La lucha contra la inestabilidad en Enfermería: de Mozambique hasta Alemania en busca del empleo soñado

Martes, 12 de septiembre de 2023

por Natalia Hernández Manjón


A lo largo de la vida vamos enfrentándonos a diferentes situaciones y obstáculos que nos hacen crecer en todos los sentidos. Se entiende como “crecer”, pero en muchas ocasiones una sensación de miedo se apodera de nuestras mentes haciéndonos retroceder o rechazando experiencias que nos fortalecerían porque se salen de nuestra área de estabilidad.

La lucha contra la inestabilidad en Enfermería: de Mozambique hasta Alemania en busca del empleo soñado
Alberto Mora

Se trata de la zona de confort, un espacio que no es bueno ni malo. Es un estado natural donde la mayoría de las personas quiere estar y en el que las actividades y comportamientos se convierten en una rutina, minimizándose el estrés y el riesgo. Una zona que nos proporciona seguridad mental y que aumenta la sensación de felicidad y reduce la ansiedad, pero a veces es necesario salir de ahí. Entre los especialistas de Psicología lo llaman intolerancia a la incertidumbre, y se define como la tendencia a experimentar miedo ante una situación u objeto del que se carece información, porque se percibe como un peligro, con miedo ante una situación que no sabemos cómo evolucionará.

Alberto Mora no sucumbió a ese miedo cuando se le presentó la oportunidad. Como le sucede a muchas personas, se sintió perdido al terminar la carrera de Enfermería: empezó a enviar solicitudes de empleo en su ciudad y fuera de su comunidad autónoma, pero no recibía ninguna respuesta, no al menos positiva. Cuando se cansó de esperar, decidió que, si en España no encontraba trabajo como enfermero, lo buscaría fuera, lejos de su zona de confort, en un lugar que ofreciera desarrollo profesional y que a vez la saciara su atracción por la aventura. Así que se decantó por África.

La aventura en Mozambique

En un primer lugar, Alberto pensó en Latinoamérica por el idioma y la hermandad cultural que les une, pero hubo un giro del destino. “A través de mi padre y de unos conocidos que tenía con negocios por diversos países y que conocían empresas que trabajaban en lugares remotos de allí, me llegó la noticia sobre la necesidad de alguien que pudiera trabajar en zonas que a veces eran hostiles y peligrosas. Yo, enfermero y con conocimientos de supervivencia (que mi padre me había enseñado desde niño, al mismo tiempo que me contagiaba esa atracción casi patológica por la aventura, y que para intranquilidad de mi pobre madre compartimos los dos), ni me lo pensé, dije sí inmediatamente”.

La lucha contra la inestabilidad en Enfermería: de Mozambique hasta Alemania en busca del empleo soñado

Hay que remontarse a los años 2000 (Alberto fue entre 2002 y 2010 a Mozambique), este enfermero recuerda que en esos momentos era un país de los más pobres, con una sanidad muy elemental y deficiente, por lo que aprendió a valorar lo que supone trabajar con materiales y medicamentos. “Lo más básico allí marca la línea entre salvar vidas o no, sobre todo entre la población infantil”, explica.

Sus tareas eran varias. Por un lado, debía rescatar y evacuar trabajadores en zonas de selva, por accidentes de maquinaria, ataques de cocodrilo, hipopótamos o en inundaciones; por otro lado, también era un apoyo en caso de necesidad como en epidemias o catástrofes naturales para prevenir enfermedades en los poblados de la zona y, por último, hablar sobre supervivencia y primeros auxilios.

Vivió situaciones extremas, de hecho, hay tres que jamás se le borrarán de la cabeza: “Creo que África pone a prueba tu capacidad de asombro. Por encima de las riadas que te arrastran, la gente que te dispara o leonas corriendo detrás de ti, lo que más me impactó fue ver a un antiguo guerrero clavando a un presunto agresor sexual a una palmera con su lanza, la policía tragando saliva y el jefe tribal apoyándolo porque según explicaba era la ley tradicional y aquí no ha pasado nada, todos a casa´; también cuando vas a recoger agua al río, te agachas y lo siguiente que ves es un cocodrilo que trata de arrancarte la cabeza. La abuela de unos amigos hindúes de allí ya me había dicho con anterioridad algo que más tarde entendí:si quieres beber tranquilo en el río, hazte amigo de los cocodrilos´, dicho popular.

Y, por último, la situación que más me marcó fue preguntar a un amigo que acababa de perder a dos de sus hijos por malaria y por sífilis, casi a la vez, cómo podía seguir adelante. Me respondió con tal naturalidad que me dejó mudo: `tengo que llevar comida a casa, la prioridad es que los cuatro hijos que me quedan coman y no enfermen, por los otros ya no puedo hacer nada´. Y yo allí preocupado porque no podía hacer buenas fotos”, recuerda.

Vuelta a casa

África le enseñó mucho, sobre todo cómo apreciar las pequeñas cosas del día a día; sin embargo, Alberto decidió volver a casa, pero no había cambiado mucho la situación en Enfermería; trabajó de muchas cosas: vendedor, instructor de artes marciales… el trabajo como enfermero a tiempo parcial no era suficiente para vivir. Una situación que no duró mucho, ya que decidió que lo mejor sería volver a salir al extranjero en busca de un futuro que su país no podía darle. “Alemania ofrece una facilidad para el empleo estable, el desarrollo profesional y la especialización en nuestra profesión es increíble. Así que me inscribí a un curso intensivo de alemán junto a otros 12 compañeros, dimos el salto a Alemania y posteriormente a Suiza, otro país que me parecía interesante por la importancia que se da a la formación. Es extrema, me hizo sobrepasar mis límites, en el buen sentido, y convertirme en un profesional que superaba mis expectativas de ese momento”.

La lucha contra la inestabilidad en Enfermería: de Mozambique hasta Alemania en busca del empleo soñado

En todo este viaje en busca de su oportunidad, Alberto conoció Enfermeras Alemania, un proyecto dedicado a enfermeros que tiene como objetivo ayudarlos a trabajar en hospitales de diferentes países. “En 2015 los conocí. Me costaba dar un paso más hacia el desarrollo en Alemania y me ayudaron a conseguir un puesto en Anestesia y Reanimación. Me encantó el trato y la ayuda que me dio Borja, su director. Y ahí quedó la cosa, pero años más tarde coincidimos por casualidad y tras horas conversando y arreglando el mundo, comencé a colaborar con ellos. Nos propusimos crear juntos un proyecto que facilitase la preparación de los enfermeros de habla hispana que querían venir a Alemania, el acceso directo de los mismos a servicios especiales… y que una vez que estuvieran aquí, hacer que su formación inicial y sus primeras etapas en un sitio nuevo fueran lo mejor posible y que siempre tuvieran un apoyo o referente si lo necesitaban”, explica.

Alberto quería conseguir lo que él no tuvo, esa ayuda en los comienzos, que ningún enfermero se sintiera perdido, o que, si ocurría, tuviera esa mano que le guiara. Con el paso del tiempo las colaboraciones han ido creciendo y consiguen asesorar a los enfermeros sobre aquellas vacantes y hospitales que mejor se ajustan a sus objetivos y deseos, ayudándolos a trabajar en las áreas preferentes, así como en todo el proceso de selección, contratación e integración.

Adiós a la zona de confort

A pesar del miedo y de alejarse a miles de kilómetros de los suyos, Alberto Mora salió de casa para llenar una mochila de recuerdos y aprendizaje. Pasó por África, por España, por Alemania y Suiza y, aunque a veces es duro salir de la zona de confort, a él le pudieron más las ganas de aprender, de soñar, de vivir, de ayudar y de experimentar.

“Creo que vivimos en una tendencia de buscar lo cómodo; conozco gente que ni se plantea trabajar fuera de su ciudad, que salir de tu provincia ya supone un cambio, por gente y costumbres o método de trabajo, pero salir del país… es una aventura. Pensamos que todo el mundo es igual y que lo nuestro es lo mejor. Pero, por experiencia propia, ¡sal del país!, conoce otra gente, otra cultura, otros sistemas sanitarios, los defectos y virtudes, así podrás sentirte otra persona y un profesional aún más completo, no hace falta irse a una zona conflictiva o a la mitad de la Amazonia”, afirma.

Tiene claro que hay momentos duros, pero no duda en recomendar salir de la comodidad porque la aventura acaba mostrándote algo muy importante: lo mejor de uno mismo.

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