Enfermero militar
La enfermería militar tiene un componente asistencial para atender urgencias, pero también una función docente con educación para la salud, funciones administrativas, y función investigadora. Estas y muchas más son las funciones que desempeña el Capitán Enfermero Álvar Barrios Martínez, destinado en la Base Aérea de Matacán (Salamanca), que ha realizado misiones a Afganistán y a Líbano, además de escribir un libro en el que fusionó conocimientos civiles y militares, operativos y estratégicos, con su propia experiencia y las lecciones aprendidas de las Fuerzas Armadas Españolas. Nos cuenta las funciones de un enfermero militar.
-Pregunta: ¿Por qué decidiste estudiar Enfermería? ¿Y por qué ser enfermero militar?
–Respuesta: A los 18 años, pese a haber orientado mis estudios hacia otra rama, hice un curso de Socorrismo Acuático y Primeros Auxilios y me empezó a llamar la atención el mundo de la sanidad, y más específicamente los cuidados de urgencia. Gracias a eso, encontré mi primer trabajo como socorrista de piscinas, y allí descubrí que se me daban bien las curas y que quería aprender más de primeros auxilios y reanimación, veía un futuro laboral muy acorde a mis capacidades y gustos en la atención sanitaria.
Me parecía un trabajo científico y a la vez muy humano, con contacto cercano y en el que aportas mucho a la vida de otras personas. Tampoco hay que olvidar que las perspectivas laborales en nuestro sector eran buenas, con baja tasa de paro, movilidad geográfica y buenas condiciones económicas.
Aún antes de ser socorrista, ya me interesaban las Fuerzas Armadas, llegando incluso a plantearme el futuro como soldado profesional; pero finalmente decidí finalizar mis estudios con un título universitario antes de acceder a la carrera militar.
Durante la Diplomatura en Enfermería me fui informando de la posibilidad de ser militar ejerciendo allí la Enfermería, y me pareció una solución ideal para unir mis dos vocaciones profesionales. Ser enfermero militar es tratar de realizar tu labor lo mejor posible en las peores condiciones posibles. Y es precisamente en estas situaciones de extrema gravedad donde más se necesita una sanidad comprometida, formada y motivada.
-P: ¿Consideras que es tu vocación?
-R: Sin duda. Aunque en mi juventud tenía unos planes de futuro muy distintos, a día de hoy estoy encantado con la profesión que desempeño. El servir a España a través del cuidado de la salud de nuestros militares, el mantenimiento y mejora de las capacidades operativas de nuestras Fuerzas Armadas y la cooperación humanitaria que desarrollamos en las misiones en el extranjero me produce una enorme satisfacción y siento que con mi trabajo consigo cumplir mis aspiraciones personales y aportar cada día a la sociedad. Cuando miro hacia atrás pienso que no podría haber tomado una decisión mejor.
-P: ¿Cómo es tu experiencia como enfermero militar? ¿Cómo accediste al Ministerio de Defensa?
-R: Mi experiencia ha sido muy variada, ya que en estos 14 años he pasado como alumno por diversos centros de formación militar; después he tenido cinco destinos (3 en el Ejército de Tierra y 2 en el del Aire); y he participado en las misiones de Líbano, Afganistán, en dos ocasiones, y Sicilia. Además, dentro del desarrollo habitual de mi empleo he acudido a ejercicios y maniobras, tiros, prácticas diversas, cursos, congresos, reciclajes, saltos paracaidistas, inmersiones de buceo, simulacros, búsquedas y rescates aéreos, escaladas, marchas, ferias, desfiles… La vida militar te permite vivir experiencias únicas y muy variadas.
El acceso es mediante un concurso-oposición que se convoca anualmente, en el cual hay pruebas de Enfermería (teórica y práctica), de inglés, un test psicotécnico, unas pruebas físicas y un baremo de méritos. Si obtienes plaza, debes superar un año lectivo en las Academias de las Fuerzas Armadas, de Tierra, Armada, Aire y Sanidad, hasta obtener el empleo de Teniente.
-P: ¿Qué cualidades se necesitan para ser enfermero militar? ¿Cuál es el papel de los enfermeros en esta especialidad?
-R: Cada militar tiene su propio punto de vista sobre qué es un buen militar. Pero siempre tenemos presentes unos valores comunes y universales, como son el esfuerzo, el sacrificio, la dedicación, el compañerismo, la lealtad, el amor a España, el valor, el honor, la valentía, el servicio a los demás, la tradición… que, aunque pueden sonar muy abstractos y quizás un tanto manidos, cuando vives tu trabajo con pasión, los encuentras en todos tus compañeros y ves la importancia que tienen. Nunca hay que olvidar el mantener tus conocimientos actualizados y un espíritu de mejora constante.
El enfermero militar tiene una doble función, por un lado, las tareas propias de nuestra especialidad, es decir, las labores de enfermería, y por otro las propias de la categoría militar que ostentamos, como Oficiales de las Fuerzas Armadas. La clave es encontrar el equilibrio y la sinergia entre nuestra labor sanitaria y la militar.
-P: ¿Qué funciones desempeñas?
-R: Otra de las cosas que me encanta de mi trabajo es que me permite desempeñar todas las funciones de la Enfermería. Por supuesto hay un componente asistencial muy importante, atendiendo a las urgencias que se nos presentan en el día a día, así como en el ambiente operativo, y también prestamos una atención orientada hacia las patologías y curas comunes como en una consulta de Atención Primaria o labores de Enfermería del Trabajo. Pero de igual manera ejercemos función docente con educación para la salud, cursos, charlas y prácticas; funciones administrativas para el mantenimiento de instalaciones y materiales, la logística, el personal y multitud de papeleo de diversa índole; e incluso función investigadora dentro de nuestro ámbito.
Las tareas del enfermero militar varían mucho dependiendo del destino que ocupes, no es lo mismo estar en un Regimiento de Infantería que en un Hospital Militar, una Unidad Logística, un Buque de la Armada, una Base Aérea, Comandancias de la Guardia Civil, Batallones de la UME, etc. Cada puesto tiene sus peculiaridades, y en algunos el trabajo es totalmente diferente. A parte de nuestras labores como enfermeros, también tenemos responsabilidades y funciones propias como Oficiales de las FAS, funciones de mando, asesoría, planificación, coordinación… Y debemos mantener unos estándares mínimos comunes para todos los militares en cuanto a nuestro estado físico y nuestra instrucción táctica.
-P: ¿Cómo fue tu experiencia en las misiones de Líbano y Afganistán?
-R: Fueron misiones duras. Especialmente Afganistán. Aunque en las Fuerzas Armadas nos preparamos día a día para actuar en las situaciones de conflicto, la preparación nunca es igual que estar allí.
Me parece que a España llegó poca información de la realidad de esa misión. Especialmente la primera de las dos veces que desplegué, la situación táctica era muy complicada, había mucha presencia talibán y los ataques eran continuos, atendiendo heridos civiles y militares de forma habitual. Yo tenía 27 años, y es un choque enorme pasar de estar en una vida cómoda y segura en Zaragoza a verte en una tierra hostil, muy presionado por el enemigo, rodeado de una pobreza extrema y debiendo desarrollar una labor difícil con escasez de medios y en circunstancias extremas. La habitabilidad, los transportes, la logística, las comunicaciones… todo se complica muchísimo en estas circunstancias, en el plano laboral y en el personal.
Líbano fue algo diferente, la tensión se notaba en el ambiente, pero apenas había contactos armados y se podía considerar bastante seguro; además las condiciones de vida eran buenas, se podía llamar a casa a diario, había internet… Incluso en algunos momentos podíamos salir de la Base. El trabajo allí era más llevadero y podíamos realizar labores humanitarias en unas condiciones aceptables. De todas formas, siempre es duro el pasar meses alejado de tu pareja, familia y amigos, fuera de tu entorno, en unas condiciones muy restrictivas… Es una experiencia vital que te cambia mucho.
-P: En 2017 publicaste ‘Intervención de las fuerzas armadas en situaciones de catástrofe en territorio extranjero’. ¿Cómo nace esta obra y qué te ha aportado escribirla?
-R: Unos años después de meterme en el mundillo de las Urgencias, empecé a mostrar un gran interés en la coordinación y organización de los Sistemas de Emergencias, reorientando mi formación desde el interviniente a pie de calle hacia el nivel de gestor o planificador. Me di cuenta de que por muy excelentes profesionales que tengas en el nivel táctico, es decir, a pie de obra, no puede haber una intervención de calidad si no hay detrás una buena planificación y coordinación. En ese tiempo sucedieron los atentados del 11S y 12M, el terremoto de Lorca, el tsunami de Indonesia, el incidente del Madrid Arena…
Todas estas situaciones extremas pusieron en la palestra la importancia de contar con medios y protocolos adecuados para afrontar las catástrofes. Por ello durante 2016 cursé un Máster en Emergencias, Catástrofes y Ayuda Humanitaria, y ese libro surgió como trabajo Fin de Máster. Me pareció una manera excelente de fusionar conocimientos civiles y militares, operativos y estratégicos, con mi propia experiencia y las lecciones aprendidas de las Fuerzas Armadas Españolas en sus intervenciones; así como de poner en valor la utilidad y la gran labor de las FAS para el servicio público. Creo que puede ser una herramienta de utilidad para futuros investigadores y planificadores en este campo y un punto de encuentro para seguir trabajando en la gestión de los incidentes con múltiples víctimas.
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