La enfermería más perruna

Lunes, 24 de octubre de 2016

por diariodicen.es

cini-perritaCini tiene tres años, es una jack russell terrier y una de las 56 estrellas del innovador centro de terapia Canem de Zaragoza, convertida en la primera, y única, escuela de enfermeros perros.

Aquí se especializan los asistentes sanitarios caninos que luego se ocuparán día y noche de pacientes epilépticos, alérgicos, sordos, diabéticos o personas con incapacidad física.

Esta perrita se anticipa a cualquier cambio importante de los niveles de glucosa, avisando a ‘su’ paciente 20 o 30 minutos antes de que produzca una subida o bajada de azúcar. Está entrenada para dar tres ladridos secos y fuertes y con la pata izquierda golpear la pierna de su dueña si comienza a captar el olor a isopreno. Este aroma es imperceptible para la nariz humana pero no para Cini, que lo percibe cuando los poros de la piel y el aliento de la persona a la que atiende lo desprenden, poniendo en alerta a la pequeña perrita.

Ella es solo un ejemplo de sus muchos compañeros enfermeros. Sin embargo, en esta escuela no vale cualquier can. Los alumnos son seleccionados por el carácter, inteligencia y la fuerza. Y en esto el labrador, el jack russell y el boyero de Berna son los mejores candidatos.

Además, solamente los mejores enfermeros perros llegan a licenciarse y es que, tras un duro entrenamiento de cuatro meses, para aprobar y convertirse en auténticos profesionales sanitarios, los alumnos deben de sumar 8.500 repeticiones correctas. Cuando aprenden, y el asistente de cuatro patas da la alarma de que su paciente está en riesgo, reciben como premio unos granitos de pienso o una golosina.

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