La Estrategia en Salud Mental es un documento que recoge las conclusiones de la evaluación de la anterior estrategia, la nueva evidencia científica y los nuevos objetivos pactados en el área. El objetivo es poder contribuir a la mejora de Salud Mental y a la cohesión en el sistema sanitario.
Con la duda de cuándo se aprobará, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha afirmado que el Gobierno está “trabajando intensamente para que en este periodo de sesiones quede terminada”, para ello ha pedido el consenso de todos los grupos del Congreso. Así, Darias sigue manteniendo como fecha para aprobarlo final de año.
Tal y como explica la agencia Europa Press, Darias recordó que son ya más de 700 alegaciones y aportaciones de las comunidades autónomas, de sociedades científicas y asociaciones de pacientes y familiares para el borrador de la Estrategia Nacional de Salud Mental. Asimismo, ha reiterado que el Gobierno tiene la determinación de poner la salud mental en el epicentro de las políticas pública. Por este motivo, “espera” y “desea” aprobar “contar con el apoyo de todos y de cada uno de los grupos de esta cámara”.
Al finalizar la sesión, ha querido reiterar la importancia de la salud mental a raíz de la pandemia por la COVID-19: “La pandemia ha truncado durante un año el modo de relacionarse entre nuestros hijos. Es verdad que durante la pandemia hemos hablado mucho de las consecuencias sanitarias, las consecuencias económicas e incluso de las consecuencias sociales. Pero hemos hablado poco de las consecuencias en salud mental”, se ha lamentado la ministra, quien en su respuesta ha destacado la mayor inversión sanitaria en los próximos años; el aumento de plazas de especialistas para atender este problema; la necesidad de combatir la estigmatización y, sobre todo, a normalizarla, “como cualquier otro problema de salud”, y enfocar su atención desde la prepositiva de género.
Del mismo modo, continuar con la mejor atención a la infancia y adolescencia; así como la atención y la intervención familiar, “porque no solo se trata de la los pacientes sino también de atender a su familia y al entorno familiar” que rodea la persona con problemas de salud mental. Y, por supuesto, la lucha contra la estigmatización y el fomento de la visibilidad social, de modo que “si no se normaliza”, al menos “se pueda hablar de ello sin miedo”.
