Relato: Mi primera vez en la Unidad de Urgencias

Martes, 15 de junio de 2021

por diariodicen.es

Tras haber terminado mi primer rotatorio en Psiquiatría, os voy a contar algunas de mis experiencias en este segundo rotatorio. Deciros que estoy en urgencias y el cambio ha sido sorprendente. Empezando porque cada día trato con pacientes diferentes y me tengo que adaptar al nuevo modo de atención en este hospital. También comentaros que la actividad difiere mucho de una especialidad a otra.

Urgencias y emergencias | iStock
Urgencias y emergencias | iStock

El primer día, como todas las primeras experiencias, acudo con nervios y media hora antes de la hora de entrada, no vaya a ser que ese día el autobús me falle. Tras una primera presentación, en la que conocí a la supervisora, las enfermeras y el doctor, me mostraron las diferentes unidades, nos pusimos, bueno, se pusieron, a atender a los primeros pacientes que acudían a urgencias, enseñándome a mí la metodología que debo seguir.

El concepto que yo tenía de urgencias era de una unidad con mucho movimiento, brazos y piernas rotas, cortes, heridas, accidentes, etc. Pero la realidad ha sido otra. Aunque es verdad que el primer día, casi tras la presentación, mientras estábamos en las explicaciones del material de Urgencias, acudió una señora de avanzada edad que decía que le dolía el brazo tras haber sufrido una caída. Después de la placa realizada, el doctor diagnosticó rotura de radio, visualicé por primera vez una rotura limpia en una radiografía. Por lo que en ese momento el doctor dijo que le teníamos que ayudar a recolocar el hueso, el radio. Me vi agobiada, no sabía cómo actuar, pero él tranquilamente nos dirigió dándonos las pautas a seguir. Utilizamos una sábana y con la ayuda de otra enfermera colocamos el hueso, mientras una de las enfermeras tiraba de los dedos de la mano de la paciente hacia ella, yo coloqué la sábana debajo de la axila y tiraba hacia mí y el doctor palpando colocaba el hueso. La verdad que la paciente no se quejaba y nos dejó actuar sin problemas. Llegué a casa satisfecha de lo que había hecho y confirmando lo que yo creía, urgencias es un lugar dónde hay múltiples y diferentes actividades.

Los siguientes días fueron más relajados, administramos vacunas de la gripe debida a la época del año en la que estoy realizando las prácticas, aunque aquí no tengo que olvidarme comentaros lo difícil que es ponerle la vacuna a un niño, viene con miedo y sabe perfectamente que le vamos a pinchar. Pero, entre la ayuda de los padres y un poco de psicología, lo conseguimos. Sin embargo, hay veces que todo esto no vale y el niño se lleva un disgusto y yo también por haberle hecho pasar tan mal rato. También realizamos PCR, es tal mi práctica en introducir el hisopo que animo a toda mi familia y conocidos a que yo les realice la prueba, pero nadie se anima a que yo se lo haga, todavía tienen su punto de desconfianza en mí y no sé por qué.

Ahora os voy a seguir narrando algunas de mis experiencias vividas en esta unidad.

Una de las tardes, un paciente que estaba en el hospital esperando a que le trasladaran en ambulancia, tras haberle realizado en nuestro centro una prueba diagnóstica, vimos que no se encontraba bien, tenía las vías con sangre, estaba sudando, se empezó a quedar pálido, pero él no decía nada, por lo que mi enfermera y yo decidimos actuar y le llevamos al box de urgencias. Empezamos a limpiarle las vías y, ¿cuál fue nuestra sorpresa? Se desmayó. Inmediatamente llamamos al médico para que nos ayudara a colocarle en la camilla y ponerle las piernas en alto. Se empezó a recuperar y yo empecé a respirar. Me llevé un pequeño susto ya que era la primera vez que veía como una persona perdía el conocimiento delante de mí.

Una de las tardes que se planteaban tranquilas, aunque en urgencias eso nunca se puede decir. Tras un par de horas poniendo vacunas, quitando puntos de suturas y realizando curas de heridas, llegó a la consulta de urgencias del doctor un paciente con unos cortes en la muñeca bastante profundos que no paraban de sangrar. Mi primera sensación fue un poco de mareo al ver la profundidad de los cortes. Lo primero que hicimos fue parar la hemorragia poniendo varias gasas y apretando la zona afectada, una vez cortada la hemorragia, el doctor procedió a coser, pero de repente yo estaba en el suelo.

Me mareé. Sí, me mareé, parece increíble, pero me caí, me desplomé. Qué vergüenza todo mi orgullo por los suelos, al principio estaba pálida pero luego cogí todos los colores. No solamente tuvieron que atender al paciente, sino que también a mí, a la futura enfermera. Me animaron diciendo que siempre hay una primera vez, pero yo le he dado muchas vueltas desde que pasó, aunque no por eso quiero dejar de ser enfermera. Y encima el doctor me explicó que el paciente al que había suturado era reiterativo en realizarse autolesiones.

Al venir de las prácticas realizadas en psiquiatría no me llamó tanto la atención que una persona adulta se autolesione, ya que he llegado a ver casos de pacientes que nunca hubiese imaginado.

También he tenido la oportunidad de realizar flujometrías. Me ha impactado realizar ecografías de la vejiga porque te permite visualizar el cuerpo humano por dentro sin necesidad de abrirlo. Me hizo pensar en cómo se debe de sentir una madre en su primera ecografía, donde visualiza a su futuro bebé.

Estos días están siendo jornadas estresantes de PCR y pruebas de antígenos; al llegar la Navidad todas las familias quieren tener la seguridad de no tener la COVID-19 para poder ver a sus seres queridos. Podemos realizar una media de cuarenta PCR por turno. Es verdad que anteriormente he comentado que he cogido bastante experiencia a la hora de ejecutar dicha prueba, pero para mí es una prueba que me trae muchas sensaciones. En mi casa hemos pasado la covid y hacer dicha prueba, me hace pensar en el riesgo que todos los enfermeros y enfermeras tenemos y el riesgo que podemos llevar a nuestras casas. Mi experiencia fue muy dura, mis padres fueron positivos, mi madre ingresada con neumonía bilateral y después de dos meses sigue recuperándose y mi hermano y yo en cuarentena y negativos. Por eso cada vez que realizo una prueba y da positivo todo se me viene a la cabeza. Pero me han enseñado a tomar las medidas necesarias para estar protegida y proteger a los míos en todo momento. En la última fase nos están informando que aprenderemos a poner la vacuna de dicho virus.

Como habéis visto las experiencias que he tenido durante este periodo en la unidad de urgencias han sido muy diferentes y hablo constantemente de primeras veces, creo que es un constante aprendizaje. Me he dado cuenta que en urgencias lo más importante es saber cómo actuar en cada situación, cada paciente es un caso y cada caso lleva una metodología distinta. Tanto la enfermera como el doctor de urgencias deben de tener la mente fresca para poder buscar una solución rápida y eficaz a la urgencia que se presenta. Sin olvidar la interrelación entre el doctor y la enfermera. En comparación con otras unidades donde he mantenido más relación con los pacientes, aquí ha sido mayor la relación con el médico de urgencias, él ha sido el que nos ha dirigido el trabajo en todo momento.

Autor: Natalia Alonso Gutiérrez

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