“La literatura se relaciona no solo con la enfermería, sino con todas y cada una de las manifestaciones humanas”

Lunes, 22 de julio de 2019

por diariodicen.es

Antonio Alcarria es enfermero en Albacete y escritor de novela negra. Con dos libros publicados, La mulata de la calle Ancha y Nieblas, comenta que la literatura es para él una necesidad y la enfermería una vocación que ha ido descubriendo a lo largo de su vida. Nos atiende para hablar de su carrera en las letras y de la relación de la literatura con la profesión enfermera.

Pregunta. ¿Por qué se decantó primero, por la enfermería o por el mundo de las letras?

Respuesta. Eso que se llama “el mundo de las letras” estaba ahí, siempre presente, desde que comencé a estudiar y a leer, pero era como una compañía invisible, precisamente por el hecho de su presencia permanente, a la que prestaba atención solo como lector; solo de tarde en tarde escribía algo. La enfermería también estaba ahí desde siempre (mi padre, además de maestro, era “practicante”); ya de adulto se convirtió en una opción profesional.

P. Desde su punto de vista, ¿es cierto aquello que se suele decir de que se escribe por necesidad? ¿Qué le empujó a la literatura

R. Cualquier actividad creativa se realiza por necesidad: el puro impulso creativo, el deseo de transmitir algo a través de la transformación de una materia que pueda llegar de alguna manera a los demás.

La literatura estaba ahí, sin necesidad de que nada me empujara a ella, como parte de la misma vida, que es la que le lleva a uno a manifestarse de una u otra forma, para expresar o intentar transformar. En este caso se elige la literatura, pero no como algo único, sino como una más de las vertientes del impulso creativo.

P. Dejó la carrera de Economía para comenzar los estudios de enfermería, ¿qué le hizo cambiar de opinión y optar por la profesión enfermera?

R. Como decía, la propia vida te lleva a lugares en los que es preciso detenerse en un momento dado, y preguntarse: “Pero ¿esto es para mí?”. La economía me divertía, pero con los importantes cambios que se produjeron en mi vida pasó a ser como un “juego” que se quedaba corto, que no me llenaba las necesidades y expectativas anímicas que el momento exigía. Así que la enfermería fue lo que respondió a esa pregunta de encrucijadas.

Según su perspectiva, y en este sentido, ¿comparten cierto componente vocacional la enfermería y la literatura?

R. Claro, y para cualquier profesión debería ser así. Pobre del enfermero que no tenga o haya perdido la vocación, porque el trabajo diario le puede resultar una pesada carga. Pobre también de quien escribe ya solo por encargo.

P. ¿Cómo cree que influye su carrera como enfermero a la hora de sentarse a escribir?

R. En mi caso influye poco. Hay páginas en las que necesariamente aflora una determinada visión de la vida, en cuanto a la actitud ante la enfermedad, el nacimiento, el desarrollo o la muerte, pero la vida es mucho más rica y compleja que una de sus partes, como cualquier profesión.

P. Y, de esta forma, ¿su habilidad con las letras le ha ayudado, de alguna forma, en su labor enfermera?

R. No creo, al menos no tanto mi supuesta habilidad con las letras como la lectura de tantos y tantos escritores que han sabido llegar a ese fondo humano, traducido luego en pequeñas transformaciones que integramos en nuestro comportamiento diario, incluido el profesional.

P. Según esto, y de acuerdo con su experiencia, ¿cómo se relacionan la enfermería y la literatura?

R. La literatura se relaciona no solo con la Enfermería, sino con todas y cada una de las manifestaciones humanas. La propiedad que tiene la literatura es que las palabras son mucho más maleables, expresivas e incisivas que las otras materias artísticas; con la única frontera de la forma de expresión de los distintos idiomas y culturas. En los gestos enfermeros sí hay una comunicación universal, empática y necesaria, que no necesita palabras, aunque se utilicen para luego describirlos.

P. Su último libro publicado se titula Nieblas, una compilación de relatos. Háblenos de su carrera literaria. ¿Eligió la novela negra como género por alguna razón particular?

R. He publicado dos libros: la novela La mulata de la calle Ancha, de género negro, y Nieblas. Hay más textos en los cajones, como una novela parada a mitad por diversos motivos, pero no están publicados, salvo alguna pequeña excepción. La elección del género negro para la novela no tuvo ninguna razón especial, simplemente es un tipo de literatura que, leyendo por debajo del simple relato detectivesco, enmarca su acción en una sociedad y momento concretos que hacen atractiva su lectura.

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