La primera línea de la enfermería militar, 35 años en las Fuerzas Armadas

Miércoles, 8 de octubre de 2025

por diariodicen.es

La teniente coronel Alicia Moreno Moreno es actualmente Jefe de Enfermería de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Los más de 35 años de experiencia en enfermería militar, tanto en misiones internacionales (Bosnia, Kosovo y Afganistán) como nacionales (DANA de Valencia, incendios forestales), han llevado a Moreno a alcanzar varios reconocimientos a lo largo de su carrera.

Dentro de pocos días se dará a conocer el nombre de los ganadores de los III Premios Nacionales de Enfermería, la teniente coronel Moreno es una de las candidatas en la categoría del ámbito asistencial. Charlamos con ella sobre su nominación, su prolífica trayectoria como enfermera militar, sus actuaciones durante las misiones en conflictos armados y desastres naturales; en definitiva, sobre una trayectoria guiada por sus dos vocaciones: la enfermería y las Fuerzas Armadas.

Alicia Moreno, jefe de Enfermería de la UME

Nominación y reconocimientos

Pregunta.- ¿Cómo recibió la noticia de su nominación a los Premios Nacionales de Enfermería?

Respuesta.- La noticia de que me encontraba entre los cinco finalistas en la categoría asistencial la recibí por parte del Consejo General de Enfermería y fue una grata sorpresa ver que la enfermería a nivel nacional tenía en cuenta a la hermana pequeña, la enfermería militar, para una nominación a un premio nacional.

P.- Su trayectoria profesional cuenta con varios reconocimientos como el Príncipe de Asturias de Cooperación, a título colectivo; el Premio a la Mujer Solidaria del Ministerio de Asuntos Exteriores y la insignia de oro del Colegio de Enfermería de Zaragoza. Si tuviera que escoger un momento de su trayectoria profesional quizás no coincida con estos. ¿De qué momentos se siente más orgullosa y por qué?

R.- Quizá la palabra que mejor define esos momentos es satisfacción, cuando consigues sacar adelante tu misión que, por un lado, como profesional de la salud, es cuando tus pacientes progresan y son capaces de volver con sus familias y como militar, que soy, se resume en la satisfacción del deber cumplido.

35 años en las Fuerzas Armadas

P.- Hablamos de una trayectoria de más de tres décadas desde que ingresó en las Fuerzas Armadas, ¿qué le llevó a desarrollar su carrera profesional como enfermera dentro del ejército?

R.- En mi caso particular, y cuando me planteé ingresar en las Fuerzas Armadas en el año 1990, el ámbito militar para las mujeres era un terreno desconocido, tan solo habían ingresado dos promociones. Quizá por eso, al acabar mi carrera de enfermería y valorar el tipo de oposición que era, me decidí a conocer un ámbito de trabajo que se rige por valores tales como la disciplina, el valor, la lealtad, el compañerismo y que generan lazos de amistad inquebrantables.

P.- Ha formado parte de la primera promoción de los Cuerpos Comunes de la Defensa que admitió a mujeres y de las primeras que se desplazó a misiones en Bosnia Herzegovina. ¿Cómo ha evolucionado la presencia de la mujer en el ejército?

R.- La verdad es que desde el año 1993, en el que desplegamos las dos primeras mujeres militares españolas en una misión internacional bajo mandato de Naciones Unidas, hasta la fecha de hoy, en el que la presencia femenina está totalmente integrada en los despliegues internacionales, se ha podido observar una evolución hacia la plena integración de la mujer en las Fuerzas Armadas.

En este aspecto quiero mencionar lo que el General Morales expresa en su artículo de opinión La Legión en acción, sobre la experiencia que vivió al mando de la Agrupación Táctica Canarias en la guerra de Bosnia Herzegovina en el año 1993, manifiesta que la inclusión de las dos primeras mujeres militares en esa misión no solo marcó un hito en la historia del Ejército español, sino que también demostró que el valor y la competencia no conocen género.

P.- ¿Cuál ha sido el entorno más difícil en el que ha tenido que trabajar como enfermera militar? ¿Con qué medios contaba?

R.- Después de haber estado desplegada en diferentes misiones, tanto en el exterior como aquí en territorio nacional, cada una de ellas siempre te hacen enfrentarte a situaciones y momentos totalmente diferentes. Unas veces por la situación bélica en la que te encuentras y otras ante la situación humanitaria y de aislamiento con la que te toca trabajar.

Quizá, en mi caso, en mi primera misión en la guerra de Bosnia Herzegovina tuvimos que atender a un número muy elevado de personal civil, pero lo más duro a lo que te enfrentas, es tratar a tus propios compañeros heridos, muchos de ellos fueron evacuados a España para tratamiento; sin embargo, 10 de ellos fallecieron en el cumplimiento de la misión. Hicimos lo que pudimos para que regresaran con sus familias, pero no puedo ser… Son momentos de mucha frustración y complicados de gestionar emocionalmente, pero nos debíamos a los que seguían allí, había que estar al 100% por ellos.

Otro momento fue durante la pandemia de la covid-19, estando comisionada en la UCI COVID de Hospital Central de la Defensa “Gómez Ulla” (Madrid). Tener que cuidar a pacientes que a priori evolucionaban despacio, pero favorablemente, y en cuestión de horas fallecían. No podíamos encontrar ninguna explicación y era totalmente desconcertante. La situación era muy complicada, aun teniendo experiencia en misiones internacionales, porque este despliegue no era fuera, era en territorio nacional, en nuestra casa, y teníamos que asumir un número de bajas y fallecidos muy alto.

Experiencia como enfermera militar en desastres naturales

R.- Su experiencia cuenta con misiones no solo en el ámbito internacional, sino que ha estado presente en los últimos desastres medioambientales de España. La DANA de Valencia y los incendios de este verano. ¿Qué funciones desempeñaba? ¿Qué sintió ante desastres tan devastadores?

P.- En esas dos emergencias he colaborado, formando parte del equipo humano que conforma la Unidad Militar de Emergencias, como jefe de Enfermería.

Durante una emergencia, en el momento que es necesaria la activación de la Célula de Coordinación de Sanidad (CECOSAN) nuestra función, en principio, es la de dar apoyo sanitario al personal interviniente de nuestra unidad que se encuentra realizando los trabajos encomendados en la zona de la emergencia, por lo que debemos coordinar todos los medios humanos y materiales sanitarios.

En el caso de la DANA, se tuvo que hacer un esfuerzo importante pues, según fue aumentando el personal de los Ejércitos y Armada con sus medios sanitarios, se debían coordinar para que en toda la zona de la emergencia se mantuviera un apoyo sanitario ante cualquier incidencia. Y, por otro lado, desde el primer momento, ante la solicitud de colaboración por parte de la sanidad civil tuvimos que asumir las incidencias, asistencias, evacuaciones de población civil de la zona afectada, al tener sus capacidades de evacuación sanitaria y centros de salud afectados por las inundaciones.

Por todo ello, la CECOSAN tuvo que coordinar y gestionar todos los medios sanitarios en la zona de la emergencia haciendo un esfuerzo importante para mantener un equilibrio entre las asistencias solicitadas para la población civil y la atención a nuestros intervinientes.

P.- ¿Qué diferencia, desde el punto de vista enfermero, hay entre atender en una zona de catástrofe natural y en una zona de conflicto armado?

R.- Como profesionales de la salud, creo que tenemos muy interiorizado que nunca podemos bajar la guardia en cuanto a medidas de seguridad ante una intervención. Y en nuestro caso, cuando desplegamos con una unidad militar en situaciones de aislamiento, con más motivo pasamos a ser personal crítico.

Solo nosotros sabemos hacer nuestro trabajo. Si bien es cierto que a la hora de intervenir en una zona de catástrofe natural nos encontramos en una situación donde las infraestructuras están colapsadas, pero sin hostilidad humana directa. Las patologías a las que nos vamos a enfrentar, en estos casos, van a ser traumatismos, fracturas, quemaduras, intoxicaciones propias de incidentes de múltiples víctimas, etc.; aun así, debemos de extremar todas las medidas de seguridad y autoprotección como, por ejemplo, ante posibles replicas en un terremoto, lenguas de fuego en incendios, etc.

Sin embargo, para realizar nuestro trabajo dentro de un conflicto armado, nos debemos de adaptar al entorno bélico en el que nos encontraremos, puesto que vamos a tener que trabajar en zonas donde la seguridad personal y de nuestros pacientes puede verse comprometida. Para ello debemos de ser muy conscientes de que prima la seguridad sobre la atención. Del mismo modo, nuestra manera de trabajar cambia, pasamos a realizar maniobras de reanimación, de control de daños, así como cirugía de control de daños, donde se prioriza la vida-miembro-función.

Ambos escenarios requieren una alta preparación técnica, emocional y ética, pero el conflicto armado añade una dimensión de riesgo humano que modifica por completo la forma de trabajar de la enfermería.

P.- En el contexto actual, donde no solo los conflictos armados, sino también las consecuencias del cambio climático parecen ir en aumento, ¿considera que el personal sanitario, tanto civil como militar, necesita una formación específica y actualizada para enfrentar este tipo de emergencias complejas?

R.- Creo que todos los profesionales que trabajamos en el ámbito de la emergencia, no solo el personal sanitario, debemos de estar en continua formación. Otra cosa distinta es que, debido a esa complejidad, se requieran unos perfiles más especializados ante los cambios constantes de las nuevas tecnologías.

Nunca hay que dejar de estudiar y aprender en beneficio de nuestros pacientes. En la emergencia no se improvisa.

Enfermería militar: formación y desarrollo profesional

P.- Para finalizar, ¿qué consejos le daría a una enfermera que quisiera desarrollar su carrera dentro del ámbito militar?

R.- Yo no soy persona de dar muchos consejos, pero lo que sí me gustaría trasmitirle es que, aunque no hay trabajo perfecto, debemos de intentar buscar aquel que nos permita realizarnos como profesionales.

Si ya ha estudiado la carrera de Enfermería demuestra que tiene una gran vocación, y si además se anima a ingresar en las Fuerzas Armadas pone de manifiesto una doble vocación. Va a poder desarrollar un trabajo que le va a exigir una gran capacidad de adaptación y la posibilidad de trabajar en equipo bajo presión.

Para ello se nos da la posibilidad de formación en especialidades complementarias como Enfermería Medico quirúrgica en Operaciones y Enfermería de Urgencias y emergencias en operaciones, así como la opción de acceder a las aptitudes de enfermería de vuelo, hemoterapia en operaciones y enfermería hiperbárica para tratamiento de accidentes de buceo. Lo que nos capacita para poder trabajar en diferentes destinos de los Ejércitos, Armada, UME y Guardia Civil y la posibilidad de desplegar en misiones internacionales y trabajar en el ámbito de la emergencia.

En mi caso particular, después de 35 años en las Fuerzas Armadas, en mi balance personal pesa más lo bueno que lo menos bueno.

enfermería, enfermería militar, Fuerzas Armadas, Premios Nacionales de Enfermería

One Reply to “La primera línea de la enfermería militar, 35 años en las Fuerzas Armadas”

  1. La teniente coronel Alicia Moreno Moreno es una referencia nacional en la enfermería militar. Un seguro asistencial para los militares que, en despliegues internacionales, han tenido la garantía de contar con ella; y un activo único para la ciudadanía desde su puesto en la Unidad Militar de Emergencias, gracias a su recorrido transversal, profunda intuición y respuesta inteligente basada en el conocimiento y en su extensa experiencia profesional.

¿Quieres comentar la noticia?

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*
*