La noticia de un parto se ha convertido en viral. No por su buen final como era de esperar, sino por lo que ocurrió en quirófano. Al parecer, se le estaba realizando una cesárea a una mujer británica , cuando uno de los médicos descubrió que tenía un cáncer terminal.
Descubrieron numerosos tumores que extendidos por diferentes órganos. La mujer llevaba con fuertes dolores abdominales desde hacía un año, pero no se le trató; Hizo 20 llamadas a su médico de cabecera y numerosos viajes a farmacias para que le dieran medicamentos para la ansiedad. Le dijeron que se mantuviera alejada de los productos lácteos.
No fue hasta que la mujer dio a luz cuando logró saber el origen de su dolor. Los cirujanos encontraron cáncer en sus ovarios, el revestimiento de su abdomen y los ganglios linfáticos después de que su hijo naciera por cesárea.
El médico, al ver lo avanzada que estaba la enfermedad, que ya se esparcía por otros órganos, no pudo contener las lágrimas y rompió en llanto. Tras la operación, le comunicaron a Walker que no le quedaba mucho de vida. “Mis hijos son mi propósito. Quiero concentrarme en crear recuerdos. Si el amor pudiera salvarme, nunca moriría”, añadió Lois Walker.
Lois ha querido mostrar su total decepción y denuncia a los sanitarios y profesionales de la salud. “Ha sido absolutamente horrible. Se llaman a sí mismos profesionales de la salud y se supone que deben brindarnos atención, pero eso es negligencia. Siento que podría haberse detectado antes, para no tener este diagnóstico tardío, y dejaré tres hijos. Si el NHS no reconoce que las cosas deben cambiar, lo siento por todos”, ha dicho en una entrevista a la BBC.
Pese a asistir repetidamente a distintas consultas médicas, los doctores relativizaron su condición al asociarla con un síndrome de colon irritable primero y con ansiedad más tarde. Aunque ha tenido seis rondas de quimioterapia y dos operaciones, los médicos ahora dicen que no hay forma de acabar con la dura enfermedad.
