Un viaje que lo cambió todo: ayudando desde Mauritania

Lunes, 26 de abril de 2021

por Natalia Hernández Manjón

Hace un año que comenzó todo. Las noticias de todas las televisiones anunciaban la aparición de una nueva enfermedad ocasionada por el virus SARS-CoV-2 en la ciudad de Wuhan, en China. Un virus que llegaba para quedarse, para hacer daño y llevarse muchas vidas por delante. En muy poco tiempo empezaron a aparecer brotes por todos los países haciendo que más de 115 millones de personas se infecten por todo el mundo.

Manuel Pardo junto a sus compañeros en Mauritania
Manuel Pardo junto a sus compañeros en Mauritania

La labor de los profesionales sanitarios ha sido muy destacada, se enfrentaban a algo desconocido que acababa con las vidas de sus pacientes, des sus compañeros. Los recursos al principio fueron limitados, no se sabía exactamente cómo actuar, cómo luchar y acabar con el virus. Han estado en primera línea, se han jugado la vida, han tenido miedo de ir a trabajar, de poder contagiarse y que algún familiar se contagiara. El miedo, la frustración, la incertidumbre y la ansiedad les acompañaron durante todo este tiempo, tiempo en el que jamás pensaron en rendirse, tan solo en ayudar.

Muchos de estos profesionales sanitarios además de realizar su labor diaria quisieron ir más allá y llevar ayuda donde no llegaba. Manuel Pardo fue uno de ellos, es enfermero de la Gerencia de Urgencias y Emergencias Sanitarias del Servicio Murciano de Salud, profesor de la UCAM y especialista en Urgencias, Emergencias y Catástrofes, pero también voluntario en la Fundación Ambulancia del Deseo y en la ONGD Bomberos Unidos sin Fronteras (BUSF). “Pensaba que las catástrofes nos vendrían más asociadas a un cambio climático (inundaciones, incendios, etc.) pero al final esta pandemia ha creado el mayor problema de salud a nivel mundial del último siglo”, relata este enfermero que no dudó en poner su granito de arena cuando le informaron que estaban buscando voluntarios para ir junto a otros cuatro profesionales españoles a Mauritania.

La misión en Mauritania

No era la primera misión humanitaria que realizaba este enfermero, tiene una extensa experiencia, pero tenían claro que viajaban a un país con un sistema sanitario y gubernamental frágil y de medios escasos, pero donde están acostumbrados a cumplir a rajatabla las normas y restricciones por la aparición casi continua de situaciones similares (como el dengue, la malaria, etc). “Nos encontramos un país con una población muy dispersa. Aunque la mayor parte de ella se concentra en la capital, la escasez de recursos (camas de UCI, respiradores, profesionales sanitarios, fármacos, etc.) es una constante tanto para los ciudadanos de las urbes como para los de zonas remotas. En general, tanto las instituciones sanitarias como los profesionales mostraron mucho interés por aprender y mejorar los procedimientos de asistencia y atención a los pacientes afectados por la COVID-19”, recuerda.

Manuel Pardo viajó a Mauritania para ayudar
Manuel Pardo viajó a Mauritania para ayudar

El virus también llegó allí generando más caos y colapso si era posible, y Manuel Pardo decidió embarcarse en este nuevo proyecto solidario para organizar la asistencia sanitaria a la población mauritana frente a la pandemia a lo largo de diez días ayudando a analizar los protocolos y procedimientos que estaban llevando a cabo en los centros sanitarios y asesorarlos además de darles formación sobre los respiradores que España había donado. “A mí siempre me gusta pensar en la organización del trabajo como un reto para todo el equipo. Los enfermeros somos un pilar fundamental y más aún cuando hay escasez de profesionales puesto que nuestra formación nos proporciona una gran capacidad y habilidades”, explica.

El virus trajo muchas cosas malas, pero también generó una gran ola de solidaridad, llama a la cooperación internacional. “Existe un gran número de personas que se dedican a la cooperación internacional y ayuda al desarrollo. En cada intervención en la que he participado he encontrado personas ejemplares de las que he podido aprender mucho. Creo que son héroes invisibles, que aunque normalmente no les gusta que se les denomine así, hay muchas personas que lo han dejado todo por irse a ayudar en entornos donde la vida es muy dura”. El panorama era malo a nivel mundial, pero se agrava en estos países donde tienen grandes déficits de material, personal e infraestructuras. “Una situación así viene a aportar más caos y colapso en estos países y aun así, los profesionales sanitarios de allí hicieron un gran esfuerzo por tratar de ofrecer la mejor atención posible con todo lo que disponían”, afirma este enfermero.

Visitaron un total de siete hospitales de Mauritania a los que acuden ciudadanos de los países de alrededor. En alguno de ellos tan solo tenían uno o dos respiradores, 20 camas de reanimación que se utilizaban como UCIs, pocos trabajadores, pero resaltan incluso que alguno de los ya retirados, estaban dispuestos a volver a trabajar si era necesario. Se donó material sanitario, se formó y se completaron todos los conocimientos posibles, qué debían hacer o cómo mejorar el diagnóstico y el tratamiento de pacientes con covid…pero el distanciamiento seguía siendo uno de los problemas en un país en el que restringir la movilidad de día era imposible por la necesidad de salir a trabajar para alimentar a sus familias: “muchas personas tienen una economía muy escasa, cobrando su salario cuando van a trabajar o cuando son capaces de abrir su pequeño negocio, por lo que, si no van a trabajar, no tienen recursos económicos para alimentar a su familia ese día. Un dilema ético que a nosotros nos cuesta entender porque nunca nos hemos visto en esa situación”.

Una nueva misión humanitaria en Mauritania que, como las anteriores, siempre aporta más cosas positivas que negativas, abre la visión y la imagen que se tiene del mundo y afianza una unión con los compañeros. “Lo más positivo es ver a los compañeros que ya estaban trabajando en el país y que han adaptado sus tareas y objetivos para ayudar al pueblo mauritano. El interés y las ganas de muchos profesionales de la salud que tratan de aprender y exprimir los escasos recursos de los que se dispone. Me acuerdo que la vuelta de Mauritania la hicimos en un avión de carga militar en el que estuvimos bastantes horas. Eso nos permitió conocer más a los compañeros y ver la enorme labor que muchas fuerzas de seguridad del Estado están realizando a lo largo del planeta para llevar ayuda, orden y paz”, explica.

Ser cooperante internacional

Para ser cooperante es necesario prepararse y aprender. Obtener una formación específica en cooperación, catástrofes, medicina tropical, idiomas, etc. Este enfermero siempre aprende y abre la mente con cada viaje al ver y entender el sufrimiento de otras personas, de otros pueblos. “Los países no pueden hacer cada uno la guerra por su lado. Si no ayudamos a los países más frágiles a salir de esta crisis al final el problema no se podrá resolver y siempre tendremos rebrotes. Todos hemos visto como los países más ricos hacían acopio de material de manera competitiva y provocando que los países con menos recursos económicos y de poder se quedaran prácticamente sin posibilidades de atender dignamente. O entendemos que tenemos que ser más solidarios y salir todos juntos de esta pandemia o quizás no habremos aprendido nada”.

España es un país humanitario, solidario y Manuel Pardo explica cómo en muchas ocasiones se encuentran con gente que quiere dejarlo todo por ayudar pero recuerda que es algo duro y difícil y que requiere una preparación. “Muchas veces nos encontramos a personas que quieren ir a ayudar. Es bonito y normal que aparezca ese sentimiento que nos humaniza pero los entornos que vamos a encontrar son muy diferentes a nuestro contexto sanitario y cultural. Sería muy aconsejable empezar con alguna ONG o institución que pueda tutorizar al cooperante durante sus primeras intervenciones”. Quizás lo primero que necesitemos para poder salir de esta crisis sanitaria generada por la COVID-19 sea entender que “la solidaridad no es un acto de caridad, sino una ayuda mutua entre fuerzas que luchan por el mismo objetivo”, que en este caso no es otro que volver a la ansiada normalidad.

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