La Justicia ha condenado al Servicio Andaluz de Salud tras darle la razón a la familia de un paciente que fue diagnosticado de cáncer y que finalmente falleció pero cuyo resultado no fue comunicado. Al parecer, al paciente se le diagnosticó un cáncer con metástasis después de realizarle una endoscopia digestiva, pero no se le comunicó el diagnóstico y no se le administró el tratamiento pertinente.
Por ello, los familiares interpusieron una demanda y ahora el SAS deberá indemnizar con 200.000 euros a los familiares . Según expone la sentencia a la que ha tenido acceso la agencia EFE, los hechos se remontan al 29 de julio de 2015 cuando el hombre acudió al Hospital Virgen de las Nieves de Granada para hacerse una endoscopia, tal y como habían pedido los especialistas de Nefrología. La prueba dio como resultado cáncer de esófago, pero este diagnóstico no fue comunicado ni al paciente ni a otros especialistas que le atendían.
El hombre acudió tres años más tarde a consulta de Cirugía General y Digestiva por sangrado esporádico derivado de hemodiálisis. El especialista que le atendió apreció una lesión perianal excrecente y cuando consultó el historial clínico del paciente pudo comprobar que aparecía una endoscopia que se había realizado años antes, con el diagnóstico.
Los familiares exponen que la tardanza en el diagnóstico “motivó el agravamiento y la imposibilidad de un tratamiento que minimizara los efectos del cáncer” y que, aunque no hubiera tratamiento, podría haberse tratado para que tuviera mayor calidad de vida que la que tuvo. El SAS, por su parte, reconoció que hubo una demora en comunicar y establecer el tratamiento. No obstante, alegó que no se podía saber “cuál habría sido la evolución de la enfermedad, incluso habiendo instaurado un tratamiento precoz, ya que el paciente tenía un deteriorado estado previo de salud”. Por este motivo, defienden que no cabía establecer “un nexo causal claro y directo”.
