El Hospital Virgen Macarena, ubicado en Sevilla, está participando en la elaboración de un mapa epidemiológico en Andalucía, con el que se pretende analizar nuevas cepas de la COVID-19 mediante la secuenciación genómica del virus, dado el surgimiento de nuevas cepas, “como la británica, la sudafricana, la brasileña o, más recientemente, la de Uganda, que preocupan a la sociedad en general”, según señalan desde el propio centro en una nota de prensa.

“Detectar la virulencia y la transmisibilidad de estas nuevas variantes se presente como un reto sanitario adicional a la contención de la pandemia. La sanidad pública andaluza, consciente de ello, ha sentado las bases para la puesta en marcha de un circuito multicéntrico que permite incluir la secuenciación genómica del virus, en una práctica clínica colaborativa en la que participa el hospital”, explican. Para ello, la autonomía ha implantado un procedimiento con el objetivo de visualizar, como se ha dicho, un mapa epidemiológico de la COVID-19, gracias a la integración de dicha secuenciación en la vigilancia de la salud.
El proceso, del que es “parte fundamental” la interpretación y el estudio del Área de Bioinformática Clínica de la Fundación Progreso y Salud, ha contado con la promoción de la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica de la Consejería de Salud. Mediante esta iniciativa se analizarán nuevas cepas del virus, su virulencia y su transmisibilidad, con lo que se permitirá tanto el control de la pandemia como la identificación de variantes.
“Incluir en la rutina investigadora este procedimiento es básico para conocer, en cada momento, las variantes del virus y, así, tomar las medidas oportunas para mejorar su control y vigilancia”, destacan en el mencionado comunicado. “En este sentido, el aumento de la transmisión y de la gravedad de los cuadros que producen las nuevas cepas son cuestiones que deben valorarse de cara a un posible aumento de la presión hospitalaria”.
Por otra parte, inciden desde el Hospital Virgen Macarena, “cabe destacar que los datos de los que se dispone en la actualidad apuntan a que la inmunidad que producen los anticuerpos generados tanto por haber padecido la infección del coronavirus como la que proporciona la vacunación actual parecen contrarrestar las nuevas cepas”.