“Los pacientes de la consulta de anticoagulación son crónicos y, como tales, pueden presentar muchos contextos clínicos y sociales”

Martes, 16 de julio de 2019

por diariodicen.es

El Hospital Virgen de la Victoria, ubicado en Málaga, puso en marcha en el año 2014 la Consulta de Enfermería de Anticoagulación Oral, un nuevo espacio con el que se da respuesta a los pacientes con complicaciones relacionadas con esta especialidad, tanto a los nuevos diagnosticados como a aquellos que ya se encuentran en proceso de seguimiento. Adolfo Romero es uno de los enfermeros que forman parte de esta unidad. Nos atiende para hablar de los objetivos de estos servicios, del papel y la labor de los profesionales enfermeros y de la importancia de la educación para la salud en el abordaje de los problemas relacionados con la anticoagulación oral.

Pregunta. La consulta de Enfermería de Anticoagulación Oral fue puesta en marcha hace años, ¿cómo surgió la posibilidad de habilitar esta unidad en el hospital?

Respuesta. En efecto, nuestra consulta empezó a funcionar en su actual formato en noviembre de 2014. Nos encontrábamos desde hacía tiempo en una situación límite con respecto a las cargas y la distribución del trabajo y, tras una serie de reuniones entre nosotros, la jefatura de servicio y la supervisión hicieron propuestas que terminaron germinando en esta consulta.

P. ¿Qué objetivos se planteaban con su puesta en marcha?

R. Principalmente perseguíamos adecuar el contenido de la consulta a lo que hacían las compañeras de Atención Primaria en nuestra comunidad. Era llamativo que tanto ellas como los pacientes expertos en autocontrol pudieran cambiar dosis y nosotros, que además formábamos a los pacientes, no.

P. ¿Cuáles son las labores principales de los profesionales de la consulta?

R. En nuestra consulta podemos tener pacientes nuevos y afectados en seguimiento. En el primer caso, los recibimos, les hacemos una valoración de Enfermería y les damos una sesión de educación sanitaria. En el segundo realizamos el índice internacional normalizado (INR, por sus siglas en inglés); si este no está en el rango, hacemos una pequeña entrevista clínica para averiguar por qué ha podido ocurrir, y realizamos dosificaciones de tratamiento en función de los resultados obtenidos.

Además, derivamos al médico responsable los valores fuera de protocolo y, desde hace unos meses, también hacemos educación sanitaria estandarizada a los pacientes que cambian a anticoagulantes orales directos (ACOD). Asimismo, preparamos las derivaciones de las personas estables a Atención Primaria. Desde hace tres años se colabora con la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Málaga con una rotación de alumnos de Enfermería de tercer curso.

P. ¿Qué técnicas o procedimientos enfermeros ponen en práctica durante su labor en estos servicios?

R. Básicamente punción digital y determinación del INR, valoración clínica con entrevista, dosificación y seguimiento y educación sanitaria. Además, la planificación y desarrollo de los cursos de autocontrol.

P. ¿Qué necesidades suelen presentar los pacientes que acuden a la consulta?

R. De todo tipo. Son pacientes crónicos y, como tales, pueden presentar muchos contextos clínicos y sociales diferentes. Por ejemplo, tenemos una buena cantidad de pacientes jóvenes que están incorporados al mercado laboral y se estresan mucho al tener que depender de controles rutinarios; intentamos ajustar sus citas a sus circunstancias. Pero también encontramos problemas sociales, como en los inicios del tratamiento o desplazamientos desde lugares lejanos, que tenemos que solucionar, muchas veces coordinándonos con las enfermeras gestoras de casos.

P. ¿Cómo dan respuesta los enfermeros a estas necesidades?

R. Las respuestas son muy variadas y variables. Por ello, estos pacientes, todos en realidad, necesitan una aproximación holística como la que llevamos a cabo los profesionales enfermeros. Encontramos problemas de salud, pero también problemas sociales. Por ejemplo, a las personas con dificultades laborales o de desplazamiento, si han sido valorados positivamente en el sentido de una adecuada capacidad para manejar su propia salud, se les ofrece incorporarse al programa de autocontrol que llevamos en nuestra consulta.

P. ¿Qué pasos hay que dar cuando acude una persona por primera vez a la unidad? ¿Hay, posteriormente, un protocolo específico de seguimiento para estos afectados?

R. Sí, todo está estructurado. En primer lugar es preciso que el tratamiento esté prescrito por un médico, que lo remite a consulta. Las principales vías de acceso son urgencias, cardiología, neurología, medicina interna y neumología. Una vez el paciente acude a consulta, tal y como comentaba previamente, se realiza la valoración enfermera. Tenemos predefinidos los diagnósticos enfermeros más prevalentes, así como sus correspondientes NOC y NIC, que son las herramientas básicas para el seguimiento de los pacientes. Si estos han iniciado el tratamiento, les hacemos control de INR con punción digital y valoramos el resultado para, en función del mismo, proceder a dosificar nosotros o derivarlo al médico.

A los pacientes estables les proponemos ser trasladados a su centro de salud para continuar su seguimiento.

P. ¿Qué importancia tiene la educación para la salud en los pacientes de anticoagulación?

R. La educación para la salud es básica en estos pacientes. Son pacientes crónicos, y la gran mayoría recibe este tratamiento de por vida. Esto significa que han de tener unos hábitos de vida regulares, ser constantes, tanto por la importancia de la dieta en este tratamiento como por la influencia que tienen, por ejemplo, los cambios bruscos en la actividad física. Debemos, y así lo hacemos, insistir en el mantenimiento de estos hábitos para intentar conseguir que los controles estén en un rango terapéutico en gran parte de los casos.

P. ¿Qué papel juega la implicación de los pacientes en su tratamiento, al respecto de autocuidados, adherencia…? ¿Cómo se puede mejorar esta implicación?

R. Este es otro aspecto importantísimo de nuestra consulta. De hecho, un paciente mal cumplidor tiene un seguimiento especial, en el sentido de que se realizan esfuerzos continuos para garantizar que toma su dosis correctamente y sigue las instrucciones recibidas. También incluimos en la formación a los familiares más próximos, a ser posible, convivientes, para asegurarnos de que todo funciona como debe.

P. ¿Qué papel tienen los enfermeros en estos ámbitos, tanto en la educación para la salud como en la concienciación y la implicación de los pacientes?

R. Nuestro papel es básico. En realidad, hacemos un poco como de intérpretes del lenguaje clínico, muchas veces ininteligible para los pacientes, y lo adaptamos a su nivel de comprensión. Por ello, las sesiones de educación sanitaria siempre se adecuan a dicho nivel, y no al revés.

P. Según su experiencia, ¿cómo ha mejorado la consulta la salud de los pacientes en tratamiento de anticoagulación?

R. Sería más adecuado comentar de qué forma los pacientes han mejorado su calidad de vida y sus resultados son más estables. Disponemos de herramientas para medirlos, y así lo hacemos cada cierto periodo de tiempo, para seleccionar con criterio a aquellas personas que pueden ser seguidas en sus centros de salud o para incluirlos en los cursos de autocontrol.

Consulta de Anticoagulación Oral, enfermería, Enfermero

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