Durante años se han extendido popularmente todo tipo de teorías en cuanto a la alimentación. Dietas milagro, alimentos adelgazantes, opiniones que se han transmitido de boca en boca asentándose en la sociedad e influyendo en nuestro comportamiento alimentario y pudiendo afectar a nuestra salud negativamente.
Entre las teorías más extendidas:
El pan engorda. Este nutriente constituye la base de la dieta mediterránea. El pan no contiene un elevado nivel de calorías, es rico en hidratos de carbono y pobre en grasas. De la misma forma se ha creído que el pan tostado engorda menos, algo que es falso ya que aporta las mismas calorías.
Comer más de dos huevos a la semana aumenta el colesterol. El huevo contiene colesterol pero es bajo en grasas saturadas y grasas trans. Contiene todas las vitaminas y minerales. El aumento del colesterol va asociado a las grasas saturadas y grasas trans por lo que el consumo de este no supone factor de riesgo en personas sanas con una dieta variada y estilo de vida saludable.
Beber agua en las comidas engorda. Beber agua siempre es saludable y necesario para el organismo. No importa en el momento que se tome, el agua no aporta calorías, por lo tanto es imposible que engorde.
Saltarse comidas adelgaza. La clave se encuentra en el tipo de alimentos que se consuman. Aunque se haga dieta se deben realizar 5 comidas diarias solo que tomando los alimentos indicados. De hecho, se ha demostrado que las personas que dejan pasar mucho tiempo entre comidas queman menos calorías.
Los alimentos light adelgazan. A los alimentos Light se le reducen o eliminan alguno de sus componentes calóricos pero no quiere decir que bajen de peso.
Los alimentos frescos son mejores con los congelados. El frío hace que el alimento conserve las mismas cualidades sin alterarlo por lo tanto, no afecta a su calidad.
Hay alimentos buenos y malos. No hay ningún alimento 100% bueno ni completo. Por lo tanto lo correcto es que se establezcan las proporciones adecuadas para tener una alimentación equilibrada.
