Un día con una estudiante de EnfermeríaLunes, 28 de julio de 2025 por diariodicen.es ¡Aitana, cuenta de la T4! ¿Son dos cañas y una…? ¡No, ellas se han pasado a la S3! Los de la T4 ahora son un verdejo y una caña. ¿Me apuntas, por favor, una sangría y un agua para la T2? Y se va con la bandeja sobre la mano derecha. Hace dos o tres años Aitana Valencia aprendió a llevar la bandeja con una sola mano. Bar familiar, de su tío exactamente, en el que trabaja “tipo extra” los fines de semana, sobre todo porque empatiza mucho con sus padres y quiere gestionar sus propios gastos y si puede aportar para la universidad, mejor. Estudia Enfermería en la Universidad de Comillas. Tiene 19 años de edad y un año de estudios. No tuvo un primer impulso como tal, no hubo un despertar, aunque siempre le han gustado materias como Biología y toda aquella relacionada con la sanidad. Entonces, se puso a investigar: medicina o enfermería. Comparó. Habla perfecto el inglés y le dice a una pareja que acaba de llegar que no hay sitio en la terraza, solo en el interior. Thanks. Aitana Valencia MoyanoEstudiante de enfermería Su primer año con la Enfermería Comparó y le gustó más Enfermería “porque es mucho más cercana con el paciente”. Le gusta ser parte de él, estar con él, seguir su tratamiento. Acompañarlo. “Te acercas completamente al paciente”. Pero ella ahora va y viene. Deja cosas en la barra. Prepara las cañas, los vinos, el cuenco de aceitunas. A veces los mojitos. A su ‘compi’ David le salen mejor. Hasta que deja la bandeja en la barra y se recuesta en la entrada, la que da a la Plaza de Santo Domingo, siempre pendiente de los movimientos que se cuecen en la terraza. De pie, las piernas cruzadas. Gafas. Enfermería es mucho más dura de lo que parece y de lo que pensaba antes de empezar a estudiarla. Le gusta. Piensa que sobre todo hay que aprender a gestionar el estrés. Las prácticas en su primer año las hizo en el Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos, en la Unidad de Discapacidad Intelectual. “Muy heavy”. Y añade haber tenido suerte porque “me tocó una enfermera que siempre que podía me enseñaba, me daba la oportunidad de hacer algunas cosas. Intentaba incluirme en todo para aprender. No todo el mundo hace eso. A amigas y amigos les ha tocado enfermeras, enfermeros que han estado allí porque estaban. Pero a mí, por ejemplo, me dijeron que si queríamos entre mi compañera y yo tratar de sacarnos sangre y súper bien”. La terraza del bar tiene cinco mesas y mucho movimiento. Los sábados más aún. Sobre todo quienes piden sangría, mojito, cava, blanco o tinto son turistas extranjeros. Es pronto decirlo, pero afirma haber pensado en irse. “Ojalá cambien las cosas, pero no creo. Termino mi carrera aquí. Trabajo dos años y si toca irse, me iré”. Sí, se refiere a las condiciones y el reconocimiento. “A mí me encantaría trabajar en España porque es mi país y me gusta, y tiene muy buen potencial en sanidad, pero no cuida al personal sanitario… En Noruega hacen la mitad del trabajo, que no es por no trabajar, y tienen mejores condiciones y calidad de vida”. (No fue necesario comentarle que según el Informe de Ratios 2024, de las 10.500 enfermeras graduadas que salen cada año, un 13% se marcha fuera de España). No, the kitchen opens at 20… OK. ¡Cuenta de la T1! Va a la barra. Espera. Coge el ticket, el datafono y la bandeja para recoger lo que queda en aquella mesa. Esta vez no hay propina. Thanks. Bye. En la universidad estudia de 14h a 20h. Turno que implica que algunos de sus compañeros sean mucho más mayores. Hay mucha diversidad. Y subraya que la hay también en la edad. Muchos auxiliares, psicólogos. “Hasta un podólogo”. Un amigo de 40 años. “¡Es un señor!”. Lo dice seria. “Muchos auxiliares siempre quisieron llegar a enfermería y ven lo que es al trabajar mano a mano”. Eso lo resalta también. Le gusta. Y que trabaje en el bar más fuera que dentro se entiende, quizá, al añadir que estudiar en la universidad y en el horario de tarde ha significado tener que adaptarse, en concreto, a estar en casa durante las mañanas. Afirma tajante que no es de bibliotecas. Mucha gente. Se distrae. “Bulla hay”. Para acompañarse se pone un vídeo de fondo de un chico o una chica estudiando, en silencio. Dos horas haciendo prácticamente lo mismo. Concentrada, con sus apuntes tal vez de anatomía. No teléfono. Muchos datos. Aislada tal vez. Excuse me, but we do not serve coffee on the terrace at this hour . Sonríe. Son normas que hay que seguir. Se apoya en la entrada. Cruza las piernas. Sabemos que lleva gafas, de las que ahora descansa, y que el reconocimiento influye mucho también en la calidad con la que uno trabaja. “No significa que me pongas menos horas, sino que reconozcas el trabajo que hago. Estar en el nivel que merezco”. Se pone las gafas. ¿En España o en el extranjero? Sabemos también que la formación continuada es fundamental; no obstante, Aitana Valencia Moyano, de madre argentina y padre colombiano, considera que hay que señalar las cosas buenas y las malas. Que a pesar de la importancia de formarse y especializarse, aquí en España muchas enfermeras no lo hacen porque una persona especializada puede terminar en la misma bolsa que cualquier otra que no lo esté. “Yo, por ejemplo, puedo caer en Cirugía sin estudiarlo. Es muy heavy. Quizá tendrán más papeletas las que lo estudian, pero como tal… es la visión que se tiene”. Ella espera equivocarse, como hace dos o tres en la numeración de las mesas y, por ende, en las comandas. Sabemos que como estudiante lleva un año y sabe que va a ser muy duro. Que ha aprendido muchas cosas, tanto en técnicas como en la forma de tratar a determinadas personas. Por el momento, claro. Que hay que responder rápido y saber responder. Que la comunicación es muy importante, entre todo el personal, sobre todo. Elegiría el Gregorio Marañón y que hay cosas que quizá solo tengan respuesta cuando termine la carrera y ejerza. Sabemos que en 2023, 1.473 enfermeras solicitaron documentación para marcharse al extranjero y que, evidentemente, la asignatura pendiente en España es la retención de talento. Y sabemos que el año que viene Aitana podrá elegir dónde hacer las prácticas, que ella la pasó muy bien en Psiquiatría y que le fascina ahora mismo Cirugía. “Es raro porque me gusta mucho el trato humano; pero en Cirugía… claro… ya sabes”. 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