El Social Shopping, un nuevo modelo de compra

Lunes, 14 de septiembre de 2015

por diariodicen.es

FullSizeRenderEl rigor a la hora de realizar consultas por Internet es de especial importancia para los profesionales de sectores como la sanidad, donde recibir una información fiable y de calidad es imprescindible para la formación que posteriormente se verá traducida en el cuidado a los pacientes. Pero las búsquedas en Internet no siempre nos llevan a entradas fiables y, en ocasiones, esto supone un problema para aquellos que quieren buscar una información específica a través de la red. A la hora de comprar productos el problema es el mismo. Gracias a Internet ha surgido un nuevo concepto: el Social Shopping. La compra colectiva de productos, la fiabilidad a través de la opinión de otros… en definitiva, surge el comprador como un agente activo, que participa en la decisión que toman otros a la hora de adquirir un producto.

Para hablar de este tema hemos entrevistado a Elena Azulay Casas, profesional de la publicidad; experta en redes sociales y con experiencia en diferentes agencias nacionales e internacionales.

Pregunta-. Tenemos entendido que el Social Shopping es una compra en común para conseguir precios más reducidos. ¿Es así?

Respuesta-. Esa es una pequeña parte de su actividad. En realidad, el Social Shopping lo que comparte es la información sobre la existencia de un producto o servicio, su utilidad y la forma de acceder a él. Después de comprobar sus ventajas, los miembros del colectivo se transmiten a través de las redes, opiniones y reseñas; buenas o malas. De ahí, que se active la compra o se desestime por todo el colectivo.

Pregunta-. Entonces, las personas que componen ese colectivo ¿se conocen con anterioridad?

Respuesta-. No tienen por qué conocerse. Las redes sociales crean unos vínculos emocionales que no requieren aspectos tangibles. Uno se fía o no se fía; y esa confianza se transmite entre los individuos a través de un canal espontáneo.

Pregunta-. Por lo que entendemos se trata de una recomendación de alguna persona influyente que genera una tendencia o una moda… ¿es así?

Respuesta-. No exactamente. Es algo más que eso. Es una directriz a seguir. La gente de ese colectivo o comunidad no es estática. Digamos que sus miembros no obedecen a un patrón o estilo concreto en la forma de vestir o consumir. Sus intereses y necesidades se han alineado exclusivamente para la ocasión y en otros casos, pueden ser hasta opuestos. Dichas personas quieren disfrutar de la libertad y lo hacen.

Pregunta-. Esto que comenta hace cambiar totalmente los parámetros de la publicidad. Si es así, ¿cómo podemos influir en la decisión de compra?

Respuesta-. Muy fácil. Diciendo la verdad en nuestras ofertas. Las propuestas deben ser claras, concretas y fiables. Si un individuo desconfía y transmite dicha desconfianza a la comunidad, olvídese de vender. Las personas que forman dicha comunidad probablemente posean únicamente una coincidencia profesional, social o académica, pero partiendo de ahí decidirán unirse para evaluar y opinar sobre dicho producto. En privado; en circuitos cerrados. La empresa ofertante no está invitada a esta fiesta. En caso positivo, el colectivo realizará dicha compra de forma puntual y ventajosa para segundos más tarde dispersarse en las redes sociales para formar nuevos grupos igualmente espontáneos.

Pregunta-. ¿Funciona así con todos los productos y servicios?

Respuesta-. Actualmente los fabricantes no venden; ofertan y en el mejor de los casos, les compran. Estamos en una etapa en la que el consumidor es el verdadero rey. Hace lo que quiere y empieza a huir del típico “si compro 3 latas, pago 2” por la sencilla razón de que solo necesita una lata. Además, presiona para participar como colectivo en el juego de la “compra – venta”.
Por ejemplo, en el sector relacionado con la formación académica, ya sea en derecho, economía o enfermería, resulta habitual que los alumnos busquen y posteriormente utilicen información de diferentes fuentes; digo “diferentes” con respecto a su localización, procedencia, veracidad y fiabilidad. Eso sí… gratuita pero muy costosa en precisión. Digamos que el “Busca – Copia – Pega” colectivo es una práctica habitual en las redes sociales. Es más divertido así.
El problema no es “la red” sino la poca adaptación de las empresas a su existencia. Por ello, es muy importante acompañar la veracidad de la oferta con la participación del consumidor en la fijación del precio final. Es como un juego… Mejor dicho, un reto o un desafío.

Pregunta-. Entonces, en los sectores editorial o académico para profesionales, y en concreto en el de la enfermería, ¿se podría dar este tipo de compra?

Respuesta-. No solo se podría dar, sino que es la única opción para revitalizar estos sectores y otros que han sucumbido al arrollador empuje de las redes. Algunas empresas han planteado que los usuarios de forma indiscriminada colaboren en los textos con la principal idea de formar comunidad, como por ejemplo Wikipedia. Lo cierto es que me imagino a un profesional de la medicina o de la enfermería consultando las 10 primeras entradas de Google, siempre y cuando la información sea fiable y de rápido acceso. El rigor empieza a ser buscado, representando una preocupación entre las personas que conforman un colectivo profesional. Esto hace que los planteamientos de los gigantes de las redes en cuestiones relacionadas con las ciencias de la salud estén cambiando. El actual usuario de Social Shopping es una persona exigente. No quiere ser un simple espectador fácilmente manipulable. Esto es sencillamente, Social Shopping.

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