Recientemente tuvo lugar el VII Congreso Internacional y XIII Nacional de la Asociación de Enfermería Comunitaria, donde un total de 373 congresistas se dieron cita bajo el lema ‘Vulnerabilidad y Salud Comunitaria: una nueva era para los determinantes en salud’, dicho lema hacía referencia a la importancia de avanzar en la atención sanitaria poniendo el foco en la equidad, las desigualdades y los determinantes sociales de la salud.
Charlamos con José Miguel Mansilla Domínguez, presidente del comité organizador y vocal de la Comunidad de Madrid de la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC), quien nos habla de la importancia de la figura de la enfermera comunitaria como garante de cuidados y prevención de la salud de la población, así como del desarrollo y conclusiones a las que llegaron tras el congreso.
Pregunta.- Recientemente ha tenido lugar el VII Congreso Internacional y XIII Nacional de la AEC, ¿cómo resumiría brevemente este encuentro? ¿Cuáles han sido sus principales objetivos?
Respuesta.- Estamos muy satisfechos con la asistencia y participación al Congreso de los 373 congresistas, que fue muy alta, tanto a todas las mesas plenarias, como a los talleres, a comunicaciones y póster. Y con el nivel científico de las mesas plenarias y de los talleres y el interés suscitado y los debates que surgieron.
Como congreso internacional, hemos compartido diferentes experiencias de contextos sociales muy diferentes, que van más allá de nuestro entorno local o nacional, para extendernos de manera global al ámbito internacional en países como Italia, México, Colombia, Ecuador, Perú, Brasil y Argentina.
Como proponía nuestro lema, uno de los principales objetivos del congreso era reflexionar sobre cómo las enfermeras comunitarias trabajamos la vulnerabilidad de nuestras poblaciones. Las enfermeras comunitarias debemos estar preparadas para abordar los complejos retos que nos plantea la realidad actual y que están relacionados estrechamente con las situaciones de vulnerabilidad, pobreza y desigualdad que viven las personas de nuestro entorno. Afectados y condicionados por múltiples determinantes sociales; las condiciones de vida y de trabajo, la migración, género, problemas de salud y situaciones de cronicidad y dependencia, unidos a las desigualdades en al acceso al sistema sanitario.
Las desigualdades en salud tienen un impacto enorme en la salud de la población y es prioritario incluirlas como eje transversal en las políticas sanitarias y sociales para garantizar la equidad en salud, teniendo en cuenta el conjunto de factores sociales determinantes de la salud, sin limitarse al ámbito exclusivamente sanitario.
Otro de los objetivos de nuestro congreso era reflexionar cómo la Salud Comunitaria debe ser una de las principales estrategias para conseguir este reto, esta participación intersectorial que nos hace a todos protagonistas de la mejora del bienestar de la comunidad.
P.- A lo largo de los tres días de congreso se han tratado diversos temas de actualidad enfermera, entre ellos el abordaje de la vulnerabilidad en la salud comunitaria. ¿Cómo afecta, por poner un ejemplo, la llegada de población procedente de zonas de conflictos bélicos a la hora de gestionar la salud comunitaria?
R.- Durante el congreso tratamos la importancia y la necesidad de trabajar la salud y la equidad en el sistema sanitario, en Atención Primaria, en nuestras consultas de enfermería comunitaria, pero siempre en colaboración las políticas locales, regionales y nacionales. De hecho, nuestras mesas contaban con un representante a nivel nacional, regional y local e internacional.
Las emergencias humanitarias complejas como refugiados de diferentes conflictos bélicos, son uno de los ejemplos más claros de vulnerabilidad, crisis que afectan a poblaciones civiles sometidas a violencia generalizada y llevan asociados desplazamiento poblacional, mortalidad, enfermedades infecciosas, violencia y cuando acuden a los lugares de destino, desarraigo y son un ejemplo claro de la necesaria colaboración de profesionales sanitarios y de políticos sanitarios.
Desde nuestro entorno, a la hora de gestionar su salud de esta población desplazada, la principal necesidad que debemos cubrir es garantizar asistencia sanitaria gratuita como el resto de la población, correspondiendo con la universalidad de nuestro sistema sanitario. Es una responsabilidad compartida de profesionales de salud y política sanitaria.
Medidas importantes para tener en cuenta también, serían valorar el estado de salud haciendo especial énfasis en situaciones de dependencia, discapacidad y vulnerabilidad de la población y colaborar. Conocer estado vacunal de la población infantil desplazada y actualizar calendarios de vacunación sería otra de las medidas convenientes a desarrollar, unido a la atención a mujeres embarazadas y no menos importante es contar con documentos de Educación para la Salud en su idioma y garantizar traducción en las visitas a los diferentes profesionales del sistema sanitario.
P.- Otra de las mesas de debate fue “El género como determinante de salud”, donde, además de un diálogo entre profesionales se llevó a cabo una dramatización para ayudar a las enfermeras/os a detectar posibles víctimas de violencia de género. ¿En qué medida el papel de la enfermera es fundamental en la prevención y detección de los casos de violencia?
R.- La violencia de género es un fenómeno que se relaciona estrechamente con la persistente desigualdad de género presente en todas las culturas, y que tiene profundas implicaciones para la salud de las mujeres. Se trata de un problema de salud pública que exige una respuesta integral. En este contexto, las enfermeras comunitarias desempeñan un papel fundamental tanto en la prevención primaria, a través de la educación y la sensibilización, como en la prevención secundaria, al detectar casos de violencia de género en las consultas de Atención Primaria y en la comunidad.
La violencia de género se define como la producción de sufrimiento a la mujer debido únicamente a su condición de ser mujer, una desigualdad injusta y evitable que tiene sus raíces en la desigualdad de género. Las enfermeras comunitarias en general y las enfermeras de Atención Primaria en particular son esenciales en este proceso debido a su accesibilidad y su frecuente contacto con las mujeres a lo largo de todo su ciclo vital, lo que les permite identificar de manera temprana posibles casos de violencia de género.
La detección de la violencia de género se basa principalmente en la entrevista, aunque puede complementarse con el uso de diversos cuestionarios o escalas de evaluación. Es esencial que las enfermeras acompañen a las mujeres en todo momento, apoyándolas en su proceso de cambio y salida.
P.- La figura de la enfermera poco a poco va integrándose en las políticas de gestión y en las mesas de programas institucionales; sin embargo, aún le queda camino por recorrer. ¿A qué se debe, en su opinión, que, pese al importante papel que desempeñan las enfermeras, no estén aún integradas plenamente en la gestión de programas o políticas sanitarias?
R.- La Atención Primaria de salud se encuentra en un momento de cambio, resultado de las reflexiones que los expertos han llevado a cabo en busca de su sostenibilidad. En términos de gestión, la clave radica en la organización de los servicios y la movilización de las personas encargadas de llevarlas a cabo. Lo que abre un amplio abanico de oportunidades para las enfermeras, tanto en la gestión de centros de salud, gerencias e incluso en consejerías. Como pudimos compartir en la conferencia de clausura de una de las mesas plenarias de nuestro congreso titulada ‘¿Cómo impregna la mirada enfermera a la política sanitaria?’, teniendo como ponente a Patricia Gómez Picard, enfermera gestora, actualmente dedicada a la política siendo diputada del PSOE en el Parlamento de las Islas Baleares y exconsejera de dicho parlamento durante dos legislaturas.
Tenemos una posición privilegiada en la vida de las personas, sus problemas, dificultades, familia, domicilio, barrios, entornos. Pero en la parte de órganos de poder no se nos está dando el papel que nos toca jugar, acorde a nuestras competencias actuales con profesionales formados y capacitados en el ámbito asistencial, docente, investigador y en gestión.
Uno de los motivos sin duda es conseguir espacios de poder ocupados históricamente por otros profesionales y que cuesta “compartir”, unido a un menor reconocimiento social. Podemos decir que la influencia del género en la profesión enfermera ha provocado una falta de reconocimiento social de la misma, al estar asociados de forma simbólica los cuidados enfermeros a las cualidades tradicionalmente femeninas.
La mejor manera de revertir esta situación, al igual que la desigualdad de género existente en nuestra sociedad, es ocupar estos espacios de gestión por los profesionales mejor capacitados para ello. Independientemente del género o de la formación de grado previa y basado en formación, capacitación, experiencia, liderazgo y resultados. Un doble techo de cristal que las enfermeras queremos y debemos romper para así poder avanzar hacia una sociedad más justa y más eficiente.
P.- Este encuentro contó con una parte eminentemente práctica mediante la organización de varios talleres, donde se trataron temas como la lectura crítica de etiquetas de alimentos, salud digital para los mayores o la promoción de salud a través de RRSS. ¿Qué nos puede destacar de estas actividades?
R.- Todas las actividad y talleres tenían un componente eminentemente práctico, donde profesionales relevantes en su campo compartían con los congresistas toda su experiencia y trayectoria.
Talleres como el de “Diseño de una intervención comunitaria para la lectura crítica de etiquetas de los alimentos” a cargo de Dña. Andrea Calderón García, Nutricionista, tenía como objetivo ayudar a la población general a hacer una cesta de la compra más saludable a la par de lo más económica posible. Aprender a leer etiquetas de alimentos es una herramienta que empodera a la población, permitiéndoles ser capaces de seleccionar productos que realmente aporten valor nutricional a su dieta.
En el taller “Alfabetización en salud digital para mayores” a cargo de Dña. Alicia Negrón Fraga, reflexionamos sobre la importancia de incorporar las intervenciones comunitarias en salud digital para mayores llevadas a cabo por enfermeras comunitarias.
Y en el taller “Enfermeras comunitarias promocionando la salud a través de las ondas, prensa y RRSS”, a cargo de Dña. Luz Divina Barrios García, hablamos sobre la necesidad e importancia de estar presente en las redes sociales divulgando contenidos en salud de calidad y basados en la evidencia.
P.- En líneas generales, ¿a qué conclusiones llegaron tras el congreso?
R.- Como proponía nuestro lema, trabajar la vulnerabilidad de nuestras poblaciones debe ser un reto para todos nosotros y nosotras. Las enfermeras comunitarias debemos estar preparadas para abordar los complejos retos que nos plantea la realidad actual y que están relacionados estrechamente con las situaciones de vulnerabilidad, pobreza y desigualdad que viven las personas de nuestro entorno.
La asistencia y participación al congreso fue muy alta, tanto a todas las mesas plenarias, hecho que fue reconocido por el presidente del comité organizador, del comité científico y la presidenta de AEC en las conclusiones al finalizar el congreso.
Los equipos de Atención Primaria deben centrar su atención en las personas, las familias y los entornos, así como sobre sus necesidades desde el liderazgo de una atención integral, integrada e integradora, a lo largo de toda la vida y de forma continuada e intersectorial.
Las enfermas comunitarias somos los profesionales que por nuestra formación, capacitación y competencia profesional debemos ser referentes en el cuidado de personas y comunidades. Trabajar en promoción de la salud y prevención de la enfermedad, además de poder actuar adecuadamente en el diagnóstico, el tratamiento, la curación, rehabilitación y el acompañamiento de la pérdida de salud.
P.- Para finalizar, ¿qué retos tiene la Enfermería Comunitaria en España?
R.- En la actualidad, contamos con una normativa sólida que establece claramente nuestras funciones, atribuciones y desempeño profesional. Esto reconoce la importancia de su papel en el sistema de salud y en la promoción de la salud en la comunidad. Y tenemos como reto un desarrollo completo y pleno de estas funciones y atribuciones.
Estamos preparados para responder a las necesidades cambiantes de la población. Asumimos nuevas responsabilidades en áreas como la gestión de la atención de salud y la investigación en enfermería. Esto, en última instancia, se traduce en una mejora para el sistema de salud en su conjunto, la profesión de enfermería.
A pesar de los avances y los logros en la regulación y la formación de enfermeros y enfermeras de familia y comunitaria, aún existen desafíos importantes. Cada Consejería de Salud en las diferentes comunidades debe esforzarse por garantizar que esta especialidad pueda desarrollar plenamente su potencial para mejorar la atención de salud. Esto incluye la asignación de recursos adecuados, la promoción de la investigación en enfermería comunitaria y la integración de estos profesionales en equipos multidisciplinarios de atención primaria. En última instancia, el objetivo es asegurar que cada individuo y comunidad reciba la atención de salud integral y centrada en sus necesidades, promoviendo la salud y previniendo enfermedades de manera efectiva.
