La Unidad de Salud Mental Infantil del Hospital Virgen Macarena, ubicado en Sevilla, trata a una media de alrededor de 400 pacientes pediátricos afectados de algún trastorno incluido en el espectro autista (TEA), caracterizado por ejercer patrones repetitivos de comportamiento y dificultades de comunicación e interacción social, entre los que se encuentra el Síndrome de Asperger.
De esta forma, de acuerdo con lo expuesto por el propio centro en una nota de prensa, la asociación del Síndrome de Asperger, del que el pasado día 18 se conmemoró el día internacional, “con un nivel intelectual elevado es una mitificación apoyada en las series televisivas. De hecho, uno de los elementos que determinan el desarrollo personal del trastorno es la gravedad del mismo, y, por tanto, el nivel cognitivo del menor”.
“Esta gravedad”, explica María José Blanco-Morales, facultativa responsable de la Unidad de Salud Mental Infantil del Área Sanitaria Virgen Macarena, “se mide en función del nivel de apoyo escolar, social o sanitario que necesita el paciente pediátrico, que puede ser poco, moderado o alto. No obstante, sí es cierto que chicos afectados por esta trastorno pueden tener un talento especial para un determinado ámbito”.
Para la detección de características individuales, “la Guía Práctica de la Sociedad Europea de Psiquiatría Infantil y para el Adolescente recomienda que se utilice una serie de especificadores para verificar síntomas de los trastornos del espectro autista. Algunas de ellas consisten en evaluar la existencia de discapacidad intelectual, problemas de lenguaje, si está asociado a una condición médico-genética, con un factor ambiental y/o con otro trastorno del desarrollo neurológico, mental o del comportamiento”, subrayan desde el centro.
Por ello, a este tipo de pacientes se le realiza diversas pruebas que requieren una intervención multidisciplinar de profesionales del centro sanitario. A través de las mismas se mide el nivel de desarrollo de sus habilidades físicas, lingüísticas y sensoriales, se explora el funcionamiento de los distintos sentidos, se evalúan las dificultades emocionales y de comportamiento, y se recaba, por otro lado, información de los factores socioambientales, se revisan los antecedentes familiares y se les formulan diferentes test psicodiagnósticos, apuntan en el mencionado comunicado.
“Desde la sanidad pública andaluza”, concluyen desde el Hospital Virgen Macarena, “cada vez se detecta este tipo de patologías de forma más precoz. La precocidad en su abordaje determina un mejor pronóstico, de ahí que estos niños comiencen también sus terapias a una edad cada vez más temprana”.
