Diez años de la revista “RIDEC”: divulgación científica del trabajo de la enfermería comunitaria

Jueves, 12 de diciembre de 2019

por diariodicen.es

Este mes se cumple el décimo aniversario de la Revista Iberoamericana de Enfermería Comunitaria, o RIDEC, una publicación de la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC). Vicente Gea es su director, y nos atiende para contar la historia de la revista desde sus comienzos y cómo espera encarar los retos del futuro y cómo ha reflejado esta la evolución de esta especialidad a lo largo de su primera década.

Pregunta: RIDEC cumple diez años. ¿Cómo se decidieron a ponerla en marcha? ¿Esperaban llegar tan lejos cuando comenzó a publicarse?

Respuesta: Bueno, la verdad es que la trayectoria de RIDEC supone la historia más reciente del medio de difusión científico que la Asociación de Enfermería Comunitaria de España (AEC) ha tenido, puesto que la revista supone la transformación y evolución del Boletín de Enfermería Comunitaria (BEC), nacido en la década de los 90 tras la creación de la AEC.

EL BEC fue la revista que la AEC creó para vehiculizar información sobre el ámbito de trabajo de la Atención Primaria y Comunitaria, recién creada en España; en formato papel, por supuesto, lo habitual en la década de los 90 y los años posteriores.  Probablemente era menos “científica” y más “boletín”, por decirlo de algún modo. Progresivamente fue incorporando estudios que las enfermeras comunitarias iban desarrollando, muchos basados en experiencias e intervenciones comunitarias.

Y ese crecimiento paulatino del BEC hizo que en un momento determinado la Junta Directiva de la AEC en aquel momento tomara la decisión de transformar ese boletín en una revista más científica, a la que se optó por denominar Revista Iberoamericana de Enfermería Comunitaria, para dotarla de esa connotación internacional, multicultural, diversa, latinoamericana… algo que se ha convertido en idiosincrasia de la revista, y seña de identidad: recibimos manuscritos y descargas no solo de España, sino de diversos países de Latinoamérica como Colombia, Chile, Nicaragua, México o Argentina.

En cuanto a si esperábamos llegar tan lejos, la verdad es que humildemente no creemos haber llegado demasiado lejos; estamos creciendo lenta pero constantemente, y convencidos de que el verdadero potencial de RIDEC como medio científico está por llegar.

P.: ¿Cómo ha sido la trayectoria de la revista desde sus comienzos? ¿Cómo ha evolucionado RIDEC en esta primera década?

R.: Estamos convencidos de que la trayectoria, el desarrollo de RIDEC es sumamente positiva. Nosotros, al menos, estamos muy orgullosos. Nació prácticamente como un boletín, y actualmente es una revista conocida y reconocida, aunque, siendo sinceros, también humilde. Hablar hoy en esta entrevista es un buen ejemplo de su desarrollo y progresiva visibilización.

Varios equipos editoriales han trabajado desde hace unos diez años para lograrlo. El Dr. S. Guirao Gorís, primer director/editor, a quien que sucedieron el Dr. J. R. Martínez Riera, la Dra. Ángela Sanjuán y el Dr. Raúl Juárez-Vela. Finalmente he tenido el privilegio de incorporarme como editor jefe a petición de la AEC. Y, gracias al trabajo de los anteriores equipos y al equipo actual, hemos conseguido indexarla en diversas bases de datos, nacionales e internacionales. La primera de ellas fue en Latindex, y posteriormente en las españolas Cuidatge y Dialnet. El trabajo calmado, pero planificado y constante, va dando resultados.

En ese sentido también, hemos rediseñado su imagen, consolidado las diferentes secciones de la revista, ampliado los idiomas de publicación a tres (español, portugués e inglés), mejorado los procesos de revisión y evaluación de manuscritos, acortando los tiempos de respuesta a plazos a los que no estamos acostumbrados (respuestas en menos de 48 horas, evaluaciones en 15 días, adaptaciones entre 1 y 2 meses, etc.), y, en especial, algo que queremos destacar por encima de todo: se está configurando un equipo humano y técnico excepcional, que realmente consigue que la revista funcione. Enfermeras expertas, especialistas, referentes, líderes en enfermería comunitaria, enfermeras tanto nacionales como internacionales, de diferentes puestos laborales/profesionales (asistenciales, docentes, investigadoras, gestoras…) que son las grandes protagonistas de que cada número de RIDEC se publique, y que siempre se les reconoce poco o nada su esfuerzo, conocimiento, trabajo, altruismo, colaboración, por estar en la sombra. Quiero aprovechar esta entrevista para agradecerles públicamente, como hago en cada mail que nos enviamos, su contribución y su tiempo desinteresado, sin los cuales nada sería posible. Del mismo modo, no quiero olvidar y agradecer el apoyo técnico de DAE y Grupo Paradigma, alma de que la revista sea, físicamente, lo que es; y también al Dr. Carlos Álvarez Dardet, editor de Gaceta Sanitaria, por sus consejos, que siempre nos permiten mejorar.

En cuanto a colaboraciones, el pasado año nos invitaron a la Red Iberoamericana de la Biblioteca Virtual de la Salud en Enfermería, lo cual para nosotros es muy importante, al tener la oportunidad de aprender de otros medios y editores, ya que estamos en contacto con ellos y podemos aprender de sus experiencias, como también de los eventos que organizan. Y, más recientemente, también nos adherimos al Grupo de Revistas Científicas Enfermeras que está trabajando el “Decálogo de buenas prácticas para la divulgación de resultados de investigación en enfermería”.

La verdad es que es para estar satisfechos de estos últimos 10 años.

P.: ¿Qué perspectivas de futuro aguardan a la publicación? ¿Qué objetivos tienen para los próximos años?

R.: La verdad es que creemos que el futuro es prometedor. Estamos trabajando para mantener nuestro ritmo de crecimiento actual, para convertir RIDEC en una revista más conocida, más visible, más accesible, pero que no pierda una de sus señas de identidad claves: ser una revista de acceso, y pedagógica; es decir, que permita a enfermeras de distintos perfiles profesionales publicar en ella (tanto expertas, como noveles), y que permita, a partir de los procesos editoriales y de revisión, contribuir a la mejora en las destrezas investigadoras de las enfermeras comunitarias y de los equipos multidisciplinares que se plantean publicar con nosotros.

Queremos ser partícipes de ayudar a las enfermeras a conseguir el mejor manuscrito posible, y quien desee publicar debe saberlo: contará con todo el apoyo de editores y del equipo de revisión. Y eso es un aprendizaje esencial, ya que ponemos a disposición de los autores nuestra experiencia y recomendaciones. En ese sentido, pretendemos ser, como es la enfermería, una revista “humanizada”, con alta implicación emocional, que ayude, más que dificulte, en el proceso: las enfermeras, para publicar, necesitan menos obstáculos y más facilidades.

Para los próximos años, disponemos de un plan estratégico que esperamos nos permita llevar a cabo ese desarrollo. A muy corto plazo, para 2020, implantaremos el sistema de gestión de envíos en línea, para adaptarnos a los nuevos tiempos. Esperamos ir indexándonos paulatinamente en más bases de datos reconocidas y de prestigio, entre una y dos al año para los próximos años. Vamos a implantar la publicación anual de números especiales, siempre vinculados y relacionados con la enfermería comunitaria y la salud pública.

Y desde fechas recientes hemos comenzado a establecer un espacio de comunicación para revisores (en el Congreso Nacional de Valencia ha tenido lugar la 1ª Reunión de revisores de la revista), para el intercambio de información, la unificación de criterios de evaluación y la elaboración de rúbricas, la sistematización del trabajo y, en esencia, la toma de decisiones compartida y la mejora continua.

P.: Según su punto de vista, ¿qué importancia tiene la difusión de la investigación científica en revistas como esta? ¿Qué retos plantean las épocas venideras en lo que respecta a la divulgación de la labor científica enfermera?

R.: Es vital la existencia de RIDEC, y lo digo en el más amplio sentido de la palabra: es esencial disponer en el “mercado” científico de determinadas revistas de acceso a la investigación, con capacidad de desarrollo y mejora. En ese sentido, creo que es importante recordar una máxima que tanto se cita en conversaciones y redes sociales: “No todo es JCR en publicación científica”. No decimos que no sea importante el impacto de las publicaciones, pero tal vez el modelo creado alrededor del impacto no sea el óptimo, y habría que iniciar en nuestro país una profunda y seria reflexión al respecto, desde los sectores académicos, investigadores, profesionales…

En ese sentido, que las enfermeras comunitarias dispongan de una, o varias, como es el caso de España, revistas cuyas líneas editoriales sean compatibles con la publicación de estudios de investigación en enfermería comunitaria, salud pública, experiencias educativas, intervenciones comunitarias… es primordial para facilitar, por un lado, que las profesionales con mayores obstáculos y dificultades para desarrollar su función investigadora, que son muchas, tengan a su disposición una opción asequible y gratuita donde poder publicar sin los estrictos y a veces poco comprensibles estándares de calidad que algunas revistas prestigiosas exigen, y que frecuentemente consiguen que muchas enfermeras renuncien a publicar sus trabajos, frecuentemente muy dignos e interesantes (es decir, los rechazos continuados, provocan abandono del estímulo investigador); y por otro lado, para que puedan compartir esos estudios y que otras enfermeras sean consumidoras de estudios realizados en su mismo ámbito de trabajo, y en realidades culturales similares o diferentes, accediendo fácilmente a estudios publicados en entornos distintos. Esa diversidad es la que también hace crecer el conocimiento y a las disciplinas científicas; y en ese sentido, nos enorgullecemos de poder contribuir con nuestro trabajo a ello.

La realidad es que el desarrollo científico enfermero es, aunque potente, reciente, y en ese sentido hemos de seguir aprendiendo y desarrollando habilidades y capacidades investigadoras que incluyen la difusión de los estudios, pero también el uso de la evidencia generada. Y RIDEC es una revista que se ofrece a las enfermeras comunitarias para seguir divulgando su actividad científica con un ambicioso modelo de publicación basada en la gratuidad, la ayuda y el aprendizaje.

P.: Desde su perspectiva, ¿cómo ha reflejado RIDEC los avances en enfermería familiar y comunitaria?

R.: Es una pregunta muy interesante. Resulta curioso, y hasta emocionante, comprobar que el desarrollo y crecimiento de la revista ha sido paralelo al de la enfermería comunitaria, de la especialidad.

Investigación enfermera ha habido siempre, como siempre ha habido buena investigación enfermera; pero desde hace pocos años la enfermería en España ha crecido mucho a nivel disciplinar, y cito como ejemplo los estudios de grado, postgrados oficiales (másters) con perfil investigador, terceros ciclos (doctorados) y especialidades. Es innegable que esta revolución formativa y profesional ha supuesto un impulso sin precedentes a la investigación y al conocimiento, no solo en número sino también en calidad. Y creemos que RIDEC ha ayudado a que esa mejora en número y calidad haya ido visibilizándose y difundiéndose.

Son imprescindibles revistas como esta, que permitan canalizar esa producción enfermera. De nada serviría que multitud de estudios se queden en un pendrive porque no hay espacio científico para colocarlos. Por ello no solo esta publicación, sino todas las revistas científicas enfermeras españolas, e incluso el resto de revistas con carácter multidisciplinar, han contribuido a la mejora del conocimiento enfermero, de la competencia investigadora en general, y de las enfermeras comunitarias en particular.

P.: En su opinión, ¿cómo ha contribuido RIDEC a la difusión del conocimiento científico? ¿Cómo piensan afrontar dichos retos desde la publicación?

Con José Ramón Martínez Riera, presidente de AEC

R.: El simple, pero costoso, hecho de crear, mantener y mejorar una revista científica enfermera es en sí una forma de contribuir a la difusión del conocimiento. El esfuerzo de la AEC por hacer crecer a RIDEC y apoyarla, facilitar todo el trabajo, prestar el soporte y mejorar su visibilidad, también ayuda a difundir el conocimiento científico. Muchas, muchas enfermeras y profesionales en labores técnicas, trabajan desinteresadamente para que exista.

Por otro lado, es cierto que día a día facilitamos la publicación de estudios que es posible que tuvieran dificultades para publicarse en revistas enfermeras de primera línea, por las dificultades que eso conlleva: tediosos procesos de envío y publicación, pago de cantidades económicas elevadas por publicación, traducciones al idioma inglés, extrema y selectiva selección de artículos de interés consecuencia de planificar la aceptación de artículos pensando en procesos posteriores de citación y medida del impacto…

RIDEC no sigue en caso alguno esa política, si bien nunca abandonamos una perspectiva cualitativa: publicamos artículos con temáticas directamente relacionadas con la enfermería comunitaria y la salud pública, siempre que tengan un mínimo de calidad, siguiendo procesos metodológicos rigurosos, y con un compromiso con los aspectos éticos. Realizamos escrupulosos procesos de revisión y evaluación por pares ciegos, en los que la decisión de los revisores es respetada, con independencia para la decisión. Por ello, manuscritos basados en estudios que tendrían dificultades para una difusión internacional de alto impacto, pueden encontrar aquí un medio fácilmente accesible, gratuito y con cierto alcance y difusión internacional. Es decir, somos una oportunidad interesante para la difusión de artículos científicos.

El reto radica en ser capaces de mejorar, de hacerlo más ágilmente, pero en especial, también en ser más trasparentes. La trasparencia es una cualidad editorial que debe potenciarse, porque pensamos que forma parte de la ética editorial. Nosotros, además de editores o revisores de revistas, también somos autores de investigaciones; y por experiencia propia, sabemos que probablemente nada enoja y desanima más a un autor que su estudio sea tratado con poco respeto, con oscurantismo o, en ocasiones, con desprecio (es decir su trabajo, su tiempo, su esfuerzo, su conocimiento, a veces incluso su dinero).

Hablamos de rechazos no motivados o incomprensibles, retrasos en las respuestas, demoras no justificadas en las revisiones o en la publicación, la no comunicación previa de los tiempos que maneja la revista o catástrofes como solicitar cinco veces cambios mayores para acabar rechazando un artículo. Un reto de RIDEC es, por encima de todo, no convertirse nunca en una revista poco ética ni facilitadora de la publicación.

P.: De acuerdo con su punto de vista, ¿en qué estado se encuentra actualmente la especialidad de enfermería familiar y comunitaria?

R.: Bien, esta pregunta escapa un poco al ámbito editorial de la revista, aunque al tratarse de una publicación de enfermería comunitaria, considero que tiene sentido comentarlo. Opino que, de momento, salvo la de matrona, ninguna especialidad está siendo aprovechada, lo que supone una clara ineficiencia por el dinero invertido en la formación de especialistas que no tiene el retorno deseado para la población para la que, teóricamente al menos, se han formado durante dos años. Por lo tanto, no incorporar especialistas es la peor decisión que los responsables sanitarios puedan tomar.

No creo que un país como España esté en condiciones de permitirse tal despilfarro de recursos de primer nivel. Es una irresponsabilidad, e incluso puedo llegar a pensar que sea una nueva forma de malversación del dinero público de todos. Es cierto que poco a poco la situación va mejorando, y, en mi opinión, al final se impondrá la cordura y las especialistas se incorporarán al trabajo ordinario en el ámbito de la Atención Primaria, para aprovechar sus conocimientos.

Pero también es cierto que para ello todos los actores sociales con responsabilidad y poder de decisión van a tener que tomar decisiones valientes, atrevidas, para rediseñar una atención primaria que perpetúa modelos de trabajo de hace 40 años, basada en unos cuidados muy biomédicos, escasamente comunitarios, y que mantiene el centro de atención más en la enfermedad que en las necesidades sentidas del ciudadano y su capacidad de autocuidado. Quizá en el pasado ese modelo sirviera y haya llevado a la sociedad al nivel de salud y de calidad de sistema sanitario que tenemos, pero la realidad sociodemográfica y el perfil de pacientes han cambiado radicalmente, y eso debe suponer un cambio de modelo.

En ese sentido, las enfermeras comunitarias, y en especial las especialistas, son profesionales altamente preparadas, que están esperando, y deseando, su oportunidad para demostrar que están altamente capacitadas para el desarrollo de competencias avanzadas en el cuidado, atención y control de las personas en general, y de los pacientes con problemas crónicos en particular; todo ello con previsiones sociodemográficas que obligan a que, o se toman esas decisiones atrevidas, o el sistema fracasará en su atención por incapacidad de dar respuesta a las nuevas demandas y realidades poblacionales.

Por ello, la reorganización del modelo de Atención Primaria y comunitaria, del refuerzo de las plantillas que contemple el trabajo conjunto de enfermeras comunitarias y especialistas es esencial, con trabajo igualitario y transdisciplinar, dotando a este nivel asistencial de un presupuesto acorde a lo que se le exige, con reordenación competencial para dotar de más responsabilidades a las enfermeras, ya que son tituladas superiores, másters, especialistas, incluso doctoras.

En definitiva, no considero viable un sistema de atención primaria que mantenga roles de hace 40 años, y que presuma de que quiere modernizarse para adaptarse a la nueva realidad.  Y que, al mismo tiempo, se permita el lujo de prescindir de sus competencias avanzadas, perpetuando lo que ya hacían en 1986. Pero cabe destacar que el recientemente aprobado Marco Estratégico de Atención Primaria y Comunitaria establece unas estrategias y objetivos, tendentes al necesario cambio de modelo, en el que las enfermeras comunitarias en general, y las especialistas en particular, van a tener un papel relevante.

AEC, décimo aniversario, enfermeria familiar y comunitaria, RIDEC

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