Enfermera de Geriatría
La Enfermería es muy vocacional. Alma Matilla tenía claro que la elegiría al ser la profesión del cuidado. Ofrece un abanico muy amplio y ha pasado por varias áreas, incluida la Geriatría, una especialidad muy importante que muchas veces no está reconocida ni suficientemente valorada. “Nuestra profesión puede hacer mucho por estos pacientes en los últimos años de vida y en el momento de la muerte para que esta se produzca de forma digna. A mí personalmente me reconforta poder ayudarlos, cuidarlos y escucharlos”, nos cuenta.
-Pregunta: Eres enfermera geriátrica, ¿por qué decidiste esta carrera y esta especialidad? ¿Y el ámbito de Servicios Sociales?
-R: Enfermería es la profesión del cuidado. Elegí esta carrera porque siempre me he considerado una cuidadora. Cuidar personas y animales es una cualidad de mi personalidad. Actualmente estoy trabajando con pacientes geriátricos en una residencia pública de servicios sociales.
Comencé a trabajar aquí hace seis años. Me llamaron través de una bolsa de empleo a la que accedí mediante un examen. La geriatría dentro de la enfermería ocupa un lugar muy importante pero poco reconocido y valorado. Creo que nuestra profesión puede hacer mucho por estos pacientes en los últimos años de vida y en el momento de la muerte para que esta se produzca de forma digna. A mí personalmente me reconforta poder ayudarlos, cuidarlos y escucharlos.
Ahora me encuentro desarrollando mi labor enfermera en servicios sociales, pero he trabajado también con pacientes geriátricos en residencias de ámbito privado y en servicios de medicina interna en hospitales en España y en el extranjero. Creo que puedo aportar conocimientos y experiencia en este ámbito.
-Pregunta: ¿Cuál es el papel y funciones que tiene la enfermera geriátrica?
-R: Dentro del área asistencial, damos atención integral y de forma muy individualizada, promovemos el autocuidado para que puedan mantener el mayor tiempo posible sus habilidades y su autonomía (tenemos pacientes a los que les instruimos para el cambio de bolsas de urostomías o colostomías), valoramos y detectamos situaciones de riesgo (hay turnos en los que somos los máximos responsables y tenemos que decidir), atendemos las situaciones de urgencias, preparamos la medicación en una población que suele estar polimedicada, realizamos intervenciones enfermeras como sondajes vesicales y nasogástricos, tomas de muestra de sangre, recogida de muestras de todo tipo, canalización y cuidados de colostomías, urostomías, traqueotomías, y llevamos a cabo controles periódicos de tensión, control de glucemias, Sintrom©, etc.
Debemos asegurarnos de que todos los pacientes tengan la medicación prescrita, gestión de los materiales y gestión de consultas hospitalarias. En la residencia donde trabajo, tenemos durante el curso escolar de Enfermería de todos los cursos, a los cuales debemos enseñar e instruir.
Por otro lado, la Enfermería en sí siempre está investigando. En nuestra residencia probamos e investigamos nuevos métodos, por ejemplo, en curas u otros tipos de cuidados. Actualmente está en marcha la realización de un protocolo de suicidios y un estudio sobre la implantación del nuevo modelo de atención integrada en la persona.
-Pregunta: ¿Qué formación se necesita para trabajar como enfermera en esta especialidad?
-R: Para trabajar en geriatría no se requiere ningún título especial solo el graduado en Enfermería. Es una pena que no se valore ni puntúe ninguna formación adicional a pesar de que sí existe una especialización en geriatría.
-Pregunta: Trabajas como enfermera geriátrica en Servicios Sociales. ¿Qué tipo de pacientes atiendes? ¿Es importante la integración de servicios sociales y sanitarios?
-R: La mayoría son pacientes mayores de 65 años pluripatologicos. La residencia en la que trabajo está clasificada como residencia de válidos, pero tenemos bastantes pacientes dependientes. Además, tenemos UCAS (unidades de convalecencia sanitaria). Estos son pacientes de cualquier edad y patología que vienen a recuperarse del servicio sanitario de salud de Castilla y León.
Me parece fundamental la integración de servicios sociales y sanitarios. Estos pacientes suelen ser pacientes con mucha patología requieren una vigilancia y unos cuidados integrales y continuos.
-Pregunta: Hace unos años se criticaba y pedían que se cambiaran las condiciones laborales que tenían los enfermeros de servicios sociales. ¿Han cambiado? ¿Qué sería necesario mejorar?
-R: Los enfermeros de servicios sociales seguimos con unas condiciones pésimas:
En primer lugar, trabajamos 37,5 horas a turnos con noches y festivos. Además, el saliente de noche nos los consideran nuestro día libre cuando debería considerarse saliente de noche.
Se ha aprobado la carrera profesional en la que puedes optar a los diferentes grados dependiendo de la experiencia profesional pero no tienen en cuenta la formación (docencia, investigación, gestión).
Otra cosa que pedimos insistentemente es que nos compensen de forma justa la disponibilidad. Debido a la falta de personal nosotros cubrimos algunas bajas y vacaciones.
La puntuación para baremar en bolsa es la mitad que en otras gerencias como la gerencia de salud cuando tenemos la misma formación y funciones que las enfermeras que desarrollan allí su trabajo.
Las peores condiciones hacen que las enfermeras no quieran trabajar en Servicios Sociales; lo que hace muy complicado cubrir las vacaciones, bajas, necesidades de servicio por ende no se puede ofrecer un servicio de calidad.
-Pregunta: El área de Geriatría ha sido uno de los que más ha sufrido durante la pandemia. ¿Cómo lo vivisteis?
-R: En el momento de la pandemia estaba embarazada y gerencia decidió darme la baja de riesgo porque no se conocían los efectos sobre el feto.
Lo viví con impotencia de no poder ayudar a los residentes. Se pasa mucho tiempo con ellos y se les coge cariño. Me hubiera gustado estar allí para haberles ayudado, cuidado y aliviado.
Me consta por mis compañeros y mi marido (también enfermero de servicios sociales) que fue una situación muy dura y dolorosa donde dieron todo lo que estuvo en sus manos por toda la gente. Hay compañeros que aún arrastran secuelas de todo lo vivido incluso gente que ha necesitado ayuda psicológica y psiquiátrica.
-Pregunta: ¿Cuál ha sido el mejor momento y el más duro que recuerdes como enfermera geriátrica?
-R: Mejores momentos ha habido muchos. Siempre es un buen momento cuando los residentes reconocen tu trabajo, cuando confían en ti sus problemas. Es una gran satisfacción. Recuerdo con gran cariño un paciente geriátrico en el servicio de urgencias. Le quedaban unas horas para fallecer por una rotura de aneurisma.
Al ser un paciente tan complejo lo querían trasladar a planta porque requería muchos cuidados. Hice todo lo posible para dejarlo en mi servicio hasta que pudiese aliviarle y darle unos cuidados dignos. Cuando trasladamos al señor a planta para morir el agradecimiento que me trasmitió no se me olvidará jamás.
Como momento duro recuerdo mi estancia en Inglaterra donde el diálogo y la comunicación con pacientes no me permitía desarrollar mi trabajo al 100%.
-Pregunta: Has trabajado como enfermera en centros de educación especial, en el extranjero… ¿Dónde veremos a Alma en un futuro?
-R: Hace poco he conseguido una plaza en servicios sociales. Espero estar unos años aquí. Luego, la verdad, me gustaría cambiar. Considero que no debemos estar mucho tiempo en el mismo puesto de trabajo porque nos estancamos y es frecuente la aparición del síndrome del quemado.
Me gustaría trabajar en docencia, investigación y gestión. Además, me encantaría liderar un equipo de trabajo. Otra opción que tengo en mente es la docencia en educación secundaria. Tengo la especialidad de biología y geología y también me parece una profesión muy interesante.
No me gusta planificar las cosas, pero sí que me gusta tener un abanico de opciones para poder elegir y seguir aprendiendo.
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