El pasado día 2 de febrero tuvo lugar el examen de Enfermero Especialista. Pasada la prueba, las críticas comenzaron a llegar por todas las redes sociales y los aspirantes decidieron unirse para mostrar su enfado y desacuerdo con el examen.
Entre los motivos de disputa estaban los errores encontrados en plantillas, en las numeraciones, la deficiente organización y reclamaban, después de ver las preguntas planteadas, un temario cerrado. Los aspirantes al EIR consideran que el temario estaba muy alejado de la enfermería actual y que mostraba el desconocimiento de la autoridad sanitaria. Un examen en el que la violencia de género, la legislación y las preguntas sobre Obstetricia y Ginecología han tenido un gran peso y donde se le ha dado mucha importancia a preguntas relacionadas con el método Vancouver, la bioquímica, porcentajes con patologías y datos de práctica clínica, que nunca antes habían salido, causando desconcierto a los aspirantes.
Si el año pasado la pregunta sobre el nivel del ruido en el interior de una aeronave causaba desconcierto, este año lo ha hecho la pregunta sobre el esputo en la que preguntaban ” ¿Cuánto volumen de flujo de tos hay que tener para que salga un esputo?” o la de la mordedura en la que enunciaban lo siguiente: “Acude a nuestro servicio un paciente por mordedura de serpiente. Se decide administrar suero antiveneno. ¿Cuál de las siguientes acciones se encuentra indicada?”, una pregunta que han querido lanzar por redes sociales poniéndose en contacto con gente experta, entre ellos Frank Cuesta, quien no ha querido quedarse callado y ha generado más frustración al opinar que para él ninguna de las respuestas posibles era correcta.
Ante tal crispación los aspirantes de todas las especialidades se han unido para intentar aunar todos los errores encontrados en el examen y hacer llegar un escrito al Congreso mostrando su enfado y para pedirles, de una vez por todas, que creen un temario cerrado y realizado por y para enfermeros.
