Enfermera y artista fallera: “Parece que son dos profesiones que no tienen nada que ver, pero ¿acaso no es también la enfermería un arte? El arte de cuidar”

Viernes, 21 de mayo de 2021

por Natalia Hernández Manjón

No se puede hablar de Valencia sin hacer referencia a las Fallas, una gran fiesta con una tradición arraigada en la que cada año se queman los monumentos que se han estado construyendo a lo largo del año. Una combinación de espectáculos, pirotecnia, música… Cristina Morán siempre ha estado muy ligada a la música y al arte, y aunque se decantó por la Enfermería cuando llegó a Valencia se enamoró de la fiesta y como siempre quiso aprender cosas nuevas, probar y experimentar, decidió formarse como artista fallera para quitarse esa espinita artística que tenía desde hace tanto tiempo atrás.

Cristina Morán en una falla
Cristina Morán en una falla

-Pregunta: ¿Qué te llevó a querer estudiar Enfermería?

-Respuesta: Era algo que no tenía previsto y casi diría que fue una cuestión de azar. Yo soñaba con estudiar Bellas Artes pero en León no tenía la posibilidad y tampoco quería irme sin terminar mis estudios de acordeón en el Conservatorio de Música. Así que, entre las opciones que tenía y tras muchas dudas, finalmente me decidí por la Enfermería. Y de verdad creo que es lo mejor que pude hacer, descubrí una profesión apasionante. La mayoría de la gente dice que, en el caso de la Enfermería, sin vocación no hay profesión. Yo ni si quiera sabía dónde me metía así que no tenía vocación antes de empezar a estudiar. Pero, sin duda, esa vocación surgió al comenzar las prácticas.

-Pregunta: ¿En qué momento comenzó tu aventura por las fallas? ¿Qué te hizo querer dedicar pate de tu vida a ello?

-Respuesta: Yo me enamoré de las fallas al llegar a Valencia, me asombraba su grandeza (en todos los sentidos) y no paraba de decir “¡yo quiero aprender a hacerlas!”. El hecho de solo poder trabajar como enfermera durante el verano me dio la oportunidad de formarme como artista fallera durante el resto del año. Además, era una forma de quitarme la espinita de no haber podido estudiar Bellas Artes y me abría el camino a poder dedicarme también a algo artístico.

-Pregunta: ¿Cómo te formas para ser artista fallera? ¿Cómo es el día a día de un artista fallero?

-Respuesta: Mi formación empezó con el Ciclo de Artista Fallero y Construcción de Escenografías, donde te enseñan desde la creación del diseño bocetado hasta la construcción y montaje final, pasando por todas las fases de carpintería, modelado, pintura y demás acabados. Y, como marca el nombre del ciclo, no todo va enfocado a las fallas sino también a la escenografía: decorados, utilería, stands, etc. Como suele ocurrir en todas las formaciones, donde más aprendes es en las prácticas que en mi caso fueron en el Taller de Manolo Martín construyendo la Falla Municipal de 2020. Ahí es donde realmente experimentas el día a día de un artista fallero, mucho trabajo con el que paso a paso llegas a la creación final.

-Pregunta: ¿Cuánto se tarda en realizar una falla? ¿Cuál es su fuente de inspiración a la hora de realizar las figuras?

-Respuesta: El proceso de creación de una falla comienza con el desarrollo de la idea, los bocetos y la maqueta. La fuente de inspiración es muy diversa, desde temas fantásticos como el cine, la literatura o los videojuegos, hasta personajes e historias más realistas como famosos conocidos por todos o cuestiones ideológicas, culturales y políticas. También pueden encontrarse fallas de todos los estilos, desde las más fantásticas o caricaturescas hasta las más realistas o incluso experimentales. Mi estilo es más bien realista aunque con un toque de fantasía. Sea cual sea el estilo, se tardará más o menos tiempo en realizarla en función de su categoría, es decir, del tamaño de la falla y la cantidad de elementos que contenga. Normalmente, un artista construye varias fallas a lo largo de un año. Pero cuando la falla se está quemando, ya se empieza a pensar en la del siguiente año. En algunos talleres incluso hay tiempo para otros proyectos como escenografías para festivales, decorados para obras de teatro o montaje de stands en ferias, entre otros.

Cristina Morán es enfermera y artista fallera
Cristina Morán es enfermera y artista fallera

-Pregunta: Entre tus aficiones también está hacer ganchillo, monitora de gimnasia, profesora de baile… ¿De dónde salen estás aficiones?

-Respuesta: Me gusta aprender cosas nuevas, probar y experimentar. Cualquier cosa que hagas te aporta una experiencia, una enseñanza que te ayuda a crecer personal y profesionalmente, aunque a priori no tengan nada que ver. El ganchillo, por ejemplo, ayuda a desarrollar la paciencia además de ser algo relajante. Y la gimnasia y el baile, no sólo mantienen el cuerpo y la mente sanas, sino que con ello he aprendido buenas prácticas que puedo transmitir a mis pacientes.

-Pregunta: ¿Cómo compaginas ser enfermera y artista fallera? ¿Le ha enseñado algo que ha podido aplicar en su labor como enfermera? ¿Se relacionan estas dos profesiones?

-Respuesta: Hasta ahora le había sacado partido a solo poder trabajar en verano como enfermera, pues eso me permitía dedicarme a las fallas el resto del año. Con la pandemia todo ha cambiado, el sector de artistas falleros se ha visto muy afectado y a mí me ha surgido la oportunidad de empezar en un colegio como enfermera escolar. En el futuro no sé cómo lo haré, pero intentaré seguir compaginándolo.

Como digo, todo lo que haces te enseña algo que puedes aplicar a cualquier ámbito de tu vida. El trabajo de un artista fallero requiere de mucha planificación, organización, constancia y esfuerzo para terminar los trabajos a tiempo. En enfermería también es necesario planificar y organizar las tareas para llegar a todo. Puede que parezca que la enfermería y el arte no tienen nada que ver, pero ¿acaso no es también la enfermería un arte? El arte de cuidar.

-Pregunta: Eres enfermera escolar, ¿cómo lo estáis llevando con la aparición de la COVID-19?

-Respuesta: Ser enfermera escolar en estos tiempos implica dedicar mucho tiempo a la COVID-19. Las atenciones no disminuyen pero te queda menos tiempo para la educación para la salud. Los protocolos cambian de continuo y hay que explicar continuamente cómo debe actuarse ante esta situación. Por suerte los niños, aunque sorprenda, son los que mejor lo entienden y cumplen las normas. Además, la pandemia está haciendo más visible el papel fundamental y necesario de la enfermera escolar.

-Pregunta: ¿Mejor y peor momento que pasara como enfermero?

-Respuesta: El peor momento como enfermera fue vivir situaciones difíciles durante mis prácticas. Nunca olvidas a ese primer paciente que ves irse de este mundo. De algún modo te cambia y te hace madurar, ves la vida de otra forma.

No sé si hay un mejor momento pues ha habido muchos buenos. Lo que sí que tengo claro es que los mejores momentos siempre me los han dado los niños y los mayores. Puede que parezcan los dos grupos de población más complicados de tratar pero a mí me encanta trabajar con ellos. Siempre aprendes algo y son los más agradecidos.

-Pregunta: Si tuvieras que dejar una de las dos profesiones, ¿por cuál te decantarías?

-Respuesta: Es difícil poder elegir. El arte ha sido siempre mi pasión pero en la enfermería encontré una vocación. Lo ideal sería poder compaginarlos. Si tuviera que elegir, supongo que al final ganaría el que me diera más estabilidad. Pero la vida da muchas vueltas, nunca se sabe.

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