"La enfermera no nace con vocación, a ser enfermera se aprende con el estudio y la relación con los demás"

Jueves, 6 de abril de 2017

por diariodicen.es

Hemos entrevistado a Montserrat Busquets Surribas, del Departamento de Enfermería Fundamental y Médico-Quirúrgica de la Escuela de Enfermería de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Barcelona. Nos cuenta su visión de la profesión desde su amplia experiencia y su admirable currículum, que abarca la enfermería, la docencia y la investigación.

Pregunta: ¿Por qué decidió ser enfermera?

Respuesta: Bueno, en realidad al iniciar la época de estudiante universitaria. Yo estaba muy despistada respecto a mi futuro profesional. A mí me fue entusiasmando la enfermería a medida que la iba conociendo. Inicié los estudios de psicología en la Universidad Autónoma de Barcelona, pero no seguí adelante. En aquella época, para mí era muy importante mi independencia. Mi madre, que era enfermera del hospital de Bellvitge, recién estrenado, entendió mi necesidad y me ayudó a obtener una plaza de auxiliar de clínica.Resultado de imagen de fotos montse busquets surribas

Primero trabajé en el servicio de esterilización. Era la época en que todo se hacía manualmente y se reutilizaba: se lavaban, secaban y embolsaban los guantes de quirófano, se lavaban, afilaban y encapsulaban las agujas de punción, se hacían las cajas de material quirúrgico… Las batas y polainas se lavaban y esterilizaban… Entonces decidí estudiar enfermería y compaginar estudios y trabajo. La enfermería empezó a entrar en mi lógica interna primero al trabajar con personas con problemas psiquiátricos, luego al cuidar a pacientes que habían sufrido quemaduras.

Al principio el soporte teórico era muy escaso y aprendíamos haciendo y de las autoras extranjeras. Pero poco a poco, gracias sobre todo a los pacientes y a las compañeras, fui siendo consciente de que sin cuidados no es posible la vida. Al mismo tiempo fui comprendiendo que el cuidado tiene dos aspectos ineludibles y que se retroalimentan: el aspecto científico y el humano. Uno sin el otro no llega a dar la respuesta adecuada a la necesidad de ayuda de las personas cuando enferman o cuando precisan ayuda para mantener su salud.

Y ya el período más largo de mi trayectoria profesional ha sido en el ámbito de la enseñanza en la escuela de la Universidad de Barcelona donde, al estudiar y enseñar ética profesional, he ido profundizando en el ineludible papel social de las enfermeras.

P.: ¿Cree que la enfermería es una profesión vocacional?

R.: Se suele pensar que las profesiones de la salud y del trabajo social son vocacionales porque trabajan con personas que viven situaciones de vida comprometidas, con enfermedad, problemas de recursos, dolor, sufrimiento, cambios de vida… Con este argumento, dada la dureza del trabajo, las enfermeras deben ser vocacionales para poder sobrellevarlo.

Por otro lado, dado el origen de la enfermería vinculado a las congregaciones religiosas, la vocación puede entenderse como que el cuidado es algo vinculado a una predisposición a ayudar pero que no esta relacionada con parámetros científicos o académicos. Un trabajo basado en el buen hacer de la persona que lo lleva a cabo, que  le es casi innato. Hoy precisamente nuestro avance se debe a la capacidad de las enfermeras de convertir el acto de cuidado en un acto que pueda ser revisado, argumentado u organizado bajo los postulados científicos. A pesar de que no cabe duda que una profesión, la que sea, necesita que sus miembros tengan interés y una cierta predisposición, que al pensar en ella les guste y se vean a sí mismos ejerciéndola. La idea de un trabajo vocacional plantea la duda de si ese interés debe ser previo, como una suerte de llamada, o no. Yo puedo ser un ejemplo de alguien a quien el interés fue emergiendo a medida que cuidaba.

Para mí la vocación tiene que ver con que la persona que quiere ser enfermera tenga una voluntad de ayuda hacia otras personas que están en una situación de necesidad, que sienta que lo que ella puede hacer puede mejorar su vida. De alguna manera, para mí la vocación se convierte en investigar, probar, arriesgar, llevar a cabo el cuidado de la mejor forma posible. La vocación surge al sentir empatía y emoción por quien no puede, o no sabe, cuidar de sí mismo. Al mismo tiempo, la vocación se funda en un gran respeto por las personas y sus maneras de vivir y afrontar la vida y la enfermedad. Y eso se aprende, no se nace con ello. Para mí la vocación es tener la motivación para querer aprender a ayudar, estudiar, investigar… Para mí la enfermera no nace con vocación, a ser enfermera se aprende con el estudio y la relación con los demás. Es algo emocional y racional a la vez.

P.: Desde su dilatada experiencia, ¿cómo ve la profesión enfermera actualmente?

R.: Es una pregunta muy amplia. Pero para responder de forma sencilla diré que la veo bien.

Creo que progresa, a pesar de que a veces me siento un poco frustrada cuando veo el poco reconocimiento y visibilidad que tenemos, sobre todo en algunas instituciones y administraciones sanitarias, que siguen ancladas en modelos centrados en la enfermedad, tecnocráticos o jerárquicos. Y, que a pesar de sus discursos, definiciones de valores, cartas de derechos, etc., aún no han comprendido el valor del cuidado, ni de la colaboración interdisciplinar.

Sin embargo y a pesar de ello, veo bien la profesión porque las enfermeras hemos ido consolidando una base de conocimientos y una base ética, que cada vez es más clara y evidente. Hemos ido aprendiendo a justificar nuestras acciones desde el cuidado a las personas, al tiempo que hemos ido definiendo las líneas de trabajo de colaboración con los médicos. Hemos definido las líneas de actuación autónoma, centrándonos en la respuesta a las necesidades de las personas relacionadas con la salud. Hemos trabajado la idea de salud centrándola en el bienestar de la persona y no solo en el enfoque de la enfermedad. Nada fácil, dada la preeminencia de la medicina y el enfoque centrado en la enfermedad y en los tratamientos, de la mayoría de instituciones sanitarias.

Creo que hoy en día somos importantes para la sociedad por dos aspectos. Primero, por la comprensión de la persona, usuaria de los servicios sanitarios, como sujeto autónomo a pesar de la dependencia que el problema de salud genera. Segundo, por evidenciar la importancia de las actividades de la vida cotidiana, para el mantenimiento de la salud, su recuperación o al final de la vida, y que en lo posible tal y como la persona las realiza.

Queda mucho por recorrer pero estamos cada vez mejor situadas, intelectual y éticamente. Y eso hace que en la realidad el contexto social y sanitario cambie y el cuidado emerja como un factor decisivo.

El futuro es prometedor porque las enfermeras, sea cual sea el lugar de trabajo, somos muy conscientes de que tenemos las competencias necesarias para el cuidado relacionado con la salud de las personas y, cada vez, más buscamos que gestores y políticos generen las oportunidades para su desarrollo.

P.: ¿En qué aspectos ha cambiado para mejor? ¿Y para peor?

R.: Hay que ser optimistas.

A pesar de la repercusión de la crisis en los servicios de la atención a la salud, de la preponderancia del modelo biomédico, de la enorme impronta del positivismo en la valoración de la investigación, del pensamiento liberal que no deja espacio a la subjetividad y que no considera la relevancia del contexto o el medio, los enfermeros han sabido cambiar conservando el valor del cuidado, que es lo esencial de la disciplina, adecuándose a las nuevas necesidades, avances, técnicas… Ello sin lugar a dudas es bueno y tiene un valor ético esencial.

Tal y como argumentaba en la respuesta a la pregunta anterior, la necesidad de cuidados y el valor social del cuidado es cada día más evidente y está entrando en la agenda política. No podemos olvidar que los profesionales enfermeros son las que se han dedicado al cuidado profesionalmente, por ello están llamadas a ser agentes sociales fundamentales a la hora de reformular los modelos de atención a los problemas de salud. Y lo que ha cambiado sustancialmente es que hoy somos capaces de explicarlo, evidenciarlo, defenderlo, de organizarnos para que sea así, de denunciar cuando no lo es. Somos mucho más conscientes de la aportación social de la profesión y de su carácter ético.

Resultado de imagen de fotos montse busquets surribasPara mí, el gran cambio es que la enfermera hoy rinde cuentas frente a las personas que atiende y frente al propio colectivo.Y por ello también es responsable de anticiparse a que el cuidado tenga los resultados esperados.

Si bien no señalaría ningún aspecto negativo, sí en cambio una alerta para no perder el punto de vista de quienes reciben el cuidado. Estar siempre junto a las personas, consolidar la relación de ayuda como el instrumento básico del cuidado, profundizar en las situaciones de dependencia y el fomento de la autonomía para el autocuidado, redefinir los equipos de trabajo y las responsabilidades de sus miembros, crear redes de soporte profesional, colocar el cuidado en las agendas políticas… Hay mucho por hacer.

El riesgo de perder la identidad enfermera al acceder a los grados superiores de educación se ha diluido con el espacio europeo de educación superior que ha permitido la formación superior desde la propia enfermería. Sin embargo la cuestión del modelo enfermero no esta zanjada, quizá no lo esté nunca, porque la necesidad de cuidados es muy amplia y en ella caben múltiples maneras de entenderla. Y quizá estar siempre en construcción, replanteamiento, discusión…. De forma abierta, permeable a la sociedad sea, en gran parte, otra riqueza nuestra.

P.: Uno de sus campos de investigación es la bioética, ¿qué papel tienen los profesionales enfermeros en dicho campo?

R.: La bioética se define como “multi y transdisciplinar”. Ahí lo tenemos. La aportación de las enfermeras es aportar a la discusión bioética el cuidado de la persona con la misma relevancia que cualquier otro aspecto. Sin embargo los temas discusión bioética suelen circunscribirse al avance científico, los instrumentos de la autonomía del paciente (consentimiento y últimas voluntades), la confidencialidad y la intimidad frente a las nuevas tecnologías, las cuestiones ligadas al origen de la vida… lo hace desde el terreno teórico y normativo. Por ejemplo hay un sinfín de documentos que argumentan el respeto por la confidencialidad de los datos y las normas a seguir, sin embargo, en muchísimas consultas externas aún se llama por el nombre a las personas que acuden. Se trabajan las voluntades anticipadas pero en situaciones de fin de vida, sin embargo, no conseguimos garantizar la priorización del alivio del dolor y el sufrimiento, el cuidado a las familias, ni tan solo, a menudo las personas pueden disponer de habitaciones individuales. El consentimiento informado sigue más centrado en la aceptación y firma del documento que en la comprensión de la información necesaria para la toma de decisiones. Tampoco los comités terminan de clarificar su vinculación con los profesionales asistenciales, su papel en la formación ética, ni su aportación en la gestión de los centros de salud

Algunas enfermeras, como por ejemplo Sara Fry, del Consejo Internacional de Enfermería, plantean que la bioética, dado su planteamiento principalista, no deja espacio para el argumento del cuidado.  Yo pienso que la bioética ha sido y es  una gran impulsora del respeto por la persona y sus derechos, pero que los profesionales enfermeros debemos estar más presentes y ser capaces de aportar el valor del cuidado, los posibles problemas al cuidar, las divergencias, los dilemas…

En relación a la investigación y la docencia de la bioética, pienso que la aportación de los enfermeros es ir consolidando los  discursos y prácticas  relacionados con la ética del cuidado. Es decir, consolidar el conocimiento de cómo las personas construyen y buscan significados a sus experiencias de salud, que incluye la enfermedad, en tanto que un conocimiento centrado en la experiencia y en las necesidades de la vida cotidiana.

P.: Además de ejercer como enfermera, también lo ha hecho en el ámbito docente, ¿cómo ha visto evolucionar a la profesión a través del alumnado?

R.: Para mí el interés de los alumnos por la profesión no ha variado. Concretamente en la asignatura que he impartido más tiempo, la Ética y la Legislación en Enfermería, los alumnos van entrando en los entresijos de la ética profesional  y desarrollando la sensibilidad ética poco a poco. Es un tema que de entrada no se plantean, pero que una vez iniciado, descubren. Lo esencial es ayudar al alumno para que pueda ir configurando sus respuestas y vaya descubriendo cómo los valores de la profesión también modifican su manera de entender la vida. El alumno de hoy, para mí, no  se diferencia del de tiempo atrás. Lo que sucede es que hoy tiene mucha más evidencia, cada vez más próxima, de lo que estudia. El trabajo esencial es acompañarle en la búsqueda de argumentos, no de soluciones rápidas. Los docentes  deben ser el puente entre los modelos teóricos y las prácticas asistenciales, de forma que el alumno vaya introduciéndose en los valores de la profesión de forma crítica, de forma constructiva. Eso a veces le es difícil de entender, pero como decía al inicio de esta entrevista, se va aprendiendo as medida que se va experimentando y en ello la relación del alumno con los docentes juega un importantísimo papel. A su vez he aprendido a ser docente en la relación con los alumnos, es una retroalimentación.

P.: Hay estudios que indican que la producción científica enfermera en España ha aumentado en los últimos años, ¿a qué cree que se debe esto?

R.: Bueno, evidentemente, en primer lugar al esfuerzo y dedicación de los enfermeros que han trabajado en editoriales, que han dedicado y dedican parte de su tiempo a la realización de trabajos, artículos, libros de texto, la mayoría todavía hoy sin recursos y sin el reconocimiento previo de las instituciones en las que trabajaban. También a las que han traducido textos, sobre todo el ingles. Pero también el aumento de la producción se debe a la posibilidad de disponer de medios de publicación. En ello hay que agradecer muchísimo a las enfermeras que se han aproximado al mundo editorial y han creado , haciendo posible la publicación.

Por otro lado, el avance universitario y el doctorado, que duda cabe de que la posibilidad de realizar el doctorado mediante publicaciones es un aliciente, como lo es la obligatoriedad de publicar durante el período de investigación. También el desarrollo de programas de doctorado desde los grados de enfermería y de líneas de investigación enfermera, que promueven la relación entre el mundo académico y el asistencial.Pero también la comprensión de los enfermeros asistenciales y gestoras, cada vez más generalizada, de que es imprescindible compartir los conocimientos que uno tiene

Por todo ello, cada vez se escribe más y mejor.

Recientemente, Carmen Domínguez ha publicado el libro Evolución del cuidado y profesión enfermera, en el que analiza pormenorizadamente el avance de la enfermería y aporta datos de nuestra situación al respecto.

P.: Recientemente ha recibido el Premio Enfermería y Sociedad «Cerca de ti» 2016, ¿cómo vivió ese momento?

R.: Era domingo por la tarde y me llamaron por teléfono. En primer lugar pensé que se habían equivocado de persona, incluso que no debía haber más candidatas. Cuesta reconocer el reconocimiento, valga la redundancia. Claro, además es que una se imagina en el papel de quien otorga un reconocimiento, no en el del quien lo recibe. Es una grandísima emoción que no se como explicar; pensar que alguien piensa en ti y en lo que has hecho, y más aún si ello toma forma de premio auspiciado por una organización profesional, significa muchísimo y aún no soy capaz de explicarlo razonadamente.

Para mí es el mejor reconocimiento posible, el de tus colegas de profesión, personas con las que has trabajado o te han conocido a lo largo de la vida profesional. Además en mi caso el premio llega en el momento en que inicio mi jubilación, nunca pude esperar una mejor manera de hacerlo.

Además creo que es también un reconocimiento a la importancia de la ética en nuestra profesión, un premio a su estudio y a su divulgación. Un premio al cuidado como referente ético ineludible y a su imprescindible estudio y divulgación. Y por ello, si cabe, me satisface doblemente. También es un premio que me gustaría poder compartir con todos los que he trabajado, discutido, aprendido, enseñado… Desde luego sin esas personas no sería posible.

P.: Ahora que se ha jubilado, ¿tiene pensado empezar algún proyecto?

R.: Yo formo parte de la Comisión Deontológica del Colegio de Enfermeras y Enfermeros de Barcelona, y desde hace un año tenemos un proyecto de investigación en Ética del Cuidado, cuyo primer fruto se publicará este mes de julio. Esta es una línea de trabajo que voy a mantener. Actualmente estamos organizando el segundo seminario que tendrá lugar el próximo mes de octubre. Los seminarios constan de unas conferencias a cargo de expertos internacionales en la ética del cuidado, el pasado a cargo de Jean Tronto y el próximo de Marien Barnes y posteriormente de un trabajo de discusión y/o aplicación.

Además aún sigo vinculada a la Universidad de Barcelona a través de la docencia en formación de postgrado.

enfermería, entrevista, Montserrat Busquets Surribas

13 Respuestas a “"La enfermera no nace con vocación, a ser enfermera se aprende con el estudio y la relación con los demás"”

  1. Bellisimo. Siempre creí que uno no nace con vocación. A

    Si te gusta la Enfermeria debes crecer con el conocimiento y mucho de eso esta en la vocacion

  2. La enfermería es vocación se nace con ella, lo que aprendes son las Técnicas y procedimiento de Enfermería ,Anatomía y Fisiología, lo demás viene de el Corazón ❤️
    Yo nací para ser Enfermera y lo he sido por muchos años . La amo a mi carrera????????????

  3. Hola amigos , comencé a estudiar enfermería , y mis primeros ramos son Salud mental y adulto mayor , pero no se donde empezar , si saben algo para empezar a leer y repasar se los agradecería

  4. Una mierda, es aprendizaje pero con ocho años empezó mi carrera, por cojones, buenos por supuesto cuando en tu familia todos se acojonan ante los cuidados de la abuela insulinodependiente, ciega, sin control de esfínteres y tu madre te asigna”por ovarios” ese rol…. ahí empieza tu papel de cuidadora. A partir de ahí, los beneficios los sientes en tí. Vocación? No. Descubrimiento del cuidador, sí.
    Estoy jubilada y sigo teniendo esos beneficios del cuidador actuando como voluntaria con 70 años. No se nace, se hace y … gracias.

  5. Gracias por su servicio; aún a la distancia, al fin, sé que alguien piensa como yo. No siempre se nace…. Reconozco la gran responsabilidad que conlleva la profesión y no me ánimo a ejercer en el campo, por tantas cosas que ocurren que van fuera de lo ético-moral y legal.
    Dios bendiga a todos los profesionales de la salud que lo hacen de ????.

  6. Estoy estudiando TCAE y mi profesora me frutro diciendome que valgo para esto. Cuando considero que estoy aprendiendo y quice estudiar porque me gusta ayudar a los demas y es muy triste. No he podido levantar cabeza aunque todavía voy a clase…pero me suspende siempre y se que no me uqiere ahi.

  7. Estoy estudiando TCAE y
    Mi profesora diciendome que no valgo para esto. Muy derrivante para mi, me ha bajado la autoestima. Cuando considero que estoy aprendiendo y quice estudiar porque me gusta ayudar a los demas y es muy triste. No he podido levantar cabeza aunque todavía voy a clase…pero me suspende siempre y se que no me uqiere ahi.

    Quiskera vuestra opinion …estaba muy ilusionada pero sus comentarios me tiraron al piso.

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