Una investigación, publicada en la revista International Journal of Epidemiology, ha revelado, mediante la revisión de un total de 95 estudios científicos, entre los que se encuentra «Predimed», que analizó los efectos de la dieta mediterránea, que el consumo diario de 800 gramos de frutas y verduras reduce en un 31% las probabilidades de sufrir una muerte prematura.
Dagfinn Aune, del Imperial College de Londres, epidemiólogo que ha encabezado este estudio, recomienda la ingesta de diez raciones de 80 gramos de estos alimentos de forma rutinaria.
Entre los tipos de fruta que recomienda el estudio se encuentran las manzanas, las peras, así como los cítricos, y en cuanto a las verduras, destacan las de hoja, como la lechuga o las espinacas, crucíferas, como el brócoli, y las amarillas y verdes, como la calabaza o la zanahoria.
Estos hábitos de consumo ayudan a paliar, a su vez, los riesgos de sufrir cardiopatías en un 24%, de padecer un ictus, en un 33%, de presentar enfermedades cardiovasculares, en un 28% y de adolecer un cáncer, en un 13%.
Por otro lado, la investigación de este epidemiólogo también pone de manifiesto que el consumo de una cantidad menor de este tipo de alimentos, el autor señala que unos 200 gramos, lleva asociada una reducción del 15% de sufrir una muerte prematura, así como del 16%, del 18%, del 13% y del 4%, respectivamente, de las dolencias previamente mencionadas.
Estefanía Toledo, de la Universidad de Navarra, una de las autoras de antes citado «Predimed», ha declarado a este respecto, según recoge el diario El País, que «son necesarias medidas políticas que hagan que los precios sean asequibles, pero no solo eso. También cada familia tiene que educar el paladar de los niños hacia una dieta saludable».
