Sonia López Luque es responsable de Enfermería y coordinadora de la Unidad de Acompañamiento al Duelo al Hospital San Juan de Dios de Córdoba, un servicio impulsado desde el Área de Humanización del centro para ayudar a superar las posibles situaciones de pérdida que se produzcan tanto en los familiares como en los propios pacientes. Está compuesta por un equipo multidisciplinar y trabajan bajo un protocolo específico. ¡Nos cuenta todos los detalles!
Pregunta. ¿En qué consiste la Unidad de Acompañamiento al Duelo? ¿A cuántos pacientes atienden?
Respuesta. La Unidad de Acompañamiento al Duelo (UAD) surge como una línea de actuación impulsada por el Área de Humanización del Hospital San Juan de Dios de Córdoba. Pretende dar continuidad a la labor que llevan a cabo los profesionales de nuestro centro, realizando acompañamiento tanto de pacientes como de sus familiares que se encuentran afrontando una enfermedad, situaciones duras o complicadas, o bien la pérdida de un ser querido. Se da también soporte a los profesionales del hospital que así lo precisen.
La UAD comenzó su andadura a finales de enero de 2020 con un registro, ese año, de 86 acompañamientos incluyendo a paciente-familia; año que coincidió con las medidas de seguridad en los hospitales debido a la COVID-19. El número de acompañamientos en los siguientes años ha ido creciendo, la cifra en el año 2022 fue de 356 personas acompañadas (donde se incluyen también a los profesionales que han recibido nuestra atención). Estos datos indican cómo la UAD se ha ido forjando con los años, así como la confianza que los profesionales del hospital tienen en nosotros para avisarnos cuando detectan una necesidad en las personas que atienden.
P. La unidad está formada por un equipo interdisciplinar. ¿Qué papel tienen los profesionales enfermeros en ella? Como coordinadora, ¿cuál es su labor?
R. Realizamos los acompañamientos tanto de forma presencial como vía telefónica.
Entre las acciones que llevo a cabo están:
- Canalizar las peticiones que nos llegan, efectúo los acompañamientos junto con los compañeros en función de las necesidades que se planteen.
- Organizar las reuniones que tenemos el equipo durante el año y asistir como responsable de la unidad a las reuniones que organiza la Comisión de Humanización del hospital.
- Organizar y planificar junto con el equipo la formación que impartimos como docentes a los profesionales del hospital, pero también la que se nos solicita dentro de la Orden de San Juan de Dios o desde el ámbito externo, participación en jornadas/congresos, etc.
No solo basta con sentarse y escuchar lo que nos dice el paciente, es acoger a la persona, empatizar con su dolor o problema, sabiendo cuáles son nuestros límites, en ser completos, y para ello tenemos que estar preparados no solo profesionalmente, sino también en un plano personal.
P. No es un servicio que esté en todos los hospitales y es bastante reciente, ¿cómo surgió la necesidad de crearla?
R. Nació en el Área de Humanización del Hospital como una necesidad de mejorar la atención a los pacientes y familiares ante situaciones que los profesionales bien por falta de formación, por dificultad de dedicarles tiempo en un abordaje más específico y a la vez sensible, pero también para el profesional doloroso en determinadas situaciones.
Surge la necesidad de humanizar el duelo y de prestar una atención más específica, ayudando a los profesionales a que tomen conciencia de estas situaciones, sepan detectarlas y afrontarlas. De esta manera, los profesionales de la U.A.D un nexo entre los pacientes-familiares y los profesionales, consiguiendo mejorar la atención, relación y proceso por el que están pasando durante el ingreso.
P. ¿Cómo es el día a día en ella? ¿Cuál es el protocolo a seguir?
R. Cuando estamos de turno realizamos ronda por las unidades/servicios del hospital y se va preguntando si hay algún paciente o familiar que pueda necesitar de acompañamiento; otras veces son los profesionales los que se ponen en contacto con nosotros para avisarnos de la necesidad de realizar acompañamiento. Disponemos también de correo electrónico (cordoba.UAD@sjd.es) donde se puede contactar con nosotros.
Se dirigen a mí directamente como coordinadora, bien por llamada o por correo electrónico, los días que no esté en el centro sería a través de los compañeros del equipo, que a su vez me informan del caso.
Se valora la situación o motivo que precisa el acompañamiento y en función de las necesidades se comienza con la relación de ayuda. Se aborda a la persona de manera integral, en todas sus dimensiones no solo centrándonos en la parte física si no la espiritual, religiosa, emocional, mental y social.
Los acompañamientos los hacemos presencial y también vía telefónica siendo en los casos que la familia no está en el Hospital, o bien los pacientes son dados de alta y se continúa con el seguimiento, también cuando desde consultas externas o consulta domiciliaria de oncología, el médico responsable del paciente nos avisa de la necesidad de acompañar a sus pacientes o a la familia.
El acompañamiento vía telefónica comenzó con las medidas restrictivas y de seguridad en el hospital con en el comienzo de la pandemia por Covid, surgió la necesidad de llegar a las familias que no podían venir al hospital por estar confinados y en aislamiento en sus domicilios, viviendo auténticos duelos, al no estar la sociedad preparada a nivel social ni cultural para no despedirse de sus seres queridos, acompañarlos en las habitaciones o visitarlos en la U.C.I.
Se valoró como positivo el acompañamiento familiar por esta vía porque se sentían escuchados, aliviados de su angustia, sentimientos de culpa por no estar con ellos, miedos y en parte les acercábamos al hospital, porque les ayudábamos a conectar con sus seres queridos, desde su fe con sus rezos, meditación, la esperanza por una recuperación, ayudándoles a despedirse de sus familiares desde la distancia, o realizando videollamadas para permitir la comunicación y visualización de la familia y el paciente.
Para los familiares y profesionales que precisen acompañamiento disponemos de la Sala de Acompañamiento con el objetivo de resguardar su intimidad y poder llevar a cabo la relación de ayuda que necesite.
P. ¿Cómo se accede a esta unidad? ¿Desde dónde se derivan los pacientes?
R. La UAD está enfocada para los pacientes y familiares que acuden a nuestro hospital, no solo ingresados, también desde las consultas o cuando van a urgencias y se detecta la necesidad.
Se aborda desde todas las unidades y departamentos, el equipo está formado para llevar a cabo su labor en todas las etapas de la vida, incluidos los menores de edad.
P. ¿Qué mejoría notan en los pacientes tras pasar por ella?
R. Yo siempre digo que en la unidad hay una palabra mágica y es transformar. Con el acompañamiento se explica a las personas que se puede cambiar la forma en que ven el momento por el que están pasando, no quedándose en el problema y buscando soluciones a su estado. Damos luz en los momentos de oscuridad de la persona.
El objetivo es transformar el momento del dolor, angustia, tristeza profunda por la pérdida de un ser querido, por acompañar desde el amor que se les tiene, del recuerdo por los años vividos, desde el perdón por el daño ocasionado en algún momento y la gratitud por lo que ha sido para nosotros.
Dentro de la relación que se establece se les ayuda a controlar la mente, es decir, los pensamientos negativos y continuos, que en los momentos difíciles están presentes o se agudizan, generando en la persona un torbellino de emociones que pueden derivar en sufrimiento, angustia, miedo, rabia o impotencia.
Con respecto a la relación paciente-familia y a los profesionales que los atienden, se mejora el vínculo, ya que cuando se lleva a cabo un acompañamiento activo se detectan los comportamientos o reacciones que pueden dificultar la relación, y se dan pautas a los profesionales para que sepan abordar la situación y entiendan por qué el paciente o familiar puede estar actuando de una u otra forma.
Se trata de unir las piezas del puzle, que entre todos ayudemos y mejoremos, evitando las barreras físicas, pero sobre todo las emocionales que separan y dañan a las personas.
P. ¿Ha habido algún caso que les haya tocado o afectado más?
R. En estos tres años de andadura se han dado casos que marcan y ayudan a seguir en el camino. Te quedas con el agradecimiento de las personas que acompañas y cómo desde su dolor te dan las gracias por estar con ellos, por hacerles ver la vida de otra manera más sana.
Te marcan el aprendizaje personal que te llevas cuando hablas con ellos, pero sobre todo cuando escuchas a las personas que, en el momento final de su vida, sacan su sabiduría sobre la misma, reflexionando y compartiendo, con una persona que acaban de conocer, algo que no son capaces de decir a sus seres queridos por no hacerles sufrir, y te lo cuentan a ti.
Me quedo con una frase de un paciente reciente que me dijo: “ahora que estaba viviendo el mejor momento de mi vida y me sale esto”, refiriéndose a un cáncer terminal. O bien, te dicen que no tienen miedo a la muerte, pero sí a morirse con dolor.
Tengo grabado cuando acompañé la primera vez a una madre por duelo perinatal a despedir a su bebé de 20 semanas y quiso que estuviera con ella en todo momento porque no quería estar sola; fíjate, un pilar tan importante para la mujer como es su pareja y no se sentía arropada ni comprendida por ella.
-P. ¿Qué formación deben tener una enfermera para trabajar en la unidad?
R. Es importante la formación en duelo abarcando el amplio abanico que lo comprende (relación de ayuda, tipos de duelo, atención a niños y adolescentes, espiritualidad, trastornos mentales, duelo perinatal, suicidio,…), pero más importante aún es la persona que quiere realizar acompañamiento, no solo es importante la formación, también cómo transmitas, cómo realices la acogida, tan importante que marca que la persona que tienes delante de ti te acepte para decirte cómo se siente o se cierre y no quiera que realices acompañamiento.
También formación en bioética y humanización de los cuidados, yo pertenezco al Equipo Local de Bioética del Hospital y el estar en este equipo me ha complementado en la U.A.D, por ejemplo: doy asesoramiento a los pacientes sobre las Voluntades Vitales Anticipadas.
Con esto quiero decir, que no solo basta con sentarse y escuchar lo que nos dice el paciente, es acoger a la persona, empatizar con su dolor o problema, sabiendo cuales son nuestros límites, en ser completos y para ello tenemos que estar preparados no sólo profesionalmente sino a nivel personal.
P. La unidad fue galardonada en el I Certamen de los Mejores Proyectos de Humanización de la Fundación Humans. ¿Qué significó para ustedes?
R. Fue una mezcla de emociones el día que recibimos el galardón, te acuerdas de tantas personas que has acompañado y que muchos no están aquí ya. Un impulso añadido a las ganas y fuerzas para seguir en el camino, sabiendo que hay muchas personas que nos necesitan y que puedes ayudarles a aliviar su sufrimiento.
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Felicitaciones! Cuánta ayuda podrán recibir los pacientes, los familiares o los cuidadores principales. Me recuerda a las funciones de las Enfermeras Gestoras de Casos que conocí en el Hospital Reina Sofía de Córdoba, con un excelente equipo humano.
Saludos desde Montevideo, URUGUAY