“Las historias de los demás conectan con las nuestras propias y pueden ser herramientas que nos ayuden en los procesos de duelo”

Miércoles, 28 de abril de 2021

por diariodicen.es

Ianire Elgezabal es enfermera de Atención Primaria de la OSI Barrualde-Galdakao y autora del trabajo “Neurociencia, emociones, artes y duelo. A propósito de un caso clínico de Enfermería”, una investigación que fue galardonada, en los Premios Vicenta López Echeverría a trabajos de Enfermería, por el Colegio de Enfermería de Bizkaia. Nos atiende para hablar de este proyecto, de la influencia del arte en el proceso de duelo y del papel de las enfermeras en este ámbito.

Pregunta: Háblenos de su investigación “Neurociencia, emociones, artes y duelo. A propósito de un caso clínico de Enfermería”.

Respuesta: La investigación “Neurociencia, emociones, artes y duelo. A propósito de un caso clínico de Enfermería” es un trabajo que nace de un especial interés y la sensibilidad hacia el momento del final de la vida, así como hacia el mundo artístico en sus diversas disciplinas y su relación con las emociones. Siempre me ha interesado la cultura desde el punto de vista de su significado etimológico conceptual: cultivar. Es decir, profundizar las dimensiones de nuestro propio yo y las del mundo que nos rodea con el fin de interpretar y elaborar adecuadamente la información que nos llega.

Y creo que las diversas expresiones culturales, música, arte, literatura, danza, etc., son manifestación de ello, pues expresan sentimientos. La persona creadora siente, visualiza, concibe y transmite. Son sus propias emociones las que refleja en su obra, emociones con las que posteriormente se identificará la persona espectadora que ha escogido dicha obra. Por asociación de ideas, las historias de los demás conectan con las nuestras propias y pueden ser herramientas que nos ayuden en los procesos de duelo.

A lo largo de la historia de las diversas expresiones culturales, el amor, la tristeza y la muerte han sido y siguen siendo temas muy presentes. A través de ellas nos ponemos en contacto con nuestras propias emociones con el objetivo de canalizar el dolor, algo que el ruido del día a día nos impide. Conectarse con el dolor de la pérdida a través de estas disciplinas artísticas puede ser tan beneficioso como ir de la mano de la tristeza y hacer un ejercicio de introspección sin tratar de evitarla. Por tanto, el objetivo principal fue concienciar sobre la envergadura de las emociones en la práctica enfermera y sanitaria, en particular, y en la vida, en general.

P.: ¿Cuál es la disciplina artística que mejor ha plasmado el duelo?

R.: No sabría responder de forma rigurosa a esta pregunta, pues no he ahondado lo suficiente en todas las manifestaciones culturales existentes como para dar una respuesta que considero tan precisa. No obstante, no me atrevería a destacar una sola disciplina como mejor, pues en todas hay obras que plasman con tacto la materia en cuestión. A lo largo del tiempo, el amor, la tristeza y la muerte han sido y siguen siendo temas muy presentes y recurrentes y ninguna de las expresiones artísticas ha sido, ni es, ajena a ellas. Algunos ejemplos, en la pintura, son La tristeza, de Vincent van Gogh; Duelo en Ouessant, de Charles Cottet; La incredulidad; de Julio Romero de Torres; Apatía, de Edward Hopper. En la música Tears in Heaven, de Eric Clapton; Terry’s song, de Bruce Springsteen; Hallelujah, de Leonard Cohen; Knocking on heaven’s door, de Bob Dylan; o Mi unicornio azul, de Silvio Rodríguez. En la literatura, La muerte de Ivan Ilich, de León Tolstói; El retrato de Dorian Gray; de Oscar Wilde; o La ridícula idea de no volver a verte, de Rosa Montero. En la escultura, cualquier representación de La Pietà es un claro ejemplo de una mujer en duelo por la muerte de su hijo; El vacío del alma, de Jean Louis Corby; o un conjunto escultórico de Niccolò dell’Arca descubierto recientemente en una iglesia de Bolonia y datado hacia 1463 que muestra una desgarradora representación de la muerte de Cristo.

Las diversas disciplinas artísticas están cargadas de emociones. La palabra emoción proviene del latín emovere, e implica movimiento. Y son precisamente las emociones la energía que alimenta nuestro motor interno. Por tanto, pueden ser también herramientas del proceso.

P.: De forma general, ¿cuál es la labor de las enfermeras a la hora de ayudar a superar un duelo?

R.: La enfermería juega un papel relevante en todo el proceso de duelo a través de habilidades y actitudes que ayuden al paciente y a su familia a adaptarse a la nueva realidad que constituye el proceso de duelo, como pueden ser: adecuación a la enfermedad, disminución de la sobrecarga, prevención de la claudicación, así como afrontamiento de la ausencia cuando esta ya es un hecho. Asimismo, es muy importante supervisar y sostener el duelo, tratando detectar precozmente las posibles complicaciones. Para ello, empatía es fundamental en todo el proceso.

P.: ¿Qué necesidades suelen presentar las personas que están viviendo esta situación?

R.: Desde mi perspectiva, las necesidades de las personas en duelo se podrían resumir en seis comunes, sin ser necesariamente en este orden. La primera es aceptar la realidad de la ausencia, un proceso difícil en el que hay que ser paciente y compasivo; la segunda, recordar a la persona ausente, los recuerdos permanecen en nuestra memoria y cobran vital importancia cuando la ausencia se hace presente, los recuerdos y algunos objetos son importantes para recordar de manera saludable; la tercera, sentir el dolor, no hay que evitar el dolor, en cualquiera de sus manifestaciones, pues solo hará que el sufrimiento se perpetúe en el tiempo y, en ocasiones, provoque enfermedades mentales o físicas; la cuarta, buscar sentido a la pérdida, ya que la ausencia puede llevar a cuestionarse sobre el sentido de la vida; la quinta, desarrollar una nueva identidad, con autocompasión, en relación con los roles, que ayuda a adaptarse a la pérdida acaecida y a crear adecuadamente nuevos vínculos preparando la nueva vida con la ausencia en la realidad presente; y la sexta, recibir apoyo de otras personas, es muy importante que las que se encuentran alrededor de una persona en duelo sepan apoyar de forma adecuada para facilitar la recuperación de la persona doliente.

P.: ¿Cómo dan respuesta las enfermeras a dichas necesidades?

R.: La empatía es fundamental en la relación entre paciente-familia-enfermera. Y, para ello, es necesario prestar especial atención a una serie de intervenciones, como la escucha terapéutica, es decir, escuchar de forma activa para comprender las necesidades de la(s) persona(s) en duelo; la aceptación de la persona tal y como es, sin juzgar pensamientos; la admisión del llanto si así lo necesitan, así como respetar cualquier otro tipo de respuesta emocional; la transmisión de confianza; la expresión de sentimientos y actitudes positivas, nunca de rechazo ni de juicio, mostrar amabilidad, afecto y respeto; enfatizar los aspectos y capacidades positivas de la persona presente y/o ausente; el fomento de expresión de sentimientos a través de preguntas, evitar consejos si no los piden; y la prevención de riesgos físicos.

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Arte, Colegio de Enfermería de Bizkaia, Duelo, enfermera, investigación enfermera

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