“Yo creo que sí existe una fórmula para la mejora del aprendizaje, y en estos momentos es encontrar el equilibrio entre la formación virtual y la presencial”

Lunes, 24 de mayo de 2021

por diariodicen.es

María Jiménez Herrera es la decana de la Facultat d’Infermeria de la Universitat Rovira i Virgili, ubicada en Tarragona. Nos atiende para analizar la situación actual. En el contexto de la pandemia de la COVID-19, de la formación enfermera online, de la importancia de que los profesionales continúen ampliando conocimientos en materias específicas y de las perspectivas de futuro que le aguardan a esta modalidad de formación.

Pregunta: De forma general, ¿qué importancia tiene la formación complementaria o continua para las enfermeras? Una vez acabada el grado en Enfermería, ¿cree que es importante seguir con la formación?

Respuesta: Considero que es de vital importancia que las enfermeras, cuando terminan el grado de Enfermería, puedan continuar con su formación, ya que muchas de ellas desarrollan sus actividades en áreas específicas y, por lo tanto, creo que el grado, como bien sabemos, otorga competencias generalistas, e interesa que los estudiantes puedan después profundizar en aquellos aspectos más específicos de las áreas donde ejercerán, y así ofrecer a las personas a su cargo los mejores cuidados.

P.: Según su punto de vista, ¿cuál es la mejor forma de compatibilizar las jornadas de trabajo con la profundización en una materia concreta de la enfermería?

R.: Personalmente, considero que para compatibilizar las jornadas de trabajo en la situación actual, donde las enfermeras están con una presión asistencial muy elevada, ayuda mucho que la formación pueda ser en modalidad virtual. Lo que ocurre es que en estos momentos, también empiezan a sentir sobrecarga por estos tipos de formaciones, por lo que hay que repensarlas y diseñarlas en el sentido de que sean más bien modulares, que tengan una intensidad relativa, que no sean sesiones muy largas y que permitan ser seguidas por las enfermeras de manera cómoda, para que les sirva a la vez de proceso de aprendizaje como estrategias para evadirse de la presión que están viviendo en estos momentos en el ámbito asistencial.

P.: ¿Cómo mejora la asistencia a los pacientes con la actualización de conocimientos en una rama específica?

R.: El aprendizaje de conocimientos específicos dentro de áreas de cuidados que requieran habilidades especiales hace que la calidad los cuidados se incremente y, por ello, debemos ser muy conscientes de la importación del avance en nuestras prácticas y formarnos en aquellas cuestiones que son muy específicas dentro de las áreas de atención. Considero que es muy útil y, además, muy beneficioso para los pacientes el hecho de la relación directa entre el aumento de competencias y la minimización del riesgo de error para aumentar la calidad de los cuidados.

P.: Y, en este sentido, ¿qué beneficios reporta para los propios profesionales?

R.: Yo creo que los beneficios que aporta la formación son muchos. Por ejemplo, el crecimiento personal y profesional, poder estar a la altura de las circunstancias y ayudar a las personas en sus procesos de curación, recuperación o incluso de aceptación de situaciones que no podrán ser remitidas, ya que el cuidado siempre puede y debe estar presente. Las enfermeras están presentes a lo largo de todo el ciclo vital, igual que las intervenciones de cuidados, por lo tanto, desde el nacimiento hasta la muerte tener herramientas específicas que nos permitan estar al lado de los pacientes hace que nuestra disciplina realmente se desarrolle en su plenitud. La formación continuada es la clave para poder realizar intervenciones de cuidados en los momentos que realmente las personas necesitan.

P.: Desde su experiencia docente, ¿cuál es la mejor forma de impartir estos conocimientos?

R.: Hemos podido observar en estos últimos tiempos, debido a la pandemia, que la formación ha sufrido adaptaciones y cambios importantes. Es verdad que tenemos que repensar las formas de aprender y enseñar, aun así, me gustaría reflexionar sobre las bondades que pueda tener la formación virtual para la adquisición de ciertas competencias relacionadas con el conocer o saber. Pero hay habilidades relacionadas con el hacer o el saber ser que requieren presencialidad. Considero que es fundamental que el estudiantado pueda realizar, de forma presencial, acompañados y guiados de profesorado experto, de una forma mucho más real, el aprendizaje de este tipo de competencias. La clave está en saber encontrar el equilibrio entre una formación virtual y presencial que permita a los alumnos adquirir las competencias necesarias para desarrollar la disciplina en el ámbito profesional.

P.: ¿Existe una fórmula para un mejor aprendizaje?

R.: Yo creo que sí existe una fórmula para la mejora del aprendizaje, y en estos momentos es encontrar el equilibrio entre esa formación virtual y la presencial, no necesariamente todo tiene que ser presencial. Lo que está claro es que todo no puede ser virtual: creo que ahí está la clave.

P.: Dada la coyuntura actual de la pandemia, ¿en qué materias enfermeras recomendaría ampliar la formación?

R.: La verdad es que este panorama de la pandemia nos ha puesto frente a nosotros algunas cuestiones que ya se venían introduciendo de forma discreta, relacionadas con las TIC. Probablemente, en los planes de estudios futuros habrá que incluir materias muy relacionadas con e-Health, m-Health, inteligencia ambiental, disease management…entre otras. No solo habrá que incluir nuevas materias, sino que además habrá que adaptar algunas que en estos momentos ya se imparten, amoldándolas a las nuevas necesidades de la sociedad y de las personas, sobre todo materias que son transversales, como el manejo de la salud mental, la ética aplicada o nuevas herramientas de comunicación, por citar algunas.

Solo así, la enfermera del futuro podrán ofrecer los cuidados que realmente la sociedad precisará.

P.: En tiempos de COVID-19, ¿qué beneficios aporta la formación a distancia? ¿Qué cosas positivas aporta que no tenga la formación presencial?

R.: Durante los tiempos de la COVID-19 la formación a distancia nos ha permitido que el estudiantado haya podido continuar con su formación. Pero los alumnos están cansados, ha sido muy duro tanto para el profesorado como para los discentes. Esta inmersión tan aguda en esta modalidad de formación ha provocado mucho cansancio emocional.

P.: ¿Qué cree que se debe buscar a la hora de elegir cómo formarse a distancia? ¿Horas? ¿Créditos? ¿Qué estén los cursos acreditados?

R.: Para elegir una formación a distancia yo creo que son muchos los elementos que tener en cuenta. Por un lado, el número de horas, cursos muy largos son realmente difíciles de manejar y puede invitar al abandono, provocando la frustración en estos tipos de programas. Es fundamental una buena planificación y una buena temporalización, así como el aprendizaje guiado, donde los objetivos queden claros y donde el estudiante se sienta acompañado. Estos son algunos elementos que faciliten el éxito de los programas. Por supuesto es completamente indispensable que la formación sea acreditada.

P.: ¿Qué requisitos tiene que tener un curso o máster para que tenga calidad? ¿Qué beneficios tiene una formación postgrado?

R.: El diseño de un máster o posgrado para que tenga calidad requiere diferentes aspectos. En primer lugar, un diseño actual y adecuado a las necesidades del ámbito de implementación. Que este bien planificado y bien organizado en su desarrollo. Por último, que cuente con docentes especialistas de las materias que se imparten y capacitados en aspectos de didáctica y pedagogía.

Los beneficios de la formación de posgrado están relacionados con la capacidad de profundizar en temáticas específicas que los programas de grado no tienen como objetivo y, por lo tanto, permiten que los profesionales puedan complementar su formación adquiriendo competencias mucho más complejas.

P.: Según su experiencia, ¿cómo han cambiado las preferencias de formación el confinamiento y la pandemia? ¿Qué perspectivas de futuro aguardan a esta modalidad de aprendizaje?

R.: En estos momentos considero que la formación continuada ha sufrido un cambio importante. Creo que, entre los profesionales, ahora tienen mayor aceptación la formación tipo webinars, cápsulas educativas especiales…que son mucho más específicas, concretas y cortas en tiempo y dedicación, que las formaciones muy largas en cuanto a aprendizaje para incrementar prácticas profesionalizadoras. Yo espero y deseo que en el momento en que podamos alcanzar una nueva forma impartir este tipo de docencia se puedan implementar modalidades duales, con una parte de la formación virtual guiada y que se incorpore la presencialidad en los programas de formación continuada. Esto nos permitiría poder realizar cursos de formación específicos donde las partes teóricas puedan ser trabajadas de forma online y todas aquellas competencias prácticas más técnicas, así como habilidades no técnicas, relacionadas con aspectos como la comunicación, la ética, entre otros, puedan ser adquiridas de forma presencial, compartiendo el aprendizaje en grupos reducidos y avanzando en ser expertos en el cuidado.

Noticias relacionadas

enfermería, formación a distancia, formación enfermera, Universitat Rovira i Virgili

¿Quieres comentar la noticia?

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

*
*