“La enfermería y la poesía están tocadas por un principio de sensibilidad y arte”

Jueves, 16 de septiembre de 2021

por diariodicen.es

Enrique Sánchez es poeta y, como el mismo se define, enfermero de vocación tardía. Con un amplio bagaje en el mundo de la cultura, es fundador de diversas publicaciones y revistas y miembro de distintas entidades culturales. Incluso perteneció, hasta hace unos años, a un grupo de teatro aficionado y ha publicado algunos poemarios, como El hombre mínimo o Córdoba es poesía. A lo largo de los años “he compaginado con naturalidad mi profesión y mi dedicación a la escritura, el trabajo impone horario y obligaciones. En cambio, la escritura goza de la libertad que otorga el ánimo”, explica Sánchez. Y el origen esta inclinación por la cultura, cuyo origen él mismo lo ubica en “las historias que me contaba mi madre y los versos que me recitaba. Cuando yo era un niño de cuatro o cinco años me inculcaron un gran interés por las letras, que ya en mis años de escolar despertaron en mí el deseo de escribir mis propias historias y poemas”. Por ello, los proyectos no paran de rondarle; “los poemas e historias se agrupan por su temática en el archivo correspondiente y, cuando llega el momento de publicar, se leen y se pulen, seleccionando el número suficiente para conformar un libro o poemario”, destaca. Nos atiende para hablar de su carrera en la literatura, principalmente en la poesía, y de su perspectiva como enfermero y poeta.

Enrique Sánchez Campos lee sus poemas en el Real Círculo de la Amistad, Liceo Artístico y Literario de Córdoba

Pregunta. Escritor, miembro de la Unión Nacional de Escritores de España… ¿de dónde procede esa inclinación por el mundo de la escritura?

Respuesta. Seguramente las historias que me contaba mi madre y los versos que me recitaba. Cuando yo era un niño de 4 o 5 años me inculcaron un gran interés por las letras, que ya en mis años de escolar despertaron en mí el deseo de escribir mis propias historias y poemas.

P. ¿Qué otras inclinaciones culturales tiene?

R. Aunque mis preferencias están en la poesía, participo en otras actividades culturales, entre las que distribuyo el tiempo de que dispongo sin descuidar ninguna. Me gustan las artes escénicas, hasta hace unos años he pertenecido a un grupo de teatro aficionado. Soy miembro del Ateneo de Córdoba, del Instituto Español de Estudios Histórico-Jurídicos y de la Unión Nacional de Escritores de España. Soy fundador de la Asociación Nueva Poesía de Córdoba. He fundado y dirigido la publicación Castillos de Córdoba y dirijo la revista Arcángel San Rafael Custodio de Córdoba.

P. ¿Qué fue primero, la poesía o la enfermería?

R. Primero fue la poesía, la enfermería es vocación tardía.

P. Desde su punto de vista, ¿considera que estas dos disciplinas tienen algún componente vocacional?

R. Creo que sí, aunque en mi caso la poesía llegó a mí como actividad natural que siguió desarrollándose hasta la actualidad; sin embargo, asentado en la sociedad, con mi trabajo como funcionario del Estado y una familia a mi cargo, surgió en mí la vocación enfermera y fui a la universidad.

P. ¿Cómo le ha influido su labor enfermera a la hora de escribir un poema? ¿Cómo cree que se refleja la enfermería en su literatura?

R. La influencia que puede haber es poco notable, si acaso la inclusión de un término propio de enfermería en algún verso. Mi literatura, en general, no está enfocada a temas enfermeros.

P. Según su experiencia, ¿se relacionan de alguna manera la enfermería y la poesía?

R. La enfermería y la poesía están tocadas por un principio de sensibilidad y arte. La primera aplica el arte de los cuidados y el poeta, el arte de la composición; ambos campos buscan una reacción favorable en el destinatario.

P. Por otro lado, ¿cómo le ha ayudado su faceta como escritor a la hora de atender o comunicarse con los pacientes?

R. No sé si esa faceta me ha ayudado en la atención o comunicación con los pacientes; cuando se elige la profesión enfermera es porque hay sensibilidad, capacidad para empatizar… y otros recursos que aportan los conocimientos teórico-prácticos adquiridos en el estudio de la carrera.

P. ¿Cómo ha compaginado, a lo largo de su carrera, estas dos vertientes?

R. He compaginado con naturalidad mi profesión y mi dedicación a la escritura, el trabajo impone horario y obligaciones. En cambio, la escritura goza de la libertad que otorga el ánimo.

P. Después de El hombre mínimo, Córdoba es poesía… ¿tiene algún otro proyecto en el que se vaya a embarcar?

R. Siempre hay proyectos mientras se está escribiendo, los poemas e historias se agrupan por su temática en el archivo correspondiente y, cuando llega el momento de publicar, se leen y se pulen, seleccionando el número suficiente para conformar un libro o poemario.

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