Viajar a contramarcha

Lunes, 11 de diciembre de 2017

por diariodicen.es

Julio de 2015. Salí tras una noche trabajando y para evitar riesgos me subí a un autobús dirección a casa para disfrutar de unos días de descanso. Tras dos horas de viaje y un transbordo llegué a mi destino.

Entré en casa, solo había silencio. Víctor también estaba durmiendo, había tenido turno de noche y aprovechando su calor me acurruqué junto a él y me dormí. Al día siguiente, estabamos comiendo cuando el teléfono sonó. Me levanté esperando a que Víctor colgara y me dijo: “María ha tenido un accidente de tráfico, iban todos en el coche, han invadido su carril, choque frontal, parece que están bien, pero no pueden salir del coche. Vámonos”.

Veinte minutos de viaje eterno, todas las alarmas dentro de mí se dispararon, el corazón se me salía del pecho, empecé a sudar como un pollo y una enorme angustia me invadió impidiéndome respirar con normalidad, yo solo quería ver que estaban bien. Nos encontramos una enorme caravana, me bajé del coche y eché a correr. Los bomberos y la Guardia Civil estaban allí, ya les habían sacado del coche, sentí un enorme alivio al verles enteros, conscientes y orientados. Lo primero fue animar: “Fran, ¿cómo estas?, Mari, ¿te duele algo?, tranquila estamos aquí, va a ir todo bien”.

Noa estaba asustada en su sillita, lloraba poco.

Aparentemente estaban bien, aunque se veían lesiones. Fueron trasladados al Hospital Universitario San Agustín (HUSA), en Avilés. Tras placas y pruebas nos llaman a la sala de información: María y Noa tienen que ser trasladadas al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), en Oviedo.

Comienza la gestión de emociones, ver a tu sobrina de 13 meses con sedoanalgesia sabiendo que tiene los dos fémures rotos es tremendo y saber que se trasladaba a María (mi única hermana mayor) porque algo no va bien es igualmente horrible, pero hay que confiar en una pronta recuperación.

Noa estuvo en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos 45 días, colgada de un arco balcánico. Menos mal que viajaba a contramarcha (ACM), dijeron. Si llega a viajar a favor de la marcha igual no estaría aquí y hoy esto no formaría parte de un relato corto (anecdótico), sino que habría supuesto un antes y un después en la vida de mi familia.

La lesión de las piernas se produjo seguramente por el movimiento de retroceso. Por ir las piernas flexionadas no se rompen y es más importante proteger el cuello de una posible lesión irreversible o mortal.

Noa fue portadora de una escayola pelvipédica tres semanas en casa, era totalmente dependiente y, tras la retirada, su única rehabilitación fue su empeño. En estos casos agradeces tener conocimientos sobre el tema, aunque te sientes muy sola en consejos de cuidados, estás tan afectada que no encuentras fuerzas para decidir con claridad. Afortunadamente, el cartílago de crecimiento estaba intacto y en las ultimas radiografias sus fémures están como si nada hubiera pasado.

Indagué sobre por qué es mejor que los niños vayan sentados a contramarcha. Parece ser que:

  • Es cinco veces más seguro. Los países que han adoptado esta medida tienen los índices más bajos de mortalidad infantil en carretera.
  • La recomendación de llevar a los niños ACM lleva implantada en los países escandinavos más de 40 años. Opinión favorable al respecto de la DGT y la OMS, entre otros.
  • Madres implicadas que quieren informar.
  • Gran iniciativa #niunpequemasenpeligro de la mano de una máma de otro planeta y con el apoyo y difusión de acontramarcha.com. Porque hay decisiones que te pueden cambiar la vida.

Me pregunto si la seguridad vial no forma parte de la seguridad de nuestros pequeños y cómo es posible que no se transmita a los padres.

La educación para la salud (Eps) es una responsabilidad y una competencia enfermera: diseñar intervenciones educativas eficaces, basadas en la evidencia, aportando consejos de salud de calidad. Recomendamos incluirlo dentro de la Eps para empoderar al paciente en la toma de decisiones sobre su seguridad y salud. Disponemos, además, de recursos que nos ayudan en la gestión del conocimiento.

Para continuar en el camino de dar visibilidad, sumar, informar, concienciar, colaborar y ayudar en la seguridad vial de nuestros pequeños con evidencia, aportamos nuestro granito de arena con la esperanza de enriquecer y despertar interés.

Pérez Loza I. Viajar a contramarcha. Metas Enferm oct 2017; 20(8): 79-80

Noticias relacionadas:

¿Por qué es más seguro que los niños viajen a contramarcha?

Noticias relacionadas

Contramarcha, enfermera, enfermería, revista Metas de Enfermería

¿Quieres comentar la noticia?

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

*
*