El alzheimer afecta a casi 50 millones de personas en el mundo, una enfermedad caracterizada por el deterioro general de las funciones cognitivas y, sobre todo, de la memoria. Pero además del déficit de memoria, los pacientes pueden presentar otros síntomas, como: alteraciones del comportamiento o deterioro de su estado físico.
No se ha logrado aún determinar exactamente por qué y cómo se origina, pero lo que sí se ha demostrado con diferentes estudios es que en el cerebro de estos pacientes se produce el depósito en forma de placas de una proteína llamada beta-amiloide y que se pueden originar masas desorganizadas de proteínas fibrilares en el interior de las neuronas.
Ahora, más de cien años desde que se descubriera y más de dos décadas sin un fármaco para esta enfermedad, se abre un halo de esperanza. Las compañías farmacéuticas Eisai y Biogen anunciaron hace unos días los resultados de un nuevo fármaco (lecanemab) que frena el deterioro cognitivo que produce el alzheimer. Se trata de un anticuerpo que está dirigido a reducir la acumulación de la proteína beta-amiloide en el cerebro.
Según los datos publicados en un comunicado de prensa, se realizó un estudio de fase avanzada han participado 1.766 personas que han recibido lecanemab o un placebo y han sido encuestadas durante un año y medio para comprobar si el fármaco podía frenar el deterioro cognitivo asociado al alzhéimer. El medicamento está orientado a tratar a quienes se encuentran en las primeras fases de la enfermedad.
Los resultados muestran que los pacientes que han recibido el fármaco han visto disminuir sus índices de deterioro cognitivo en un 27% en el transcurso de 18 meses. Biogen y Eisai tienen previsto presentar el fármaco para su aprobación reglamentaria a principios de 2023.
