El 17 de enero es el Blue Monday, el día más triste, pesimista y deprimente del año pero, ¿de dónde viene? ¿Tiene algún fundamento científico o es una campaña de marketing? Desde hace años, el tercer lunes de enero se considera el día más triste de año que apareció después de una fórmula matemática que expone que en ese día se concentran las peores condiciones generales: tristeza, pesimismo e incertidumbre. Le pusieron el nombre asociado al color azul porque es un color que denota pasividad, tristeza, pesimismo o apatía.

Fue un psicólogo experto en motivación de la Universidad de Cardiff, Cliff Arnal, conjuntamente con una agencia de viajes, dedujo en 2005 y a través de un proceso matemático que el tercer lunes de cada año sería el más triste de los 365 días, tomando en cuenta unos factores que, unidos, deben determinar cuan felices seremos durante el día. Se trata de la fórmula [C+(D-d)]TI / MNa es la encargada de dar el resultado a dicha afirmación. C se refiere al factor climático, que sin duda estos días de enero son los más fríos. La D determinará las deudas que se adquirieron en la época navideña, mientras que d es el dinero ingresado en enero.
En cuanto a la T, se refiere al tiempo que ha pasado desde que llegaron los reyes magos. La I es el último intento de abandonar algún mal hábito. Una vez obtenido el resultado de esta ecuación, el mismo se debe dividir entre M que será el nivel de motivación por Na que es la necesidad de hacer algo. El resultado aproximado, pues, es el tercer lunes de enero.
Pero hay expertos contrariados. Así, expertos de Vithas Granada advierten de que el denominado ‘blue monday’ carece de base científica. Ante la gran cantidad de informaciones con respecto a este día, la psicóloga de Vithas Granada, Maria José Aróstegui, aporta unas pautas para luchar contra “la tristeza que parece que se nos impone”.
Para Aróstegui, sin embargo “aunque muchas personas puedan compartir estos sentimientos de tristeza por las razones mencionadas por Arnall, es imposible que la mayoría de la población se deprima el mismo día del año, ya que no a todas las personas les afectan de igual manera estos factores”. De hecho, el propio Arnall años más tarde, reconoció que considerar a este día el más triste del año realmente no tenía base científica.
Para enfrentar la tristeza Aróstegui resalta la importancia de realizar actividades agradables, y “no olvidarnos de nosotros mismos”. Recomienda hacer a diario el ejercicio de “preguntarse ¿he hecho hoy algo que me haga feliz?”. La especialista de Vithas incide en que estar excesivamente pendiente del trabajo, de la economía personal, de los problemas familiares, etc., hace que “no nos dediquemos tiempo a nosotros”. Por esta razón, recuerda la importancia de generar hábitos que “nos hagan sentir bien, como leer, pasear, etc., y no posponerlas”.
La psicóloga de Vithas aprovecha para dar algunos consejos para aquellas personas que se sientan tristes, “incluso de forma impostada por la abundancia de informaciones en este sentido”. María José Aróstegui ofrece unas claves que pueden ayudar a cualquier persona que tenga sensación de tristeza, sea cual sea el día en el que aparezca.
-Autocuidado: quererse. dedicarse tiempo: practicar algún hobby, descansar, leer un libro, escuchar la música preferida, disfrutar de un paseo o darse un baño relajante. Estas son actividades agradables que ayudan a desconectar y a hacer aquello que realmente se quiere hacer. “Estas acciones reportan felicidad y además ahondan en la sensación de que eres tú quien decide qué hacer”, traslada la especialista.
-Sueño: Cuidar la calidad de sueño. Si no se duerme lo suficiente, el cuerpo humano no se recupera a nivel físico, ni mental. Dormir bien es esencial para la salud mental, mejorando la memoria y la gestión de los recuerdos, regulando el metabolismo y reduciendo la fatiga mental que favorece la sensación de tristeza. Por ello es importante dormir entre 7 y 8 horas diarias.
-Alimentación: No consiste en ponerse a dieta y “compensar” los excesos navideños. Hay que crear hábitos alimentarios saludables, consumiendo fruta, verdura, carne, pescado, legumbres. En un estudio dirigido por la Dra. Suzanne Dickson que se publicó en la revista European Neuropsychopharmacology, se demostró la evidencia de los beneficios que tiene la dieta mediterránea, rica en verduras y aceite de oliva, pues influye sobre la salud mental, dando este tipo de alimentación cierta protección contra la depresión y la ansiedad.
-Actividad física: desde andar a practicar algún deporte al menos 2 días a la semana. Según el estudio realizado en la Universidad de Granada, llevado a cabo por Manuel Jiménez, Pilar Martínez, Elena Miró y Ana Sánchez, el bienestar psicológico se asocia a la práctica del ejercicio físico. Las personas que, frecuentemente, practican actividades físicas se perciben más saludables, con menores niveles de estrés y presentan muestran mejor estado de ánimo que aquellas que no realizan ningún tipo de ejercicio físico.
La especialista de Vithas concluye afirmando que “si se siguen estos sencillos consejos y se realizan estas actividades, cuerpo y mente lo agraden y luchan contra ese sentimiento de tristeza”.