Han pasado cinco años desde que se conocía la noticia de que la auxiliar de enfermería, Teresa Romero, estaba infectada por el ébola, la primera en España tras atender a dos religiosos. Desde ese mismo momento saltaron las alarmas y tuvo que luchar contra una dura batalla para superarlo. Ahora, varios años después, Teresa Romero ha concedido la primera entrevista a EFE.
En ella rememora la pesadilla que pasó desde su contagio, llegando a estar varias veces al borde de la muerte. Esta auxiliar de enfermería estuvo ingresada en el Hospital Carlos III de Madrid, aislada, mientras le atendían. En la entrevista afirma que lo más duro de toda la enfermedad fue que le culparan del contagio. ”Fue duro, pensaba que me iba a morir y hubo un momento crítico en el que incluso les dije a mis compañeros que me ayudaran a morir, pero luego ya lo que pensaba era salir, salir y salir, mi idea era esa, era mi único pensamiento”, asegura a EFE.
A día de hoy explica que aunque hasta hace poco ha estado en terapia, de todo se aprende y que tras haber superado la enfermedad está intentado pasar página mientras trabaja en la farmacia del mismo hospital, dejando un poco a un lado el trato con los pacientes porque, tal y como expone, “no quería estar en contacto con los pacientes; cuando me reincorporé había pasado año y medio y todavía lo tenía reciente, tenía muchas secuelas psicológicas de lo vivido”.
Relata que fue una experiencia que le causó muchos problemas psicológicos, todo le parecía complicado, le generó tristeza, no entendía muchas cosas y se sentía perdida. Teresa Romero se había presentado voluntaria para atender a los religiosos y recalca que aunque no sabe qué pudo ocurrir, no se arrepiente de haberlo hecho. “Lo hice porque quise, hice lo que tenía que hacer en aquellos días, intentamos atenderles como mejor supimos y desafortunadamente tuve un accidente que no sé cómo sucedió”.
