Día Mundial del Lavado de Manos

Miércoles, 15 de octubre de 2025

por diariodicen.es

Hoy 15 de octubre se celebra el Día Mundial del Lavado de Manos. El objetivo es concienciar a la población general sobre la importancia de lavarse las manos con agua y jabón como gesto básico para prevenir enfermedades en la salud pública.

Lavarse las manos es un gesto sencillo que salva vidas, pero ¿qué sucede en aquellas comunidades en las que no disponen de agua corriente? Aprovechamos este día para acercarnos a esta realidad, una realidad que alcanza a más de 2 mil millones de personas, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF en 2023.

Charlamos con Reyes Pesqueira Puyol, enfermera cooperante con más de 20 años de experiencia, sobre cómo la higiene de manos marca la diferencia entre la salud y la enfermedad, y sobre la imposibilidad real de llevarlo a cabo en determinadas comunidades.

Día Mundial del Lavado de Manos. Copy Freepik

Pregunta.- Lavarse las manos es un gesto sencillo que puede salvar vidas. Tu experiencia como enfermera cooperante seguro que cuenta con datos o circunstancias en las que este gesto ha salvado vidas. ¿Qué nos puedes contar sobre ello?

Respuesta.-El Día Mundial del Lavado de Manos nos recuerda algo tan simple como vital: una acción de 40 segundos puede salvar vidas. En mis años como enfermera cooperante, he comprobado cómo la higiene de manos marca la diferencia entre la salud y la enfermedad, especialmente en entornos donde el acceso al agua limpia y al jabón es un privilegio, no un derecho garantizado.

El lavado de manos no es un gesto aislado: constituye el pilar esencial de las Precauciones Universales y una de las principales estrategias de Prevención y Control de Infecciones (PCI) en los entornos sanitarios. Junto con el uso correcto del equipo de protección personal, la higiene y limpieza ambiental y la gestión segura de residuos, este sencillo hábito previene infecciones nosocomiales y protege tanto a pacientes como a profesionales.

P.- ¿Qué impacto tiene el lavado de manos en comunidades con escasos recursos?

R.- En comunidades rurales o en campos de desplazados, lavarse las manos antes de preparar alimentos o atender un parto puede reducir drásticamente las infecciones gastrointestinales, respiratorias o neonatales. En un proyecto donde trabajamos con madres y parteras tradicionales, la introducción de rutinas básicas de higiene de manos redujo en más de un 40% las infecciones en recién nacidos en apenas unos meses.

El impacto del lavado de manos trasciende lo clínico: refuerza la salud pública, reduce el uso innecesario de antibióticos y fortalece la resiliencia comunitaria frente a brotes epidémicos como el cólera o la diarrea infantil

Técnica y concienciación del lavado de manos

P.- ¿Cómo debe ser el lavado de manos para que sea efectivo? (duración, frecuencia, etc.).

R.- Para que sea realmente eficaz, el lavado de manos debe seguir una técnica adecuada y realizarse en los momentos clave. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define los “Cinco Momentos para la Higiene de las Manos” en el ámbito clínico:

  1. Antes del contacto con el paciente.
  2. Antes de realizar una tarea limpia o aséptica.
  3. Después del riesgo de exposición a fluidos corporales.
  4. Después del contacto con el paciente.
  5. Después del contacto con el entorno del paciente.

Además, en la vida cotidiana debe practicarse antes de manipular alimentos, después de usar el baño o limpiar a un niño, y siempre tras toser o sonarse.

La duración debe ser de un mínimo entre 40 y 60 segundos con agua y jabón (o 20-30 segundos con solución hidroalcohólica).

La técnica es sencilla: mojar las manos, aplicar jabón, frotar palmas, dorsos, espacios interdigitales, uñas y muñecas, enjuagar y secar con material limpio o al aire.

P.- ¿De qué manera concienciáis de la importancia de este gesto?

R.- En cooperación, no basta con enseñar la técnica y repetir constantemente “lávate las manos”, hay que comprender el contexto. De poco sirve promover el lavado de manos si la comunidad no dispone de agua ni jabón, porque la higiene no es solo una conducta: es un derecho humano esencial.

La educación en higiene debe abordarse con un enfoque antropológico y cultural, adaptando las estrategias a la realidad local. Es clave entender cómo perciben la limpieza, quién gestiona el agua en el hogar, o qué significados sociales tiene el acto de lavarse las manos. Solo así las prácticas se vuelven sostenibles y respetuosas.

Pero el contexto también incluye factores estructurales y de seguridad. En muchos lugares donde he trabajado, las mujeres y las niñas recorren varios kilómetros para obtener agua, y en zonas de conflicto ese trayecto puede implicar riesgos de violencia, violaciones o secuestros. En otros casos, los pozos o las redes de agua han sido destruidos o controlados por grupos armados, haciendo imposible algo tan básico como lavarse las manos con seguridad.

Por eso, la educación en higiene debe ir acompañada de incidencia política y humanitaria, para que los gobiernos y la comunidad internacional garanticen el acceso seguro y equitativo al agua, al saneamiento y a la higiene (WASH).

En definitiva, el lavado de manos es una de las herramientas más simples, económicas y poderosas de la salud pública, pero su impacto real depende de algo más profundo: la justicia en el acceso al agua y la dignidad de las personas. ¡Porque la conciencia sin agua no es prevención, es desigualdad!

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