Una enfermera y paciente de cáncer se posiciona sobre la eutanasia: “No me ofertéis la muerte, ofertadme unos cuidados paliativos que me quiten el dolor”

La eutanasia siempre ha sido un tema controvertido entre aquellos que quieren que se instaure una ley que permita “una muerte digna” y los que están totalmente en contra de que esto se produzca. Hace unos días, en el Congreso de los Diputados de España, después de intentar en varias ocasiones despenalizar la eutanasia, tuvo lugar un debate y votación para tramitar y despenalizar la ley que lleva años bloqueada. Así, con 201 votos a favor, 140 en contra y 2 abstenciones siguió adelante.

Ante esta noticia son muchas las personas que se han pronunciado, personajes públicos como la exministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, que lo celebra al defender que es una ley necesaria, un derecho voluntario que “quien no quiera ejercerlo no tiene por qué hacerlo”. Otros, como los políticos del PP o Vox, no están de acuerdo en que esto se lleve a cabo y han manifestado su posición contraria ya que “convierte al Estado en una máquina de matar y a los médicos en sus cómplices y verdugos”.

También se han posicionado familiares de pacientes, como Ángel Hernández, que en abril ayudó a morir a su mujer, María José Carrasco, enferma terminal. E incluso una enfermera de paliativos que ahora es también una de las tantas enfermas de cáncer. María Requena Meana pasa por un cáncer de mama y llegó en 2018 a conseguir el Premio al Compromiso Voluntario por el Ayuntamiento de Cartagena por su servicio de voluntariado en el área de Pediatría del Hospital de Santa Lucía y desde 2016 coordinando un nuevo proyecto en el área de Oncohematologia denominado Secunda Smile, siendo este proyecto pionero a nivel nacional en el ámbito de los cuidados a pacientes onco-hematológicos adultos.

Ahora ha querido posicionarse sobre la eutanasia y para ello ha enviado una carta al diario ABC donde quiere dejar clara su posición: no juzga a nadie, y mucho menos a quien está pasando por una situación de dolor, pero sigue opinando que “cuando una persona que se encuentra en una situación de grave enfermedad pide la muerte es porque todo lo demás ha fallado y por lo tanto es un fracaso del sistema, que no ha sabido cuidarla como se merece”.

“He dicho ya que he estado trabajando en la planta de Onco-hematología durante siete años. Desde hace dos años ya no puedo: un cáncer de mama metastásico en estadío IV me lo impide. Me he pasado al otro lado, al del dolor y la vulnerabilidad. Soy una persona con una enfermedad crónica, incurable y que por supuesto produce dolor. Cuando estos días escuchaba qué personas eran aptas para pedir la eutanasia y vi que yo era una de ellas, me produjo una profunda tristeza. Qué sociedad tan débil tenemos que ante el dolor te proponen eliminar la vida del que sufre y encima lo ve como un éxito. Que en pleno siglo XXI la solución que dan a las personas que sufren sea la muerte es de una cutrez impresionante. Por favor, no me ofertéis la muerte cuando esté cansada por tantos tratamientos, o cuando el dolor aumente, o cuando un día me levante agotada y diga que no puedo más. Demostradme que no soy una carga y que deseáis tenerme. Por favor, ofertadme lo que afortunadamente yo he podido ver y hacer durante años: unos cuidados paliativos de calidad que me quiten el dolor y que me acompañen hasta el final, pero no me pongan una inyección que acabe con mi vida y, por favor, no me digan que eso es una muerte digna”, explicaba entre todas las líneas.