El día 10 de septiembre se estableció como el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Un día marcado en el calendario con el objetivo de que las naciones de todo el mundo implementen y promuevan acciones para prevenirlo. La OMS quiere que se acabe, de una vez por todas, con el estigma que sufren las personas con trastornos mentales o comportamientos suicidas.
La OMS señala al suicidio como un problema multifactorial, que resulta de una compleja interacción de factores biológicos, genéticos, psicológicos, sociológicos y ambientales. No obstante, apunta que la prevención y el tratamiento adecuado de la depresión, abuso de alcohol y otras sustancias, así como de quienes han intentado suicidarse, permite la reducción de las tasas de suicidio.
De hecho, según datos de la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, el suicidio se encuentra entre las 20 principales causas de muerte a nivel mundial para personas de todas las edades. Es responsable de más de 800.000 muertes al año, lo que equivale a un suicidio cada 40 segundos.
Alerta de riesgo de Suicidio (ARSUIC)
Para mejorar la prevención e intentar reducir la tasa de suicidios, la Comunidad de Madrid ha incorporado a la historia clínica electrónica una nueva herramienta digital denominada Alerta de riesgo de Suicidio (ARSUIC), que facilita la asistencia sanitaria a los pacientes en seguimiento por conducta autolítica y refuerza la colaboración entre el médico de Atención Primaria y los profesionales del SUMMA 112.
La consejera de Sanidad, Fátima Matute, lo ha presentado junto a expertos de salud mental y supervivientes de suicidio y ha explicado que el objetivo de esta medida es “prevenir, mejorar la calidad de la atención y no estigmatizar esta conducta entre los propios especialistas y la población”.
Para su aplicación, la Oficina Regional de Salud Mental y Adicciones pondrá en marcha cursos de formación para los profesionales facultativos de Psiquiatría y Psicología Clínica, así como sesiones de difusión general en Atención Primaria y SUMMA 112.
Desde la Comunidad de Madrid explican que han presentado en público la nueva herramienta y han preparado un foro porque “no hablar del suicidio mata, y hablar mal del suicidio, también puede hacerlo”.
Asimismo, han recordado que se debe evitar publicar detalles, lugares, casuísticas o metodologías, porque puede llevar a comportamientos imitativos y el llamado efecto contagio, sobre todo en población joven y vulnerable no siempre plenamente consciente de su carácter irreversible.