Asómbrate

Lunes, 11 de mayo de 2015

por diariodicen.es

Leo algunas frases que escribí durante mi último año de carrera y me sorprendo de ver aquellos sentimientos que expresé en una hoja de papel, quizás con la intención de leerlos algún día. Después de algunos años, hoy vuelven a mis manos y resulta emocionante reencontrarme con la ilusión y la motivación por ser enfermera, por aprender, por acompañar a mis pacientes y sobre todo por el asombro que me producía todo aquello.

Muchos maestros y profesores coinciden en que la mejor manera de enseñar a sus alumnos es educándolos en el asombro, y quizás lo que los míos me transmitieron fue eso: el atender, el mirar, el observar, el preguntarse y, en especial, el asombrarse.

Recientemente he leído el texto de Rachel Carson titulado “El sentido del asombro”, el cual les recomiendo. Esta autora relata cómo su sobrino de tan solo veinte meses al que ella cuidaba, era capaz de entusiasmarse con lo que le rodeaba. Destaca la capacidad que el niño poseía por asombrarse por cosas que para los adultos normalmente pasan como desapercibidas, como cotidianas, como era la fuerza de las olas, las plantas o la oscuridad.

Durante mis primeros años en el mundo de la Enfermería todo me resultaba grandioso e increíble, al igual que le ocurre al sobrino de Carson con la naturaleza. Esas sensaciones nos ayudan a descubrir el mundo porque nos fascina, estamos asombrados por el poder de la gente, por la capacidad de ayudar al otro.

Sin embargo, en los últimos tiempos me ha invadido un sentimiento de tristeza, ¿qué nos ha pasado? Esa es la pregunta que me hago al ver cómo vamos perdiendo la ilusión y las ganas por esas mismas cosas por las que antes nos asombrábamos. Algunos dicen que es por la carga de trabajo, otros por la baja remuneración económica, otros por la inestabilidad laboral, etc. Y posiblemente sea cierto, quizás todo influye.

Pero, ¿qué ocurre con los y las estudiantes? ¿Qué sucede con esas futuras enfermeras/os? ¿Por qué no todos tienen la ilusión que teníamos antes?

Es verdad que los tiempos han cambiado, pero me gustaría ver un poco más de ilusión en ellos y no solo por el hacer y hacer técnicas. Siempre intento inculcarles que la enfermera no solo realiza procedimientos, la enfermera es mucho más que eso. Les recomiendo que miren y observen a los pacientes, ya sean niños o adultos, que se pregunten quiénes son, cuál es su historia personal, y así se darán cuenta de la grandeza que cada uno alberga. Eso les permitirá asombrarse y ver que en nuestra profesión podemos ayudar a la gente, incluso salvarles la vida o acompañarles en los momentos más difíciles. No todas las profesiones gozan de este privilegio.

Tengo la esperanza de que algo les haga “clic” en sus cabecitas y se den cuenta de lo grande que es SER ENFERMERA.

Al leer esto, alguno creerá que soy demasiado tremendista y que la realidad no es esa, y que no ocurre esto, que seguimos con la ilusión del primer día. Ojalá. Pero si realmente cree que tengo razón, que intente mirar y observar la belleza de las personas, amando es como realmente se conoce, así que vuelva amar a esta nuestra profesión, le aseguro que el día a día será más fácil para usted y para ellos.

Fuente de consulta: Rojo Ferrer A. Asómbrate. Metas Enferm sep 2014; 17(7): 78
Relato

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