manera de cómo comunicarlos. Para ello se requieren tener habilidades de comunicación, se debe ser específico y exacto en lo que se dice, cuidando la manera de abordar al estudiante (18).
La retroalimentación debe ser un camino de ida y vuelta entre estudiantes y docentes. Lo importante es tener en cuenta la manera que trasmitimos esa devolución, ser lo más objetivo posible, claro, preciso para evitar falsas e inexactas expectativas sobre lo que estamos diciendo.
Los docentes deben de facilitar este proceso de retroalimentación, que servirá como guía y motivación en el desarrollo del proceso educativo. Si bien es esencial que los estudiantes revisen su proceso como el producto de sus aprendizajes, también es importante que puedan analizar qué les pasó o cómo se sintieron como integrantes de un grupo (19).
Si bien los estudiantes manifiestan esta percepción sobre el tema evaluación, hoy en día aun en la universidad, no se le ha dado el lugar ni la importancia que surge de estas consideraciones. Debemos considerar que dentro de un proceso de cambio de la educación superior y de rediseño curricular, es muy relevante que se escuche y se analice de forma conjunta la percepción que presentan los estudiantes sobre este tema, ya que ellos son el centro de nuestra actividad educativa. Por lo general, las percepciones de los estudiantes vinculadas a la evaluación son casi todas sensaciones negativas, que les genera nerviosismo, angustias y temores.
Un estudio realizado por Ricoy y Hernández-Rodríguez (20) muestra que la gran mayoría de los estudiantes manifiestan algún tipo de sensación negativa frente a la evaluación. En general, consideran que esas sensaciones negativas se dan a partir de sus creencias o ideas previas y experiencias en las cuales se han ido creando a lo largo de su formación. Es importante en este sentido puntualizar que la forma en que los estudiantes perciban la evaluación dependerá de la forma en que el docente selecciones las actividades a realizar, los instrumentos de evaluación adecuados según el contenido y los objetivos específicos que se plantee para el aprendizaje de estos.
Según los resultados de las respuestas seleccionadas por los estudiantes en esta investigación, podemos decir que estos han vivido la mayor parte de sus evaluaciones como esquemas rígidos de enseñanza y evaluaciones en los cuales las actividades, en vez de ser una comunicación docente-estudiante para identificar debilidades y fortalezas, son consideradas por estos como un mecanismo de control y de poder por parte del docente.
Coincidimos con lo expresado por Ruiz-Gallardo et al. (21), al considerar el potencial educativo de estos resultados como fuente de reflexión para el profesorado. En primer lugar, para darnos cuenta de que los procesos de evaluación hasta ahora utilizados no tienen un carácter formativo y en segundo lugar para intentar mejorar los sistemas de comunicación existente entre los estudiantes y docentes.
Si bien la evaluación se estructura sobre dos paradigmas, el cuantitativo y cualitativo, los dos son necesarios y deben complementarse. Ambos enfoques, cuantitativo y cualitativo, constituyen las múltiples dimensiones de un proceso evaluador que se fundamenta en la dialéctica entre la objetividad y la subjetividad como fórmula para el análisis crítico.
La propuesta de una evaluación formativa conlleva una acción permanente y continua de valoración y reflexión sobre el desarrollo y evolución del aprendizaje y formación de los estudiantes y, además, es parte consustancial del proceso de enseñanza y aprendizaje. La evaluación de carácter formativo implica para el docente realizar el seguimiento de sus estudiantes en forma continua, para poder realizar una retroalimentación de las actividades que contribuyan a la formación de los estudiantes. Parece indudable que hay que variar las prácticas de la evaluación para traspasar las restricciones que generan las pruebas convencionales (22) y así para mejorar la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje es esencial incorporar cambios sólidos en la metodología y evaluación que contribuyan a transformar verdaderamente la práctica educativa (23).
La tarea de evaluar es evidentemente una actividad ardua y compleja, que requiere de la valoración del desarrollo global del proceso y de sus participantes, lo que exige la utilización de distintas estrategias y procedimientos (24,25).

Conclusión

Se puede concluir que la percepción que los estudiantes de la Facultad de Enfermería tienen sobre la evaluación y retroalimentación de su aprendizaje está limitada exclusivamente al momento en que realizan las pruebas para obtener una calificación, dándole a la misma una visión restringida de lo que realmente es.
La evaluación debe ser un medio que ayude al docente y al estudiante a lograr una transformación, o al menos a introducir cambios que den mejoras en el proceso de enseñanza aprendizaje. Sin embargo, existe una escasa participación de los estudiantes en este proceso.
Es preciso que los docentes realicen una revisión de sus formas de evaluar, que les permita incluir desde el comienzo a los estudiantes.
Es esencial realizar cambios en la metodología utilizada hasta el momento, para obtener una transformación verdadera en la evaluación educativa. Para ello es importante que todos los docentes participen en los cursos de mejora continua, donde se aborden temáticas como la evaluación integral, formativa y por competencias, para lograr así esta transformación tan necesaria, ya que la evaluación sirve como referencia para la organización y reestructuración curricular, además de brindar información al docente sobre la eficacia de lo enseñado y sobre el aprendizaje de los estudiantes, permitiendo de esta manera mejorar el proceso.
Entender la evaluación como un proceso formativo, que está en permanente construcción y cambio, implica que los diferentes actores estemos preparados para transformar las concepciones tradicionales y los esquemas rígidos de enseñanza, en verdaderas actividades formativas y evaluativas que permitan al estudiante obtener un aprendizaje significativo.
Finalmente debemos decir que analizar la percepción que los estudiantes tienen sobre la evaluación resulta un valioso aporte, con la finalidad de mejorar este proceso.
Tomando como punto de partida esta investigación sería necesario continuar en esta línea, analizando lo que piensan los docentes, para lograr tener una visión más ampliada de todos los actores del proceso, establecer debilidades y fortalezas que surjan del mismo, y entre todos contribuir a la elaboración de un nuevo modelo en la enseñanza universitaria.

Bibliografía

  1. Casanova M. La evaluación de competencias básicas. Madrid: La Muralla; 2012.
  2. Flórez Ochoa R. Estrategias de enseñanza y pedagogía. Actualidades Pedagógicas, [Internet] 2013 [citado 10 dic 2015]. Disponible en: http://revistas.lasalle.edu.co/index.php/ap/article/view/2328
  3. Perenoud P. La evaluación de los alumnos. De la producción de excelencia a la regulación de los aprendizajes. Entre dos lógicas. Buenos Aires: Alternativa Pedagógica; 2008.
  4. Álvarez Méndez JM. Evaluar para conocer, examinar para excluir. 5ª ed. Ediciones Morata; 2007.
  5. Muñoz Cantero J, Espiñeira Bellón E. Plan de mejoras fruto de la evaluación de la calidad de la atención a la diversidad en un centro educativo. Revista de Investigación Educativa [Internet] [citado 10 dic 2015]. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=283321930002
  6. Sánchez MP. Técnicas docentes y sistemas de evaluación en Educación Superior. Narcea: Madrid; 2010.
  7. De la Orden A. Evaluación y calidad: análisis de un modelo. Estudios Sobre Educación 2009; 16:17-36.
  8. Mosqueira Rey E. La evaluación continua y la autoevaluación en el marco de la enseñanza de la programación orientada a objetos. Actas de las XVI Jornadas de Enseñanza Universitaria de Informática. Barcelona: JENUI; 2010. p. 223-30.
  9. Burton N. Student justice perceptions fallowing assignment feedback. Evolution Higher Education 2006; 31(6):655-70.
  10. Millán E, Pérez J. Estudio comparativo de diversos métodos de evaluación. Actas de las XV Jornadas de Enseñanza Universitaria de Informática. Barcelona: JENUI 2009. p. 225-31.
  11. Coronado M. Aportes del enfoque de competencias docente. Ampliación, enriquecimiento y consolidación de la práctica profesional. Buenos Aires: Noveduc libros; 2009. p. 93-213.
  12. Steiman J. Las prácticas de evaluación. En: Más didáctica (en la educación superior). Madrid: Miño y Dávila; 2008. p. 125-207.
  13. Álvarez Valdivia I. Evaluación del aprendizaje en la Universidad: una mirada retrospectiva y prospectiva desde la divulgación científica. Revista electrónica Psicoeducativa 2008; (6)14. p. 235-72. [citado 15 dic 2015]. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=293121940013
  14. Robinson S, Pope D, Holyoak L. Can we meet their expectations? Experiences and perceptions of feedback in first year undergraduate students. Assessment and Evaluation in Higher Education, London: Routledge; 2011. p. 1-13.
  15. Pimienta Prieto J. Evaluación de los aprendizajes. Un enfoque basado en competencias. México: Pearson Educación; 2008.
  16. Fraile A, Cornejo P. La evaluación formativa en la enseñanza universitaria: una experiencia de innovación educativa con estudiantes de EF. Revista de evaluación educativa 2012; 1(2)2243. [citado 15 dic 2015]. Disponible en: http://revalue.mx/revista/index.php/revalue/issue/current
  17. Beaumont C,  O’Doherty M, Shannon L. Reconceptualising assessment feedback: a key to improving student learning. Studies in Higher Education 2011; 36(6): 671-87.
  18. Chabat D, Chabot M. Pedagogía emocional. Sentir para aprender. Integración de la inteligencia emocional en el aprendizaje. México: Alfaomega grupo editor; 2009.
  19. Bixio C. La evaluación en cómo planificar y evaluar en el aula. Propuestas y ejemplos Rosario: Homo Sapiens Ediciones; 2006. p. 89-115.
  20. Ricoy M, Fernández-Rodríguez J. La percepción que tienen los estudiantes universitarios sobre la evaluación. Facultad de Educación. UNED Educación XX1 2013. p. 321-42.
  21. Ruiz Gallardo J, Ruiz E, Ureña N. La evaluación en la formación inicial del profesorado: qué creemos hacer y qué perciben los alumnos. CCD 2013; 8(22):17-29.
  22. Villa A, Poblete M. Evaluación de competencias genéricas: principios, oportunidades y limitaciones. Bordón 2011; 63(1):147-170.
  23. Zanatta M. Feedback & Feedforward. [Internet] 2008 [citado 15 dic 2015]. Disponible en: www.scribd.com/doc/3820900/feedback-feedforward
  24. Margalef L. A avaliación formativa: un desafío para o ensino universitario. Vigo: Universidad de Vigo; 2009.
  25. Blanco A. Las rúbricas, un instrumento útil en la evaluación de competencias. En: Prieto L (coord.), Blanco A, Morales P, Torre JC. La enseñanza universitaria centrada en el aprendizaje: estrategias útiles para el profesorado. Barcelona: Octaedro-ICE de la Universidad de Barcelona; 2008.