¿Saben manejar los enfermeros de forma eficaz las situaciones emocionales?

La revista “Metas de Enfermería” publica en su número de septiembre de 2013 el estudio “Inteligencia emocional en los profesionales enfermeros”, donde sus autoras analizan la inteligencia emocional de las enfermeras de dos hospitales de segundo nivel de atención de la región norte de Veracruz, en México.

Sendy Meléndez Chávez, María del Carmen Santes Bastian, Erika Mayte del Ángel Salazar, enfermeras dedicadas a la docencia en la Facultad de Enfermería (campus Poza Rica), de la Universidad Veracruzana de México, son las autoras del citado estudio que, entre sus objetivos, incluye conocer cómo, en los últimos años, lo que se ha denominado “inteligencia emocional” o capacidad del individuo para crear resultados positivos en sus relaciones consigo mismo y con los demás, es un elemento importante a la hora de evaluar la capacidad directiva de un profesional y su contribución al bienestar psicológico.

Para realizar este estudio, el equipo de investigación partió de una muestra formada por enfermeros de dichos hospitales, que incluía 47 de un hospital A y 59 de un hospital B, 106 en total, sobre la que estudiaron cuatro variables: variables sociodemográficas (edad, sexo y estado civil), servicio donde desarrollan su actividad laboral, turno de trabajo y perfil de inteligencia emocional (atención emocional, claridad de sentimientos y reparación de las emociones). Para valorar el perfil de inteligencia emocional, los enfermeros que participaron en el estudio tuvieron que valorar el grado en el que estaban de acuerdo con cada uno de estos aspectos, sobre una escala donde el uno era “nada de acuerdo” y el cinco “totalmente de acuerdo”. No obstante, dicho cuestionario recogía distintos puntos de corte para hombres y mujeres, aunque finalmente la muestra se compuso de 97 enfermeras y ningún cuestionario fue contestado por enfermeros.

Las autoras desarrollaron este estudio bajo los principios éticos de toda investigación, que tiene su base en el reglamenteo de la Ley General de Salud en México, en materia de investigación en seres humanos, del título quinto, capítulo único, artículos 100 y 101. Para obtener esta información, las investigadoras presentaron a todos los participantes un consentimiento informado en el que se garantizaba la confidencialidad de los datos.

“Las enfermeras prestan poca atención a sus emociones”

Según los datos obtenidos del cuestionario y en relación al perfil de inteligencia emocional, se encontró que las enfermeras de ambos hospitales “prestan poca atención a sus emociones y una inadecuada reparación emocional”. No obstante, sí exitieron diferencias entre ambos hospitales en cuanto a la comprensión de sus propias emociones.

A través de esta metodología, las autoras han llegado a la conclusión de que las enfermeras de los dos centros hospitalarios estudiados presentan un nivel de inteligencia emocional que podría ser mejorado y, en algunos casos, percibieron que “las profesionales no son capaces de interumpir y regular los estados emocionales negativos para prolongar los positivos en un tiempo mayor”.

“Durante la formación de la carrera de Enfermería a los estudiantes se les enseña anatomía, fundamentos teóricos, históricos y metodológicos enfermeros, farmacología e investigación, entre otras experiencias educativas pero difícilmente se enseña a manejar las emociones a las que se enfrentarán en las largas jornadas de trabajo, cuando al encontrarse en una unidad de cuidados intensivos o en un serivico de urgencia la vida de pacientes termina y las familias con el dolor y el llanto no aceptan ni comprenden que la enfermera ha hecho su trabajo lo mejor que ha podido, cansada y muchas veces trabajando horas extras, teniendo presente siempre los principios éticos y el espíritu de servicio, pues eso es lo que ha aprendido en las aulas, pero sin saber muchas veces cómo manejar las situaciones emocionales que le invaden y que debe guardar para sí misma”.

Entre las soluciones para aprender a manejar las situaciones emocionales, las autoras aconsejan el desarrollo de talleres sobre la inteligencia emocional, donde se promueva el interés por las emociones y el manejo del estado ánimo positivo, consiguendo además repararlas de forma adecuada.