Maribel Viñas es una enfermera española en la ciudad holandesa de Haarlem, cercana a Ámsterdam. Emigrada a los Países Bajos en junio de 2020, en plena pandemia, cuenta que sus compañeras le facilitaron la adaptación “porque estaban siempre muy atentas y preocupadas por que pudiese seguir las conversaciones y eran muy pacientes con el tema del idioma”. Nos atiende para hablar del día a día en Holanda y de la diferencia de ejercer la profesión en Haarlem con respecto a su Andalucía natal.
P. ¿Por qué se decantó por Países Bajos y, en concreto, Haarlem como destino?
R. Con EMTG, que es la empresa para la que trabajo, no se puede escoger el destino en el que vivimos. Tienen acuerdos con empresas de diferentes partes de los Países Bajos. La ciudad donde vas a vivir depende de la demanda del momento. A esto debo recalcar que Haarlem es una de mis ciudades preferidas de aquí. Es una ciudad que está muy cerca de Ámsterdam y a media hora en bici de la playa, la que, para alguien del sur de España, es bastante importante tener cerca.
P. ¿Cómo fue la adaptación al país, durante los primeros meses viviendo allí?
R. Bueno, el comienzo no fue muy fácil. Yo me mudé a los Países Bajos en junio de 2020. La cuarentena la pasamos en Jávea (Alicante), donde hicimos el curso de holandés, y debido a la COVID-19 no pudimos pasar por casa antes de venirnos aquí. En ese sentido se hizo un poco más complicado. Por otra parte, cuando empecé a trabajar mis compañeras estaban siempre muy atentas y preocupadas por que pudiese seguir las conversaciones y eran muy pacientes con el tema del idioma. Mis pacientes también me ayudaban muchísimo.
P. Una vez superada la primera etapa de su estancia en el extranjero, ¿cómo es, en general, la vida diaria en Haarlem?
R. La vida en Haarlem me encanta. Este último año me he dado cuenta de que me apasiona ir en bici y cuando tengo días libres a veces voy a conocer sitios y parques de aquí cerca con la bici. Este país está muy bien comunicado en tren; eso me gusta también, porque se puede ir a otra ciudad a pasar el día de manera muy fácil.
P. ¿Recomendaría el país para ejercer la profesión enfermera?
R. Sí, lo recomendaría. Al principio se va acompañada por tus compañeras hasta que ven que te sientes segura para poder empezar a trabajar de forma completamente independiente. Esto lo vi muy positivo a la hora de ver y aprender cómo se trabaja. Este país es muy multicultural. Se conoce a personas de muchas partes diferentes del mundo y eso también hace aprender y crecer mucho como persona.
P. ¿Qué echa de menos de su vida en España?
R. Muchas cosas. Yo vengo de Andalucía y, claro, el clima de aquí es muy diferente al que hace ahí. Aquí en verano hay días de calor, pero hay otros que no para de llover y hay que llevar chaqueta. Tener lejos a la familia, y más en estos momentos que no se puede viajar siempre que se quiere es complicado. Por lo demás estoy muy contenta aquí. He conocido a gente de muchos países y he aprendido a hablar un idioma completamente nuevo, que ahora uso a diario para trabajar.
P. ¿Se ha planteado volver?
R. Sí, hay veces que esa idea se me pasa por la cabeza, pero por ahora estoy contenta aquí y pienso que, por lo menos, todavía me quiero quedar un tiempo más.
P. Según su experiencia, ¿cuáles son los aspectos positivos de ejercer la Enfermería en el extranjero? ¿Y los negativos?
R. Entre los aspectos positivos de ejercer la Enfermería en los Países Bajos destacaría el hecho de aprender las diferencias en la forma de trabajo de los sanitarios aquí con respecto a los de España y la forma que tienen de desarrollar la profesión. Aquí, por ejemplo, en teoría para realizar las técnicas de forma completamente independiente antes es necesario conocer los protocolos de la empresa para la que se trabaja y haber realizado la técnica acompañado de una compañera varias veces. De lo aspectos negativos destacaría la barrera del idioma en ciertas ocasiones. El holandés no es un idioma fácil y a veces cuesta expresarse de la forma correcta, o transmitir un mensaje o pensamientos lo mejor posible.
P. ¿Qué diferencias pudo observar en el trabajo diario de una enfermera que se lleva a cabo en Haarlem y en España?
R. Ahora estoy trabajando de enfermera domiciliaria. Tengo una serie de clientes, aquí se les llama así, que viven en sus casas y vamos más o menos veces al día a ofrecer les el cuidado necesario. Tenemos clientes a los que incluso vamos solamente una vez a la semana. El medio de transporte para ir entre casa y casa casi siempre es la bici. Principalmente son personas mayores dependientes y les ayudamos mucho en todo lo referente a los cuidados básicos, aunque también hay pacientes de diferente tipo, depende de la demanda de la zona de trabajo. En España trabajé solo en el área hospitalaria y en un estudio de investigación, por lo que las diferencias que encuentro entre lo que hacía antes y lo que hago ahora son inmensas. Mi día a día no tiene nada que ver con lo que hace una enfermera en cualquier otro ámbito.
P. Desde su punto de vista, ¿qué visión se tiene de la Enfermería española en Haarlem?
R. A mis compañeras les sorprende mucho que una chica de 24 años dejara un trabajo en su ciudad para emigrar a otro país en mitad de una pandemia. Eso siempre les ha sorprendido mucho, el valor que tenemos para dejar nuestro país, venir y aprender un idioma completamente nuevo. Aquí hay mucha demanda de enfermeros, por lo que están contentos de que profesionales con ganas de aprender escojan este sitio para vivir.
P. ¿Qué consejo daría a los profesionales que se estén planteando emigrar?
R. Mi consejo para aquellas personas que quieren emigrar es que si realmente lo quieren hacer lo intenten. Hay momentos en los que no es todo tan fácil y se echa de menos el país de origen y a la familia, pero se crece y se aprende muchísimo. Es una experiencia completamente recomendable, pero creo que también es importante recordar a las personas que quieren emigrar que no se desesperen si todo no sale bien a la primera. Con paciencia, constancia y muchas ganas al final se consigue.
